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El agua y el aceite

El Heraldo de Chihuahua Chihuahua, Chih. 3 de Febrero de 2004 Página 5 Sección F

La semana pasada les comentaba que en la elección abierta que por primera vez llevó a cabo el PAN para elegir a su candidato a gobernador, el gran ganador había sido el PAN, por muchas razones que les comenté en ese editorial y muchas otras que por cuestiones de espacio no me fue posible mencionar, pero que ya no lo haré en esta ocasión.

Ahora voy a explicar cómo finalmente el agua y el aceite se pudieron juntar, a pesar de que en los últimos días se desató una avalancha de comentarios periodísticos en el sentido de que esto no era posible, tratando de descalificar algo que ya se veía venir con muchísima claridad y que producía escalofríos al inquilino del primer piso del Palacio de Gobierno y con los nervios de punta a la dirigencia estatal del PRI y a su candidato, que inclusive trataron de hacer creer a la opinión pública que el PRD se iba a aliar con ellos y no con el PAN, porque decían que la izquierda y la derecha no se podían juntar. ¿No se habrán dado cuenta de que así como el cuerpo humano necesita de la izquierda y la derecha, en la política también se puede conjugar igual? Así como en el boxeo se pueden aplicar una serie de golpes demoledores con la izquierda y la derecha.

Primero se trató de intrigar contra esta coalición entre el PAN y el PRD, con declaraciones del propio candidato Baeza del partido oficial, diciendo que las pláticas iban muy adelantadas entre el PRI y el PRD, así como se afirmó que el partido de Convergencia por la Democracia ya había firmado la alianza con el PRI. Luego se trató de confundir presentando a nuestros partidos como si estuvieran en subasta al mejor postor, como si las pláticas que se estaban teniendo entre estos dos partidos fueran una mera repartición de posiciones y cargos. Finalmente se trató de descalificar esta alianza porque no era posible que el agua y el aceite se juntaran porque la ideología de ambos partidos era muy distinta, como lo dijo nuestro candidato a gobernador, Javier Corral, "ahora resulta que el PRI se ha convertido en el custodio de nuestras ideologías".

Hace 18 años que la izquierda progresista y el centro humanista se juntaron ante el fraude electoral que cometió el tío del ahora candidato del PRI, porque hay principios fundamentales que nos unen desde hace mucho tiempo, como son la búsqueda de la democracia, porque hoy la democracia es menos democrática en el estado de Chihuahua. Sin duda alguna que esta democratización que hemos tenido en los últimos cinco años, es la base para esta unidad entre el PRD y el PAN.

La inseguridad pública en el estado ¿no es razón suficiente para unirse? Este tema no requiere mayores comentarios, ya que los acontecimientos de los últimos días en donde las narcofosas descubiertas por la Procuraduría General de la República, donde están involucrados agentes, comandantes y alguien más de la Procuraduría del Estado, nos lleva a lo que hemos denunciado públicamente de que "la iglesia estaba en manos de Lutero".

El gravísimo problema del desempleo, que según el INEGI, al mes de diciembre pasado, no obstante los aguinaldos y las cajas de ahorro, entre otras, Chihuahua continuó ocupando el nada honroso primer lugar a nivel nacional en desempleo. ¿No nos debe unir una lucha contra el desempleo que está lacerando a miles de chihuahuenses, incluyendo a jóvenes profesionistas que salen de la Universidad sin poder encontrar un empleo donde aplicar sus conocimientos? Salimos bien unidos a buscar la reactivación económica que hoy se encuentra perdida por un gobierno estatal que no ha sabido cómo recuperar ese primer lugar en empleo que teníamos.

Por supuesto que se encuentran muchas coincidencias en las necesidades básicas de la población, como es un sistema de seguridad pública, la reorientación del gasto público para resolver las necesidades más apremiantes en lugar de hacer plazas con monitos, leoncitos y muchos animalitos más, que ciertamente que le gustan a la población, pero no le resuelven sus problemas más básicos. Transparencia y rendición de cuentas, que el actual gobierno se ha opuesto férreamente, por algo será, así como a la participación ciudadana en la construcción de políticas públicas.

Por supuesto que en el terreno ideológico tenemos diferencias, pero no se trata de llegar a un consenso en nuestras diferencias, sino de que salgamos a luchar allá afuera por lo indiscutible: recuperar para Chihuahua la democracia, un gobierno transparente y honesto, que promueva la participación social y totalmente comprometido con un programa que atienda y resuelva los enormes rezagos que enfrentamos los chihuahuenses.

No se trata solamente de una suma aritmética que pueda darle el triunfo al candidato a gobernador, sino que se trata de crear una sinergia que multiplique el resultado electoral ganando presidencias municipales, la mayoría en el Congreso del Estado, para que sea un gobierno para todos, porque no es sólo la suma de voluntades, sino que saldremos a dar mucho más de lo que tenemos para crear ese efecto multiplicador, que ya tiene sin sueño a la alianza antidemocrática del PRI.

A pesar de toda la cargada de declaraciones e intrigas, el agua y el aceite se han unido para buscar el bienestar de los chihuahuenses.