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¿Besamanos?

El Heraldo de Chihuahua Chihuahua, Chih. 5 de Octubre de 1998 Página 7 Sección A

A partir de ayer estrenamos en Chihuahua un nuevo Gobierno del Estado que ojalá no lo estemos conociendo por las vísperas.

Un día antes de la toma de posesión, los mismos periodistas que acudieron a la rueda de prensa donde se informaría de los nombres de quienes integrarían el nuevo gabinete, fueron testigos del impresionante aparato de seguridad pública montado en la sala de prensa, a la cual no se permitía el acceso hasta no recibir órdenes superiores.

Desde la misma campaña y en días previos a la toma de posesión, fue público el aparato de seguridad que rodeaba al señor Martínez y al señor Baeza, situación muy diferente con el gobernador Barrio, quien nunca ostentó aparato de seguridad alguno durante seis años de gobierno. Los chihuahuenses nos habíamos acostumbrado a la sencillez de un gobernante con la conciencia tranquila de "el que nada debe nada teme".

Para el evento del día 3 fue fletado por el nuevo Gobierno del Estado un avión charter para traer invitados desde la Ciudad de México al magno evento en el gimnasio Manuel Bernardo Aguirre.

Posteriormente a la toma de posesión, se invitó al Salón Rojo del Palacio de Gobierno para la salutación al nuevo gobernador, ceremonia conocida tradicionalmente como "besamanos". Esta actividad también fue superada y olvidada durante el sexenio que acaba de terminar.

Sobre el gabinete recién nombrado por el nuevo gobernador, encontramos a gente muy capacitada y que fueron ubicados en el área de su especialización; sin embargo, encontramos a gente muy especializada pero ubicada en áreas totalmente desconocidas a las aptitudes de algunos de ellos, y la única explicación que podemos encontrar es que es un gabinete político armado con sus amigos o equipo de campaña, lo cual tendrá un costo muy elevado para la sociedad, por el aprendizaje que tendrán que hacer en áreas que no son de ellos, y por el bien de Chihuahua deseamos que sea muy corto ese tiempo.

Una vez más vuelve a verse con toda claridad que el Partido y Gobierno, en el caso del PRI, se confunden a tal grado que en sólo 7 meses ha habido dos cambios en la dirigencia estatal ordenados por el gobernador y no por la estructura, y mucho menos por las bases de ese Partido, es decir Partido y Gobierno se confunden o son lo mismo.

Ojalá que la época del besamanos, que ya había sido superada no regrese, no solo por lo que representa sino por el gran retroceso que significaría en una sociedad que empieza a vivir sueños de democracia y libertad.