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Transición democrática

El Heraldo de Chihuahua Chihuahua, Chih. 12 de Agosto de 2003 Página 5 Sección F

Hoy en día hay una gran discusión entre los estudiosos de la política en México, acerca de si nuestro país está en una transición o si ésta ya culmino el 2 de julio del 2000. Sin embargo, lo que sí es cierto es que nuestro país tiene enormes y complejos problemas estructurales que se fueron acumulando durante décadas de un gobierno centralista y autoritario, que se preocupó sólo por diseñar sistemas que le permitieran mantenerse en el poder y no aquellos que lograran solucionar los problemas del país.

Hay quienes piensan que la transición consiste en desmontar el sistema político anterior, lo que implica neutralizar a los grupos disidentes y desarticular al viejo sistema. Así, se dice que la transición empezó desde 1967, cuando se abrió la participación formal a la oposición política, con la ley de organizaciones políticas. Luego, en 1983, se lanzaron las primeras reformas económicas.

En 1988 el PRI perdió por primera vez la mayoría calificada en la Cámara de Diputados, conservando la mayoría simple con la cual todavía podían sacar adelante muchas reformas que no fueran constitucionales, para lo cual empezaron a dialogar y consensar con la oposición; hubo además en ese año una elección presidencial muy cuestionada.

El año siguiente el PAN gana su primera gubernatura oficialmente en Baja California, con Ernesto Rufo (ya en 1986 se había ganado la de Chihuahua, pero mediante el gran fraude de aquel "verano caliente" no se reconoció oficialmente).

En 1990 se saca adelante el Tratado de Libre Comercio con América del Norte, un cambio radical de una economía cerrada a una economía abierta de mercado y con una participación estatal muy acotada.

En 1995 se logra ciudadanizar los procesos electorales con la creación del Instituto Federal Electoral, pasándose de elecciones tramposas por parte del PRI-Gobierno a elecciones mucho más limpias y transparentes que antes. No son del todo limpias, porque el viejo sistema del PRI-Gobierno insiste en algunas antiguas prácticas para comprar el voto ciudadano.

En 1996 se replanteó el financiamiento de las campañas y los partidos políticos, para que ya no se le entregara dinero por debajo de la mesa únicamente el PRI, así como el acceso a los medios de comunicación, que antes no se tenía ni pagándoles el triple y de contado.

En 1998 se legisla para un nuevo federalismo.

En el año 2000 se llega a la alternancia en la Presidencia de la República, mediante un proceso con plena paz social.

¿Significa que ya la transición llegó a su fin y que lo que falta es perfeccionar la democracia? Desde mi punto de vista no, porque no se ha desmantelado el viejo sistema político mexicano, ya que no sólo se mantienen la mayoría de las gubernaturas de los estados, sino también la mayoría en el Congreso de la Unión y además el Presidente Fox dejó a mucha de la estructura anterior con sus viejos vicios y defectos, con lo cual no se ha podido avanzar como la mayoría de los mexicanos esperábamos.

Por otro lado, también se requieren cambios en estructuras para poder decir que ya la transición ha terminado, construir un nuevo esquema que realmente pueda acabar con los problemas tan graves que se heredaron del sistema anterior, como son: el gran problema de la pobreza extrema en que se encuentra la mitad de la población y la desigualdad de ingresos que se tiene en el mismo país, como es el caso del Distrito Federal o Nuevo León que tiene un ingreso per cápita de 10 mil dólares, y estados como Oaxaca, que tienen 2 mil dólares per cápita.

La educación, donde la población más pobre de México sólo alcanza el segundo grado escolar en promedio, lo que nos pone al nivel de Nicaragua o de Honduras, que son países significativamente más pobres que nosotros. Los países ricos tienen 12 años de educación promedio. Y si analizamos la calidad de la educación en México, la disparidad se hace más dramática.

La inseguridad pública en el país, que no se ha podido mejorar a pesar de que se ha llevado una lucha frontal contra el narcotráfico, logrando atrapar a un número de cabezas del crimen organizado nunca antes visto.

En cuanto a la salud, es realmente grave el asunto, ya que no sólo la salud institucional se encuentra bastante atrasada y con graves problemas de insuficiencia de medicinas en esas instituciones, sino el grave problema de desnutrición infantil que sufre el 12% de los niños.

Reformas políticas de fondo para permitir la reelección de legisladores y presidentes municipales, para pasar a depender realmente de los ciudadanos y no de la política partidista, ya que una vez electos, al no haber reelección, el interés en la ciudadanía se pierde y se concentra más en el partido, que es el que tiene la posibilidad de darme otro puesto. Desaparecer el sistema de multipartidos que realmente no representan a nadie, o representan a una parte tan pequeña de la población, que no deberían existir. Además, el 74% de la población ya no cree en los partidos y el 58% cree que ya no deben aparecer nuevos partidos, porque los que existen son suficientes.

En conclusión, tenemos enormes y complejos problemas estructurales, heredados del viejo sistema del PRI-gobierno, que hacen muy difícil que la democracia, que ya empieza a florecer en México, empiece a rendir los frutos que espera la ciudadanía. Creo que México se encuentra todavía en la transición o en una democracia que no ha sido consolidada y, por lo tanto, de calidad insuficiente.