¿Pasará algo ahora?

Los diputados de oposición (PAN y PRD) de la LV Legislatura (1998-2001) y los de la pasada (2001-2004) se la pasaron denunciando las irregularidades que había en algunas cuentas del Gobierno del Estado, como la Coordinadora de la Tarahumara y el Instituto Chihuahuense de la Vivienda del Estado de Chihuahua. Esos diputados les negaron las cuentas públicas, que fueron aprobadas por la mayoría priísta. De nada sirvió en aquel entonces.

Ahora, de nueva cuenta empiezan a aflorar las irregularidades en algunos de esos organismos. ¿Seguirá sin pasar nada? Era y es un rumor a voces de todos los abusos que se tuvieron en el sexenio pasado. Hoy se dan a conocer más datos de cómo se gastaba el dinero en la Coordinadora de la Tarahumara, organismo que elevó su presupuesto en 1,600 por ciento en tan sólo cuatro años, lo que no es criticable si de ayudar se trata a nuestros hermanos indígenas, pero el problema fue que ese gigantesco aumento no sirvió para ellos, sino para los blancos, mientras que los pobres indígenas siguieron en la misma miseria en que han vivido toda la vida.

Ciertamente que durante el periodo del Presidente Vicente Fox se han aumentado los presupuestos de los estados y municipios considerablemente, como en ningún otro sexenio, y así el Estado de Chihuahua subió en cerca de un 500 por ciento en los últimos seis años, pasando de 5,600 millones en 1998 a 22,000 millones de pesos en 2004.

Así, la Coordinadora de la Tarahumara aumentó su presupuesto de 1999, que era de 5.5 millones anuales, a 93.5 millones en el año 2002, pero eso para nada ayudó a nuestros hermanos tarahumaras, ya que el aumento de presupuesto sólo sirvió para que se aumentara el sueldo del personal y se aumentara el número de personal que no ha servido de mucho para ayudar a los indígenas, sino para otros propósitos, entre ellos el electoral, lo cual fue denunciado en su momento por los diputados del PAN, causando la molestia y el enojo de quienes dirigían en aquel entonces ese organismo y fueron a retar al diputado Pedro Martínez Cháirez por sus declaraciones, pero que de nada le sirvieron, ya que lo que se tenía que denunciar se siguió haciendo, pero ni entonces ni ahora ha pasado de eso: denuncias públicas sin consecuencia alguna.

Se gastaron de 5 a 10 veces más en servicios médicos para los empleados de la Coordinadora que en los propios indígenas. Lo mismo sucedió con lo que se gastó en vestimenta, en vivienda o en medicinas, y sólo se dedicó a los tarahumaras la quinta o la décima parte del presupuesto con relación a lo que se gastó en la propia institución.

El 87% del presupuesto, año tras año, fue para gasto corriente, en servicios personales como aumento de personal y de sueldos, lo que a la postre no sirvió para nada de su objetivo primordial, que era ayudar a los indígenas. Sólo el 13% se gastó en ayudar directamente a quienes son los dueños originales de nuestro estado, ya que mucho antes que nosotros ellos ya poblaban estas tierras, sin que hasta el momento se les haya reconocido nada, absolutamente nada, pues organismos van, organismos vienen, y los indígenas de Chihuahua siguen viviendo en la misma pobreza ancestral.

Algunos estudiosos de nuestras etnias dicen que en realidad a nuestros indígenas, sobre todo a los tarahumaras, no le interesa que les hagan vivienda más digna, que les den una mejor educación o mejor alimentación, ya que ellos son felices en ese contacto con la naturaleza, o como dice la canción de Alberto Cortés acerca de lo que piensa un tarahumara: "para qué quiero tener hambre, si no tengo que comer". Desconozco hasta dónde puede ser cierto lo anterior, pero me parece que sería más importante dedicar un buen dinero a conocer qué es lo que ellos realmente quieren y no tratar de forzarlos a lo que nosotros "los blancos" creemos que ellos quieren. De ser cierto lo que se dice, no tiene sentido estar tirando esa cantidad de dinero tan grande, que sólo sirve para enriquecer a unos cuantos blancos.

¿Pasará algo ahora o todo seguirá igual?