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Transición a la democracia

El Heraldo de Chihuahua Chihuahua, Chih. 15 de Octubre de 2002 Página 5 Sección F

El cambio de un partido único en el poder que tenía la Presidencia de la República, todos los gobernadores de los estados, todos los senadores de la República, todos los diputados federales y locales, así como prácticamente todas las presidencias municipales, excepto la de Ascensión o Santa Bárbara en el estado de Chihuahua o alguna otra en otra entidad del país, se fue dando lentamente a partir de los sesentas.

Todo el poder concentrado en un solo partido, lo cual daba la certeza de que una vez siendo candidato ya nomás era cuestión de tiempo, para que llegara la elección, las cuales si se cumplían con toda puntualidad desde 1923, para tomar posesión y "disfrutar" del poder, porque el poder les servía para servirse y no para servir, en muchos de los casos.

Esto llevó a México a una concentración de poder en una sola persona, ya que ésta tenía el poder de decidir quién seguía en cada estado, en cada municipio, en la cámara de senadores o de diputados. Un presidencialismo que no sólo disponía de la vida y el futuro de todos los de su partido, además era el Poder Judicial y Legislativo, ya que aunque éstos existían en la letra de la Constitución, nadie se atrevía a contradecir las decisiones del Presidente porque podía pagar inclusive con su vida o con el destierro político en alguna embajada lejana, en el mejor de los casos. Si por el otro lado había la disciplina necesaria y suficiente, vendrían después las recompensas a través de candidaturas, que como ya decíamos eran sólo cuestión de tiempo.

Fue un sistema de elecciones constitucionales muy puntuales, pero que ya todos sabían quién iba a ganar, hasta la prensa extranjera hacía sus predicciones muy acertadas. Todo el poder concentrado en una sola persona y centralizadamente, ya que todo se decidía en la capital del gran imperio azteca.

El proceso de la transición fue muy despacio y en algunos casos se sentía desesperantemente lento, porque parecía que el PRI-gobierno no iba a permitir por la buena o por la mala que a partido alguno se le reconociera un triunfo electoral. Hubo casos en que se tuvo que meter al ejército para "ganar" una gubernatura como en el '86 en Chihuahua o en el caso del Dr. Salvador Nava en San Luis Potosí, o como cuando "se les cayó el sistema" en la elección presidencial del Lic. Carlos Salinas de Gortari, hoy viviendo en el exilio y con el hermano incómodo viviendo en la cárcel. Muchos ejemplos a partir de la mitad del siglo pasado, en que se tuvieron que lamentar hasta muertes a lo largo y ancho del país de compatriotas que tenían el anhelo de democracia. Chihuahua tuvo muchos ejemplos valerosos, pero sólo mencionaremos el caso de Márquez Monreal en la ciudad de Chihuahua (papá de Bulmaro Márquez, ex diputado local), cuando la exitosísima campaña a la Presidencia de la República de Don Luis H. Alvarez en 1956.

Sería muy presuntuoso decir que el proceso a la transición se dio sólo porque el Partido Acción Nacional mantuvo su lucha histórica y valiente durante más de 60 años hasta llegar a donde hoy nos encontramos. También contribuyeron otros partidos de oposición, así como el mismo PRI, quien ya se sentía muy cuestionado en todo el mundo por su famosa "democracia a la mexicana" y porque entre ellos mismos empezaron a tener problemas con el sistema tan autoritario de elegir a sus candidatos, así como algunos de sus miembros se preguntaban si el "fraude patriótico", como en alguna ocasión le llamó el PRI a los fraudes que cometía con tal de no dejar el poder, era el camino correcto para México.

Casi todas las reformas legales que se hicieron antes de los sesentas fueron centralistas, pero en los setentas empezó a pluralizarse al llegar desde la provincia al centro las ideas de dispersar el poder y empezaron las reformas municipales para darle una verdadera autonomía municipal a la célula básica de gobierno, aunque en algunos estados como el nuestro estemos en retroceso en los últimos cuatro años. Luego vinieron más rápidamente los cambios en el Banco de México para también darle autonomía; la comisión de Derechos Humanos; el Instituto Federal Electoral; la credencial con fotografía; el padrón con fotografía; el fortalecimiento al Poder Judicial; empezó la descentralización administrativa pasándole algunas responsabilidades a los estados como la educación.

En 1997 el PRI pierde la mayoría calificada en la Cámara de Diputados y en el 2000 pierde la Presidencia de la República y también la mayoría simple en la Cámara de Diputados, en una transición casi única a través del voto en forma pacífica. Ahora por primera vez un partido de oposición en 70 años tiene la Presidencia del país, algunas gubernaturas, bastantes diputaciones locales y federales y algunos cientos de alcaldías, pero esto no quiere decir que ya hayamos llegado a la democracia, apenas iniciamos la transición hacia ella.

Se ha pretendido hacer creer que el PAN va en franco retroceso, cuando en realidad se ha seguido avanzando. Así se dijo que en el estado de Coahuila habíamos retrocedido, cuando en realidad se avanzó, pues de tres municipios que teníamos en la elección anterior y que representaban el 3.2% de la población, pasamos a ocho municipios que representan el 33% y en diputaciones pasamos de 5 a 9 diputaciones. En el estado de Guerrero pasamos de una diputación a cuatro y de una alcaldía a cinco. Sólo se retrocedió en Nayarit, estado que aunque el gobernador llegó con las siglas del PAN, ha estado gobernando como buen ex priísta que es.