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Aberrante

El Heraldo de Chihuahua Chihuahua, Chih. 9 de Julio de 2002 Página 4 Sección F

El sábado pasado el Tribunal Estatal Electoral dictaminó sobre la solicitud del PRI para que se anularan las elecciones extraordinarias en Ciudad Juárez del pasado 12 de mayo, resolviendo el presidente de esa institución que se anularan por segunda ocasión.

Quienes estuvimos presentes ese día pudimos constatar cómo al Lic. José Rodríguez Anchondo se le hacían bolas los papeles, no los encontraba en ratos, tenía que aclarar algunos conceptos de viva voz porque en el escrito estaban bastante confusos y se notaba con toda claridad que había hecho cambios de última hora en su dictamen.

De 43 recursos que recibió el Tribunal, desechó 38, sólo le dio entrada a 5 y de éstos calificó como grave sólo uno, pero éste se había desechado hasta una semana antes en que con toda contundencia el Lic. Rodríguez Anchondo había dicho que el peritaje grafológico era inadmisible porque la Ley Electoral en su artículo 198 en cuanto a las probanzas admisibles, sólo puede aceptar las que ahí se establecen, pero la grafoscopía no es una prueba aceptable, diciendo en aquel entonces Rodríguez Anchondo que eso podría llevar un tiempo incalculable a cualquier tribunal que la aceptara y que no se podría dictar sentencia dentro de los plazos constitucionales, además de que esto haría que elección tras elección los partidos políticos estuvieran pidiendo las pruebas de grafoscopía, haciendo los procesos tortuosos.

Son sólo cinco las pruebas que la ley admite: las documentales; las técnicas -cuando por su naturaleza no requieran perfeccionamiento-; las presuncionales; las testimoniales y la instrumental de actuaciones.

En el derecho público sólo se puede hacer lo que la ley dice y no se puede ir mas allá de lo que ésta establece porque se puede convertir en delincuente y pasar de acusador a acusado.

El presidente del Tribunal aceptó lo que la ley no admite y que él mismo había dicho con toda claridad que no podía aceptar, muy seguramente que fue por órdenes de quien manda y ordena en el estado, aunque se supone que el Tribunal es un órgano ciudadanizado y que tiene total independencia, pero no pudo el Lic. Rodríguez Anchondo negar la cruz de su parroquia y obedecer al llamado de los lobos.

Quien le dio toda una cátedra de lo que debería ser el dictamen del Tribunal fue el magistrado Miguel Salcido, quien retomando las propias palabras del Lic. Rodríguez Anchondo le recordó lo que él mismo había declarado semanas antes y le recordó lo que la ley establece, lo que estaba violentando con su ponencia, además le dijo que resultaba inadmisible por la propia ley la prueba grafológica, pero que además resultaba parcial por provenir de una dependencia estrechamente vinculada y dependiente del gobernador (la supuesta prueba de grafoscopía la hizo la Procuraduría de Justicia del estado).

Además le dijo que resultaba imposible determinar cuál logo partidista fue cruzado primero y cual después para anular el voto.

Dice el dicho que "piensa mal y acertarás", en este caso del "fraude fino", como le han llamado los del PRI, ¿no será que ellos como ha sido su costumbre de darle a la gente que sienten que tienen bajo su control la boleta ya cruzada en el logo del PRI y esta gente al estar en la mampara de la casilla decide anular ese voto en venganza por tantos años de callar y obedecer? Como dijo el magistrado Salcido, resulta imposible determinar cuál logo fue marcado primero y cuál después.

Además, en el voto particular del magistrado Salcido, les recordó que los funcionarios de casilla son designados por insaculación, lo cual presupone para la ley que todos ellos son de buena fe y pensar que ellos entraron en contubernio con los representantes de los partidos, incluyendo a los del PRI, como que se necesita tener una convocatoria realmente diabólica para que esto se haya logrado y además no haya trascendido.

Lo grave de esto es lo que va a impactar en la sociedad juarense y los diversos sectores, que ya de por sí habían demostrado bastante apatía para salir a votar, esto es un nuevo golpe que el PRI le da a los chihuahuenses, ya que no sólo su voluntad ha sido anulada, sino que hasta su inteligencia, aunque saquen desplegados dándoles las gracias a lo juarenses, más que nada pareció una burla, que muy seguramente seguirán pagando en las próximas elecciones, porque los priístas son de cabeza muy dura y piensan que los electores también lo son.

La que de plano dio lástima su actuación fue la Lic. Rosa María Gutiérrez Pimienta, quien sólo dijo que estaba absolutamente de acuerdo en lo que el ponente y presidente del Tribunal había dicho, es decir, que traducido al lenguaje popular sólo dijo "lo que usted ordene, mi patroncito"-.

Aberrante la resolución del Tribunal Estatal Electoral, que estamos seguros va a revertirse por el Tribunal Federal Electoral, como ya ha sucedido en otros estados de la república donde los tribunales estatales son manejados por caciques locales.