Peje... je je je

El jueves de la semana pasada visitó Ciudad Juárez y Chihuahua el jefe del Gobierno del Distrito Federal con licencia, por primera vez en su calidad de aspirante a la Presidencia de la República. Algunos dicen que fue todo un éxito, otros dicen que un fracaso. Yo creo que depende del cristal con el que se mire.

Podemos decir que le fue bien en cuanto a la asistencia que tuvo en ambas ciudades, en las cuales reunió un poco más de mil personas en cada una, algo nunca visto para un candidato del PRD en nuestro Estado, ya que la presencia de ese partido es bastante baja. Su votación siempre ha oscilado entre el 4 y el 8 por ciento de la votación estatal.

Los periodistas y la gente lo esperó más de dos horas y media de retraso, algo que también se puede considerar un éxito, ya que los chihuahuenses no estamos acostumbrados a que nos hagan esperar más de los 15 minutos reglamentarios que nos enseñaron en la escuela y para casos muy especiales, media hora, y los periodistas menos.

Hasta ahí podemos decir que la gira del Peje por nuestro estado fue un éxito. Mi opinión es que fue un fracaso en cuanto a asistencia de los principales líderes del PRD en el estado, como son el ex presidente estatal anterior, Pavel Aguilar, tampoco se menciona la asistencia de las ex diputadas Alma Gómez (local) y Hortensia Aragón (federal), tampoco estuvieron por ahí los diputados locales y su líder de la bancada del PRD en el H. Congreso del Estado, Lic. Jaime García Chávez, así como el diputado Roberto Cázares. Los líderes Gabino Gómez y Luz Estela Castro, es decir que los principales personajes de su partido no "lo arroparon" en esta primera gira por el norte del país, lo cual puede ser un signo de malestar en ese partido, que le puede restar a la ya escasa votación del PRD.

Dicen algunas crónicas de ambos eventos que por ningún lado se vieron logotipos del partido y que en su largo discurso, El Peje tampoco mencionó -salvo en un par de ocasiones- a su partido, lo cual da la sensación de que se quieren desvincular uno del otro, lo cual tampoco le va a ayudar por la dinámica en la que se pueden ver el candidato y su partido de celos y pleitos internos.

Se menciona a algunas "personalidades" de otros partidos, entre ellos al ex síndico municipal (PAN) de Ciudad Juárez, Ramón Aguilar, el ex panista Javier Félix Muñoz, Arturo Limón del Verde Ecologista, y algunos otros del PRI. Pero ningún político de mayor presencia, o algún reconocido empresario o conocido líder campesino, obrero o estudiantil se aparecieron por el evento. Los que fueron a la mejor lo hicieron por simple curiosidad de ver de cerca al señor ese del que se habla tanto en los medios y que él habla tan raro (al menos para la mayoría de los mexicanos).

En cuanto al discurso del Peje, la verdad es que ahí es donde mueve a la risa, ya que es el discurso del político antiguo, de otra época, donde se podían prometer muchas cosas y la gente encantada de escuchar que se va a acabar con la pobreza (no han podido los últimos gobiernos, no sólo de México, sino del mundo), que la educación va a ser realmente gratuita desde primaria hasta la Universidad (como lo prometió Patricio Martínez y muchos otros), sin embargo en todas las escuelas oficiales y universidades se cobran cuotas de inscripción y colegiaturas, aunque sean mínimas. Bajar el precio de la gasolina, electricidad, etc. Son promesas sin sustento económico y que suenan muy bonito al oído, pero que al Peje se le olvidó -porque seguramente no lo sabe- cómo va a lograr ese milagro que todos quisiéramos.

Habló de honestidad como su principal virtud. ¿Cree que ya olvidamos a Bejarano llenando de billetes las maletas a más no poder, que tenía que metérselos en los bolsillos del saco? Siendo este su secretario particular y sin que nunca se dijera por qué estaba recibiendo esas cantidades tan grandes de dinero del empresario argentino.

Peje.. je je je, la verdad que mueve a la risa con su discurso, como dice el dicho: "a otro perro con ese hueso", ojalá los mexicanos no nos dejemos engañar con los populistas que prometen todo, sin saber cómo lo pueden cumplir, y lo más grave, sin tener la intención de hacerlo.