El Verdugo

Como regalo de fin de año, el gobierno priísta de Ernesto Zedillo nos anuncia aumentos en la gasolina, la electricidad, el teléfono, los impuestos y algunos otros que nos serán dados a conocer en los próximos días.

Con la excusa de que el precio del petróleo ha caído a nivel internacional, la gasolina nos la incrementaron en 15 por ciento en todo el país. Sin embargo, en las zonas fronterizas el litro quedará en 4 pesos con 7 centavos, comparado con 2.51 que cuesta en las ciudades fronterizas americanas, es muy probable que los juarenses se estén yendo a cargar gasolina al otro lado, porque pueden llegar a tener ahorros de 12 a 250 pesos por tanque, pero el problema no sólo sería el de la fuga por gasolina, sino que la gente, aprovechando el viaje muy seguramente empezarán a comprar algo de mandado, ropa y algunas otras cosas con la consecuente fuga de divisas que dañarán aún más a nuestro país.

El aumento de gasolina impactará directamente al bolsillo de quienes tienen un automóvil para transportarse, pero además impactará el costo de los fletes para acarrear todas la mercancías, lo cual provocará una cascada de aumentos en todos los productos y servicios en detrimento del ya muy mermado salario de los trabajadores.

El Gobierno Federal se quiere lavar las manos al no aumentar el 15 por ciento de IVA, pero por primera vez en muchísimos años dejan en libertad a los estados para que ellos puedan gravar hasta con un 2 por ciento las ventas en su territorio.

¿Habrá algún gobierno que no vaya a poner este 2 por ciento al consumo en su estado?

¿Por qué será que el gobierno siempre se va por vía fácil en lugar de resolver de fondo los problemas de este país? En 1995, cuando Ernesto Zedillo decidió aumentar el IVA del 10 al 15 por ciento para resolver problemas económicos que hoy siguen sin resolverse, prometió desaparecer la Secretaría de la Reforma Agraria, la de Turismo y disminuir la enorme burocracia que pesa en muchas otras secretarías, acción que tomaría a la brevedad posible, sin embargo tres años después no se ha dado de baja a un solo burócrata, sino al contrario, está crece y crece día a día sobre los hombros del resto de los mexicanos que vivimos en el error (fuera del presupuesto).

La solución tendrá que venir necesariamente por adelgazar al Gobierno Federal, antes de que su gordura termine aplastando a todos los mexicanos que trabajamos para sostener a ese pesado aparato gubernamental, porque el pueblo mexicano ya no soporta más que su salario día con día se vea disminuido por todos los aumentos, ante los cuales hay poco que hacer, de no ser dejar de usar el automóvil lo más que se pueda para disminuir el consumo de la gasolina.

Si los diputados llegaran a aprobar el famoso Fobaproa y se convirtiera en deuda pública, como pretende el Ejecutivo Federal, tarde que temprano estarán recibiendo nuevas iniciativas para aumentar los impuestos o mediante acuerdos administrativos nos volverían a subir la gasolina, la luz, el teléfono y todo lo que le diera la gana, porque la deuda pública tendría que ser pagada finalmente por el pueblo de México.

Lo más incomprensible es cómo "se supone" que el pueblo sigue votando por sus verdugos para que éstos continúen devolviéndole a cambio una vida de menor calidad cada vez.