Farsa Electoral

El próximo domingo 7 de noviembre se llevará a cabo la farsa electoral para elegir al candidato del PRI a la Presidencia de la República.

Por primera ocasión a nivel nacional ese partido "abrirá" su proceso electoral a todos los ciudadanos con credencial de elector y no sólo al dedo todopoderoso de Los Pinos. ¿Los candidatos de un partido no deberían ser electos por los miembros de este? Se dice que a la salida de la casilla electoral estarán invitando a los ciudadanos a afiliarse a ese instituto político y poder así empezar a tener un padrón interno de militantes, que no tienen después de 70 años, quizá porque no les hacía falta al tener el voto corporativo u obligado, que es lo mismo.

Cualquiera de los cuatro precandidatos que quede como ganador, el resultado será el mismo, porque todos ellos tienen el mismo origen, jamás podrán negar la cruz de su parroquia y nos quieren seguir llevando al mismo fracaso que hemos vivido las últimas décadas. Así tenemos a un Humberto Roque Villanueva, mejor conocido como "la roqueseñal", por aquel obsceno ademán que le hizo al pueblo de México cuando en la Cámara de Diputados se aprobó el aumento de 10 por ciento al 15 por ciento en el IVA, siguiendo instrucciones precisas del presidente Ernesto Zedillo. Sin embargo, no obstante haberle sido fiel a su partido y habiendo llegado a ser su presidente nacional y ser el candidato con mejores propuestas y actitudes más serias en su precampaña, su partido le ha dado la espalda y muy seguramente quedará en cuarto lugar.

Manuel Bartlett Díaz, quien figuraba arriba en las encuestas electorales, se encuentra hoy sumido en lo que será muy probablemente un tercer lugar, y no podía ser menos, ya que su propuesta es totalmente populista, al estilo de Luis Echeverría Alvarez, modelo que demostró su fracaso y en el que hoy en día nadie cree. Adicionalmente viene a Chihuahua y sabiendo la antipatía con que cuenta por haber sido el responsable del proceso electoral en 1986, en el cual se robaron descaradamente la elección dándosela a Fernando Baeza, quien había resultado perdedor.

Y además declara, precisamente en Ciudad Juárez, que "Luis Alvarez y Francisco Barrio habían ido a Los Pinos en aquella fecha a revisar acta por acta, de donde se convencieron que el ganador había sido el PRI". Mentira tan grande que no se la cree ni él mismo.

Roberto Madrazo, con su slogan "quién dice que no se puede", empezó muy bien echándole con su apellido al propio sistema que le ha dado todo lo que es y tiene. Sin embargo, hoy en día su popularidad ha venido abajo con las inundaciones que desafortunadamente han padecido los tabasqueños, donde afloró que el lema de su campaña debería haber sido "no se pudo".

Sin embargo, ocupará un honrosísimo segundo lugar en la votación del próximo domingo.

Quien será el candidato a partir del próximo domingo, no obstante que su precampaña ha sido como una banqueta, es decir, plana y gris, sin embargo el dedo omnipresente está trabajando hasta el último rincón del país, y el priísta, que es muy bueno para darle lectura a todas las señales, sabe las catacumbas políticas, sabe que tiene que apoyar a Francisco Labastida Ochoa.

¿Qué va suceder si Francisco Labastida Ochoa obtiene el mayor número de distritos electorales y que de acuerdo a las reglas que fijó él PRI será el candidato, pero por otro lado Roberto Madrazo obtiene más votos que el primero? ¿Se le puede llamar democracia cuando se elige a alguien que obtuvo menos votos?

Lo que debe quedarle muy claro a todos los ciudadanos es que no es la elección constitucional el 7 de noviembre, sino que ésta se llevará a cabo el 2 de julio del 2000 y será entre quienes sean candidatos de los diversos partidos políticos que han sido reconocidos por el Instituto Federal Electoral, y también deben tener muy claro quienes acudan a votar el próximo domingo que habiendo participado en la elección del 7 de noviembre, eso no los obliga ni compromete de manera alguna a votar por ese mismo candidato en la verdadera elección constitucional del año entrante.

Los chihuahuenses no debemos caer en una farsa electoral.