La recesión

Escribíamos hace unas semanas sobre algunos signos que empezaban a aparecer en Estados Unidos de una desaceleración de su economía y de la torpeza del gerente del Banco de México, Guillermo Ortiz Martínez, aumentando "los cortos" del circulante para tratar de desacelerar la economía de México cuando de todos es conocido que si a Estados Unidos le da un resfriado a nosotros nos da pulmonía.

En tan sólo unas semanas el tiempo nos dio la razón y hoy se ve con toda claridad que la recesión está llegando a una velocidad mucho más rápida de lo esperado. La primera en manifestar sus problemas económicos fue la cadena departamental Montgomery Ward, que decide cerrar 900 almacenes con más de 148 años de antigüedad en los Estados Unidos, le siguió JC Penney, anunciando que cerraba 50 de sus tiendas, General Motors seis de sus plantas, Chrysler hace lo mismo, aunque lo disculpa diciendo que al asociarse con Mercedes Benz había decidido cerrar las plantas más obsoletas y además porque la producción de automóviles en Estados Unidos, que en promedio andaba en los 14 millones anuales, estaba ya arriba de los 16 millones y por lo tanto había que bajar la producción.

A principios de enero, la Reserva Federal de Estados Unidos decide bajar dos veces en la misma semana un cuarto de punto porcentual la tasa líder de interés, y a principios de este mes de febrero la vuelven a bajar medio punto porcentual, es decir, un total de 1% en tan sólo un mes. Para el nivel de las tasas de interés en Estados Unidos esto significa un 20% de reducción, lo cual significaría que en México bajaran las tasas más de 4 puntos porcentuales y lo que ha sucedido es lo contrario, han subido 2 puntos.

Lo que pasa aquí en el campo de las finanzas es que desde la crisis económica del 94 prácticamente los créditos no existen, de tal manera que las tasas de interés suben o bajan no para impulsar el uso de éste para reactivar la economía, como en Estados Unidos, sino para lograr detener la fuga de capitales o incrementar la atracción de los mismos a México, es decir, nuestro país está descapitalizado y al mover sus tasas de interés sólo lo hace con ese fin.

Las consecuencias ya se han manifestado en Chihuahua, así aparece casi día tras día en los medios de comunicación que maquiladoras con más de 20 años de antigüedad han decidido cerrar sus puertas liquidando a la totalidad de sus empleados y algunas otras ya no reponen a aquellos que se van de su trabajo, y con esto bajar su producción porque había más demanda que oferta de trabajo al grado de que algunas maquiladoras estuvieron emigrando a otros estados de la república y otras traían personal del sur de nuestro país. Esta situación empezará a cambiar rápidamente en las próximas semanas.

Asimismo la compañía minera Frisco decidió liquidar a todos sus empleados en San Francisco del Oro, decisión con la cual deja a esa población casi como fantasma y su economía será más dañada de lo que estaba. Celulosa de Chihuahua en el complejo industrial de Anáhuac, decide también cerrar sus operaciones porque le resulta más barato traer las materias desde Chile a más de 12 mil kilómetros de distancia, que producirlas con los bosques de Chihuahua. Este caso afectará sensiblemente el ejido El Largo, que dejará prácticamente de vender sus productos, ya que Celulosa era su cliente principal.

En el caso de esta última empresa el problema se veía venir de tiempo atrás y nada tiene que ver con la recesión de Estados Unidos, sino con la falta de apoyo de las autoridades, que no entendieron la problemática de ese sector y la vieron siempre como la de "los talabosques" y nuestro bosque es de lo más ineficiente del mundo. Como dato explicativo, el ejido El Largo es el más productivo de nuestro estado y sólo produce 1.4 metros cúbicos de madera por hectárea, cuando la media mundial es de 20, habiendo países que andan arriba de los 30 metros cúbicos. Difícilmente con esta ineficiencia se puede competir internacionalmente en este mundo tan globalizado y para el cual el gobierno de Carlos Salinas de Gortari únicamente firmó el Tratado de Libre Comercio y los siguientes gobiernos continuaron con esta apertura con otros países, pero sin impulsar y apoyar las actividades productivas del país para hacerlas competitivas.

La situación económica se vislumbra con nubarrones en el horizonte, esperemos que tanto el gobierno de Estados Unidos como el nuestro, ambos recién estrenados, tomen las decisiones correctas para que la tormenta que viene pase rápidamente causando el mínimo daño, para que podamos ver brillar el sol de una nueva economía más estable y duradera.

La recesión está llegando, esperamos que el sobrecalentamiento de nuestra economía amortigüe en mucho esta caída.