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Narco Ranchos

El Heraldo de Chihuahua Chihuahua, Chih. 13 de Diciembre de 1999 Página 6 Sección A

Desafortunadamente dicen que las malas noticias vuelan, y para nuestra desgracia la semana pasada la noticia de los narco ranchos en Ciudad Juárez voló por todo el mundo.

La noticia corrió como reguero de pólvora y fue transmitida no sólo por todos los medios del país, sino por todas las agencias noticiosas internacionales. Así, periódicos de Europa hablaban ya de que de los 200 cadáveres «encontrados» en un rancho en las afueras de Ciudad Juárez había tanto de mujeres, otra cantidad plenamente determinada de hombres, inclusive se llegaba a dar hasta las edades por grupos, en algo que con mucho escándalo de tropas, helicópteros, camiones, etc., estaba haciendo la Procuraduría General de Justicia en combinación con el Federal Bureau of Investigation (FBI), o no sabemos si este último, como parece ser, llevaba la voz cantante en combinación con los mexicanos.

No se permitió el acceso a las autoridades municipales o estatales, como tampoco a ningún medio de difusión, es decir, no se respetó la soberanía de las autoridades municipal ni estatal y además tendríamos que creer lo que ellos tuvieran a bien decirnos, así fueran mentiras o verdades a medias.

De los 200 cadáveres que se habían anunciado, y que algunos medios de difusión confesaron tener información fidedigna y oficial, finalmente terminamos en que después de varios días de excavaciones el resultado era -dijeron ellos- de seis osamentas, es decir, huesos que podrían ser de meses o muchos años atrás, o a la mejor pueden ser de más o de menos muertos. Muy diferente hubiese sido el haber encontrado cadáveres los cuales se supone son de muerte reciente y se encuentran completos como una unidad, así sabríamos cuántas personas eran las encontradas.

Las osamentas pudieron haber sido desde ajustes de cuentas entre narcotraficantes, como se ha pretendido hacer creer, o precisamente ciudadanos desaparecidos y probablemente encerrados en cárceles privadas como la encontrada recientemente en la ciudad de Chihuahua en el fraccionamiento Los Pinos, a donde llevaban los agentes de la Policía Judicial Federal a quienes "levantaban" y llevaban a esta casa para una pequeña investigación donde con los métodos utilizados por la Policía a la mejor y en un exceso en la utilización de tan modernas técnicas, el pobre ciudadano finalmente terminaba desaparecido. A la mejor dichas osamentas, para no ser malpensados, pudieran pertenecer a los pobladores originales del rancho, cuando se acostumbraba darles cristiana sepultura a principios de este siglo.

¿Les daría el pitazo la misma "Paca" del rancho "El Encanto"? ¿o será una nueva versión del segundo capítulo de "La Paca"? Al ex procurador Antonio Lozano le costó la chamba aquel famoso asunto, y se trataba de un cadáver; en el presente caso se hablaba de 200, sin embargo al licenciado Madrazo parece que no le sucederá nada y puede seguir cometiendo errores tan graves como éste, donde se enloda, se desprestigia y se trata de humillar a una población progresista, entusiasta y con deseos de superación como es Ciudad Juárez, quizá piense que con el clásico "usted disculpe" los chihuahuenses vamos a olvidar una más de tantas ofensas que el Gobierno central de este país nos ha hecho.

Bien hecho por el alcalde de Juárez, Gustavo Elizondo, al poner un desplegado en la capital de los Estados Unidos exigiendo al presidente de ese país más respeto por nuestro país, aclarando que dicho desplegado fue pagado por la iniciativa privada de esa fronteriza población, cuando esta situación debería haber sido defendida por el mismo presidente de la República.

Los narco ranchos no los olvidaremos tan fácilmente los chihuahuenses; ojalá no se vuelvan a repetir.