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Bonos de Retiro

El Heraldo de Chihuahua Chihuahua, Chih. 14 de Septiembre de 1998 Página 7 Sección A

En los últimos días se ha estado manejando el bono de retiro que pagará el Gobierno del Estado a los funcionarios de primero y segundo niveles.

Esta costumbre o tradición se ha tenido desde mucho tiempo atrás no sólo en el Gobierno del Estado, sino en todos los niveles de gobierno, sean municipales y federales o en los poderes legislativos o judiciales, y obedece en primer lugar a un principio de justicia con los empleados o funcionarios que dejaron a un lado sus trabajos anteriores o su desempeño profesional para dedicarse de lleno por tres o seis años al servicio de su comunidad, a quienes se les da esa compensación a manera de ayuda mientras encuentran nuevo empleo y restablecen su función profesional.

También obedece a un criterio de civilidad política para que el nuevo gobernante pueda colocar en los puestos de mayor confianza a personas que sean totalmente allegadas al nuevo funcionario público, sea éste presidente municipal, gobernador o presidente de la República.

Hoy en día este bono de retiro, por parte del gobierno estatal, y que los medios de difusión se han encargado de publicitar ampliamente, también va a ser entregado por la Presidencia Municipal en los mismos montos que el del Gobierno del Estado. El Congreso local, en voz del coordinador de la fracción priísta, manifestó públicamente que ellos no se darán bonos de retiro pero lo único, que habría de cambiar es el tiempo del verbo entregar, porque los diputados locales hábilmente ya se entregaron desde finales del año pasado su bono de retiro para no caer en dimes y diretes a la hora de la salida, de tal modo que no se falta a la verdad al decir que no se darán, porque ya se dieron.

Desde mi particular punto de vista, así como estoy de acuerdo con los elementos de justicia y razón para que dichos bonos se entreguen, creo que no deberían existir porque se presta a malas interpretaciones y los ciudadanos piensan que el funcionario público se está "despachando con la cuchara grande" al momento de retirarse del cargo, ya que en ocasiones anteriores se llegaron a repartir por gobiernos priístas hasta seis meses de compensación, y sin embargo en aquellas épocas ningún medio de difusión dijo nada.

Deberían desaparecer los bonos, porque quien acepta un encargo público de esa naturaleza sabe que son por tiempo limitado y que deberán entregar el puesto en una fecha previamente establecida e inaplazable, por lo que deberían estar preparados no sólo económica sino anímicamente para dejar dicho puesto.

Por otro lado, si se hubiera aceptado por parte de la fracción priísta del Congreso del Estado la propuesta del PAN sobre el servicio civil de carrera que habla sobre el trabajo que desempeñan los funcionarios públicos en una institución, independientemente del partido que esté gobernando. Esta propuesta es para que la experiencia adquirida por los funcionarios que no son de primer nivel no se pierda sexenio tras sexenio en perjuicio de los propios ciudadanos, quienes pagamos a través de nuestros impuestos y de las molestias que nos causan en los trámites durante los primeros meses por el lento aprendizaje de los nuevos funcionarios, quienes cuando ya aprendieron deberán dejar el puesto para que el gobernante en turno designe a los de su confianza o a quienes se haya comprometido a través de su campaña.

Sería sano para todo el país que los bonos de retiro desaparecieran, pero en todos los niveles y estructuras de gobierno, como también sería muy sano que los funcionarios de gobierno permanecieran en sus puestos en relación a su eficiencia y no al cambio del gobernante.