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Saber perder

El Heraldo de Chihuahua Chihuahua, Chih. 28 de Mayo de 2002 Página 4 Sección F

Los señores del PRI están dando un triste espectáculo con el resultado electoral de Ciudad Juárez, al no aceptar su derrota. Bien dicen que la derrota es huérfana, ya que nadie la quiere reconocer.

En las últimas elecciones que hemos tenido en el estado de Chihuahua, el panorama electoral ha sido de una alta competencia, en la que los resultados le han dado el gane al candidato de un partido por tan sólo cinco, diez o veinte votos, pero así es la democracia, se pierde o se gana por un solo voto. Ejemplos de ello fueron en 1998 el Municipio de Coyame que lo ganó el PAN por tan sólo cinco votos. En el mismo año, el Municipio de San Francisco de Borja, que lo ganó el PRI por tan sólo 18 votos, y el PAN ganó la sindicatura en ese municipio por sólo 16 votos. Así podríamos usar muchos ejemplos de la muy cerrada competencia electoral en nuestro estado.

En Ciudad Juárez, Ramón Galindo ganó la elección de 1995 por tan sólo un voto por casilla en promedio, es decir, que ganó por 1,600 votos en números redondos, cuando se habían instalado 1,500 casillas. Se le reconoció el triunfo sin mayor problema. En la siguiente elección, en 1998, Gustavo Elizondo ganó por un poco más de dos votos por casilla, es decir, ganó por 3,300 votos y también se le reconoció el triunfo de inmediato. Aquellos tiempos en que se ganaba dos a uno por diferencias muy grandes hace ya tiempo que no se ven en Chihuahua y difícilmente se volverán a ver, porque sólo se dieron en las primeras votaciones en que era necesario para sacudirse el yugo y el pueblo salía a votar masivamente, a pesar del tortuguismo que el aparato gubernamental ponía en las casillas, como sucedió en algunas secciones de la colonia San Felipe de esta ciudad y los electores estuvieron más de 12 horas para poder votar en la elección de 1983. Además, las autoridades electorales ya son ciudadanizadas, hay credencial y padrón con fotografía, los partidos políticos pueden intervenir en todos los órganos electorales, de tal manera que ya los ciudadanos no acuden masivamente como lo hacían antes o en los tiempos más anteriores, en que "oficialmente" eran llevados a votar y se tenían casillas con el 100% de la votación y hasta un poco más.

Jesús Alfredo Delgado gana la primera elección con casi 10,000 votos, pero no le es reconocido el triunfo al anularse la elección. Sin embargo, se va a una segunda elección, donde los candidatos son los mismos, pero el PRI hace una alianza con otros tres partidos políticos que habían logrado 18,000 votos entre los tres en la elección del 2001, así que ya con eso se podían dar por ganados. Si a esta alianza le agregamos que cientos de empleados del Gobierno del Estado estuvieron en esa frontera durante muchos fines de semana, lidereados por el mismo Gobernador y los funcionarios de primer, segundo o tercer niveles, donde no sólo se volanteó en cruceros y colonias, sino que se les llevó toda clase de soluciones a sus problemas o cuando menos promesas de que se les resolverían, es decir, que todo el aparato del Gobierno del Estado se volcó completo con todo el personal y recursos. Además implementaron toda clase de presiones y acarreos a votar el día de la elección a través de taxis, autobuses, maestros, etc., y a pesar de todo eso el resultado les fue adverso, eso no lo pueden creer.

Analizado lo anterior, la ventaja de 2,200 votos que se reconocen oficialmente de diferencia a favor de Jesús Alfredo Delgado no es una mínima diferencia, como se ha pretendido hacer creer, más bien es la gran diferencia después de todo el aparato del Gobierno del Estado que se dejó caer con todo su peso y el del Concejo Municipal priísta que quería hacer creer que en tan sólo seis meses iba a resolver todos los problemas con su programa "A toda máquina".

En cuanto al abstencionismo, fue abatido un poco con relación a la elección anterior, cuando se situó en niveles del 65%, y ahora se redujo al 63%, que no es un gran avance, pero hay que recordar que en esta elección sólo se tenía para presidente municipal la decisión, y en la anterior había siete candidaturas a diputados y el síndico, lo cual hacía más interesante la votación. Sin embargo, se sabe que en la frontera se tiene aproximadamente un 20% de gente que es de Centro y Sudamérica, pero que se registra en el padrón para de alguna manera "validar" su estancia en esa ciudad, así que en realidad se puede decir que el abstencionismo real fue del 53%, que no deja de ser alto y deberá ser motivo de estudio y análisis por partidos políticos, autoridades electorales, etc.

Según declaraciones públicas de Roberto Barraza, candidato perdedor del PRI, el triunfo "aparente" de su opositor, Jesús Alfredo Delgado él no lo reconoce porque no hay nada escrito. ¿La constancia de mayoría que le entregó la Asamblea Municipal Electoral no es un escrito y además oficial?.

No cabe duda de que no cualquiera sabe perder, para ello se necesita tener carácter, inteligencia, voluntad propia y muchas cualidades que en este caso el PRI ha demostrado que no tiene.