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Ante el cadáver de un partido

El Heraldo de Chihuahua Chihuahua, Chih. 20 de Julio de 2000 Página 5 Sección F

Hace algunos años hubo una película mexicana que se llamó "Ante el cadáver de un líder", que era una sátira del sistema sindical de México, así como películas recientes que afortunadamente empiezan a verse, en donde se pretende transmitir a los espectadores realidades de nuestro país que todos conocemos.

En días pasados el primer priísta del estado dio por muerto a su partido declarando que le habían hecho eutanasia, es decir, la muerte sin dolor (se supone) de un enfermo cuyo padecimiento es incurable y que, por lo tanto, la calidad de vida que lleva el enfermo es de tal manera tan baja que es mejor provocarle la muerte.

Así nos encontramos después del 2 de julio a los chihuahuenses con la declaratoria de la muerte del partido de Estado, quedando por anunciar sus funerales en lugar y hora por el momento desconocidos.

Las declaraciones del primer priísta del estado deben de tener el fundamento de algún pariente muy cercano y que sabe que su partido ya perdió el pulso y la temperatura, por lo tanto ha sido declarado muerto por eutanasia. Cómo no va a serlo, si hace tres años en la capital del imperio azteca (léase Distrito Federal) de 70 puestos de elección popular, el Partido en el Gobierno (PRI) perdió solamente 70 y en la elección del pasado 2 de julio, de 87 puestos de elección popular, la cifra mejoró, perdió 87.

Con una estaca de ese tamaño y directa al corazón del PRI-sistema era más que saludable la declaración del primer priísta del estado al declararlo muerto y prepararse para sus funerales antes de que como dice el dicho "la visita y el muerto al tercer día apestan".

Pero si hacemos un análisis rápido de los resultados electorales nos daremos cuenta de que los 16 millones de votos que obtuvo el hoy virtual presidente de México fueron votos reales, libres, conscientes, de mexicanos que ansiamos un cambio en nuestro país. De los 13 millones de votos que se "dice" obtuvo el PRI, sabemos que un buen porcentaje de ellos fue obtenido a base de extorsionar, amenazar, sobornar y toda clase de marrullerías que todavía intentó el PRI en todo el país y en nuestro estado.

Así vimos cómo en el Municipio de Madera se repartieron en las últimas tres semanas previas a la elección más de 2.7 millones de pesos en tinacos, remolques, avena, pollos, trapeadores, escobas, etc., donde personalmente el primer priísta del estado y el secretario de Desarrollo Rural estatal, José Luis García, estuvieron repartiendo dichos "apoyos" entre la población de ese municipio. En el Municipio de Matachí igualmente entregaron más de 100 toneladas de cemento (por cierto que no era cemento de Chihuahua), más de 100 toneladas de avena y una gran diversidad de productos para coaccionar a los ciudadanos con su voto a favor del tricolor.

Aun con todas estas acciones sólo llegaron a 13 millones de votos. ¿Dónde quedaron esos 10 millones de votos que "dijeron" que habían obtenido en su elección interna en noviembre del año pasado? La verdad no podían obtener una votación mayor cuando Francisco Labastida y sus colaboradores conservaron durante toda su campaña gestos en los que el más humilde fue la soberbia.

El pueblo de México se encuentra en estos momentos ante el cadáver de un partido, por lo que le suplicamos a sus parientes y amigos más cercanos que le den una rápida sepultura lo más pronto posible.