Reforma Electoral

Desde que inició la presente Legislatura local hace dos años, los diputados de las diversas fracciones parlamentarias nos propusimos llevar a cabo una reforma electoral para corregir los hoyos negros o lagunas que presenta la actual legislación.

Así fueron presentadas algunas iniciativas que trataban de corregir los siguientes problemas: empatar las elecciones locales con las federales y dejar de tener tantas elecciones como ha sucedido en los últimos años, que hemos tenido elecciones en el año 2000 cuando se eligió al Presidente de la República y al Congreso de la Unión, en el 2001 tuvimos elecciones locales para presidentes municipales y Congreso del Estado. En el 2002 elección extraordinaria en Ciudad Juárez para alcalde; y el 2003 elección federal para diputados federales. El año que entra tendremos elección de Gobernador, alcaldes y Congreso del Estado. Es decir, que vamos a tener cinco años continuos con elecciones, y esto cansa, desgasta y, por qué no decirlo, harta a la ciudadanía, provocando de alguna manera el alto abstencionismo.

Propuesta del PAN y de algunas organizaciones de la sociedad civil que presentaron en los foros de consulta que realizó el Congreso del Estado a lo largo y ancho del territorio: empatar las elecciones locales y federales, de tal manera que en la del año entrante se eligiera un gobernador de cinco años y presidentes municipales y diputados locales de dos años, y luego de tres o también de cinco años, con lo cual se empataría el proceso electoral en el 2009 y así tendríamos elecciones sólo cada tres años.

Elección de las autoridades electorales mediante proceso de examen de capacidad y dentro de los mejores, el Congreso designaría mediante el voto de la mayoría calificada y no que actualmente sólo es por voto de mayoría calificada, pero que de alguna manera lo deciden quienes tienen la mayoría en el Congreso y no se ha podido llegar a ciudadanizar la autoridad electoral para tener mayor confiabilidad en los procesos electorales.

Una mejor proporcionalidad al Congreso y los ayuntamientos, por ejemplo en la elección pasada (2001) el PAN obtuvo el 43% de los votos y tiene sólo el 33% del total de los diputados en el Congreso. El PRI obtuvo el 46% de los votos y tiene el 55% de los diputados. En los ayuntamientos sucede igual, y así en Ciudad Juárez el PAN y el PRI casi empataron en la elección extraordinaria del 2002, sin embargo el PAN tiene 10 regidores y el PRI tiene sólo 5.

Estos y otros temas de suma importancia para nuestro estado, es lo que estuvimos viendo durante meses en el Congreso local, sin embargo el pasado 7 de agosto, es decir "al cuarto para las doce", llega una iniciativa del Gobernador del Estado, que tiene el derecho constitucional de hacerlo, pero ¿para qué mandar una iniciativa más, cuando ya teníamos 26 de los propios diputados y 204 propuestas ciudadanas que se habían recogido a través de los foros de consulta?.

La propuesta del Gobernador nada tenía que ver con los temas comentados anteriormente, sino que más bien trataba de introducir figuras de control al proceso electoral, que de haberse aprobado se hubiera tenido un franco retroceso democrático en Chihuahua. Veamos sólo los principales:

El Gobernador del Estado pretendía poder promover el voto ciudadano sin limitación alguna, motivo por el cual el PRI pidió en la elección del 2001 la anulación en Juárez, porque el alcalde promovió el voto durante la última semana antes de la elección y también el PRI promovió, y lo logró, que la autoridad electoral le ordenara al Presidente Fox que dejara de promover el voto en la elección del 2003, ¿y ahora la ley autorizando que el gobernador promueva el voto, inclusive el mismo día de la elección? Una gran incongruencia.

Se proponía que la autoridad electoral pudiera poner cuantas casillas extraordinarias y especiales quisiera, con lo cual se provocaría una discrecionalidad que a lo único que nos hubiera llevado sería a discusiones innecesarias y desconfianza en el proceso.

Quien quisiera llevar a cabo encuestas y sondeos de opinión tendría que pedir previamente permiso a la autoridad electoral, quien finalmente autorizaría qué encuestas se podría publicar y cuáles no, con lo cual se pretendía coartar la libertad de expresión (¿más?)

Las asambleas municipales proveerán cuanto sea necesario para integrar las mesas directivas de casillas, es decir que se quería volver a lo de antes, cuando la autoridad ponía a las autoridades de casilla a su gusto y antojo, con lo cual se tendría el control sobre las mismas, eliminando casi por completo el sistema de insaculación que se tiene actualmente (sorteo).

Ya con el control de las mesas directivas de las casillas, se pretendía convertirlas en brujos a su servicio, con aquello de los votos nulos que han querido satanizar en las últimas elecciones de Ciudad Juárez, ya que como pueden ver, las elecciones en este estado se ganan o se pierden por menos del 3% en algunos casos y lo normal en las últimas diez elecciones ha sido de alrededor del 3% de votos nulos, es decir la gente que a la hora de votar no se decide o se confunde y de plano lleva la intención de anular su voto y cruza más de un logotipo de partido en la boleta electoral. Pues se pretendía que las autoridades de la casilla tuvieran que adivinar cuál fue la intención del votante para acreditarle ese voto al partido político que ellos decidieran, y =¡adivinó usted!- se pretendía que esos votos nulos, que siempre han existido, se le dieran al PRI. ¿Por qué no protestaron en las elecciones pasadas, que ganaron los tres distritos de Ciudad Juárez, si se tuvo el mismo porcentaje de votos nulos que la anterior que sí protestaron?

Un triunfo de los diputados del PAN y el PRD, que junto a muchos organismos de la sociedad civil lograron detener la pretendida reforma electoral del Gobernador del Estado, pero qué malo que los diputados del PRI ya no quisieron entrarle a los temas que se encuentran mal en la actual legislación electoral, incluyendo algunas iniciativas de ellos mismos.