Ganó el PAN

El domingo 18 del presente enero se tuvo la votación para elegir el candidato del PAN a gobernador del estado, y por primera vez en 63 años de vida de este partido político se abrió el proceso a toda la sociedad, sólo se tenía que presentar la credencial de elector.

¿Por qué fue todo un éxito para el PAN? En primer lugar porque se cumplió ciento por ciento con los centros de votación o casillas electorales que se dijo que se iban a instalar. 820 centros de votación en el estado se anunciaron y fueron los que se instalaron para la jornada electoral el domingo 18.

Segundo: no se tuvo una sola queja de que hubieran faltado boletas electorales, tinta indeleble, funcionarios de casilla (donde falló alguno, se substituyó de inmediato con alguno de los votantes o de los representantes de los candidatos), ánforas, etc. Es decir, que todo el material electoral se distribuyó por todo el estado en tiempo y forma. Así como se volvió a concentrar en la ciudad de Chihuahua, en menos de setenta y dos horas después de la jornada electoral, cubriéndose los 67 municipios de la entidad.

Tercero: no hubo queja importante que atender por parte de los candidatos, ni de sus representantes durante el domingo 18, ni después, lo que nos indica que ni los candidatos ni sus seguidores llevaron a cabo actividades que los pudieran descalificar, así como tampoco se percibió actividad de algún otro partido político que tratara de influenciar el resultado electoral.

Cuarto: el reconocimiento de su derrota inmediatamente, el mismo día de la elección, demuestra con toda claridad que el proceso se llevó correctamente y que en el PAN tenemos hombres muy bien forjados y respetuosos de los resultados electorales, cuando éstos se llevan a cabo correctamente.

Quinto: El número de votos obtenidos en esta elección parece que es algo que a todos nos hubiera gustado que fuera una cantidad mayor, sin embargo me parece que el número estuvo adecuado, si tomamos en cuenta las siguiente consideraciones: el PRI puso el día 9 de noviembre que tuvo su elección, más de 2,800 casillas, es decir 3.5 veces más que las que puso el PAN, por lo que si multiplicamos el número de votos obtenidos el pasado 18 de enero en la votación del PAN por 3.5 nos lleva a casi los 200,000 votos "que dicen" los del PRI que obtuvieron, sólo que los del PAN sí fueron reales de carne y hueso y además fueron a votar sin presiones u ofertas de algún apoyo a cambio de su voto, como se conoció públicamente en Ciudad Juárez "la operación San Andrés". Además, debemos tomar en cuenta que el clima no ayudó para nada, ya que cuatro días antes estuvo lloviendo como no sucedía hace mucho tiempo en el estado y en algunos lugares se convirtió en nieve y mucho frío. Visto así el número de votos obtenidos fue muy razonable.

El resultado de 76% de los votos para el licenciado Javier Corral y el 24% para el licenciado Jesús Alfredo Delgado, le da una contundencia al ganador que lo posiciona excelentemente bien para la elección constitucional del 4 de julio próximo y además deja a un panismo muy unido en torno al candidato ganador, ya que no deja lugar a dudas de su triunfo.

La elección fue supervisada por personal y consejeros del Comité Ejecutivo Nacional, quienes anduvieron desde un día antes de la elección y durante el mismo día en las principales ciudades del estado y su reporte es como dicen los militares: "sin novedad", lo que pone de nueva cuenta al PAN de Chihuahua a la vanguardia del país y servirá para la reforma estatutaria que se está llevando a cabo y que culminará en mayo próximo.

Días antes de la elección hubo por ahí una supuesta organización que anunció que iban a "supervisar" la elección del PAN, sin embargo no se supo si lo hicieron y cuál fue su resultado. Lo curioso de esta organización es que no haya supervisado la elección del PRI, por lo que de entrada dejaba muchas dudas que cuestionaban su actuación.

El PAN fue el gran ganador de esta primera elección abierta a la sociedad por los comentarios anteriores y no se diga de nuestro candidato Javier Corral, que sale a la constitucional con muchísima fuerza, después de un proceso sin mancha alguna.