Justicia a medias no es justicia

Hoy tengo que escribir de un tema muy difícil, penoso, que da coraje y que tristemente ha estado saliendo en todos los medios de comunicación, por lo que dejar de tratar este asunto sería solapar lo que esta sucediendo en el Partido Acción Nacional, sería aceptar que el fraude y la corrupción se ha apoderado del PAN, lo cual no es cierto, pero desgraciadamente hay eventos que señalan que vamos en esa dirección, por lo que es vital que todos lo atajemos, antes de que esta enfermedad termine por dominarnos. Aun estamos a tiempo.

El PAN nació como un partido democrático, en donde los propios panistas actuando con conciencia e inteligencia, tomaban sus propias decisiones, pensando siempre lo que es mejor para México y sus ciudadanos.

Siempre se criticó al partido en el poder (el PRI), en donde las decisiones eran tomadas por los o el jerarca en turno y sus decisiones eran inapelables. Fue la época "del dedazo", ahora le llamamos "designaciones".

Cuando algunas gentes de ese partido empezaron a tomar conciencia, se revelaron y fundaron su propio partido (el PRD), quienes sin poder olvidar su pasado, siguieron haciendo lo mismo, sólo cambiaron de jefe y al tener inconformidades, fueron formando diversos grupos, conocidas como "tribus". Hoy dicen que el número de tribus son tantas como militantes tiene ese partido.

Pero los tiempos traen cambios, a veces no para bien. El PAN llega al poder en diversos estados del país y luego en el 2000 gana la Presidencia de la República y llegan los deseos de poder en algunos de sus militantes, lo cual es muy válido, siempre que sea a través de métodos democráticos como ha sido desde su fundación.

El pasado 29 de marzo se llevó a cabo la elección interna para elegir candidatos a diputados federales de mayoría y de representación proporcional del PAN, elección que se llevó adelante con algunos reclamos previos ya que en aquellos distritos donde se registraron varios precandidatos, "casualmente" el padrón interno de los militantes activos "sufrió" algunos cambios, como en el tercero de Juárez y sexto de Chihuahua. Algunas correcciones se hicieron ante los reclamos y así se llegó a la elección.

Pasada la elección, Javier Corral, Victoria Chavira y el doctor Víctor Manuel Talamantes, presentaron un juicio de inconformidad ante la comisión nacional electoral del partido ya que se tienen documentadas algunas casillas "zapato", lo cual dentro del PAN es casi imposible, ya que siendo un partido democrático, esto es imposible que suceda. En Batopilas y Nonoava fueron todos los votos para los precandidatos de la línea oficial: Velia Armendáriz y Arturo Urquidi, ni un sólo voto para alguien más. Ni un sólo voto nulo, es decir todos muy bien hechos (se tenía que marcar en un pequeño círculo, rellenándolo completamente para que al pasar por un lector óptico, se supiera rápidamente el resultado). Hubo casi un 10% de votos nulos en todas las casillas (los cuales son muy cuestionables) y en estas casillas zapato no hubo uno solo. Se tiene el testimonio ante fedatario público de algunos votantes de estos municipios donde declaran que les dieron la boleta previamente marcada, otros que declaran que no fueron a votar porque su vivienda se encuentra a más de 12 kilómetros de distancia de donde estuvo la casilla, sin embargo aparece que votaron.

Se tiene el acta de defunción de un muerto que votó.

Javier Corral ya estaba dentro, el segundo lugar, desde que yo tengo memoria, siempre ha entrado. Anular Batopilas pone a Corral en el primer lugar, ese no era el problema de fondo, Batopilas lo anularon porque los funcionarios no eran activos como marcaba la convocatoria, es decir que la comisión nacional electoral no le entró al fondo. Hubo un fraude y eso merece un castigo a quienes lo operaron, lo ordenaron, lo pensaron y los que se beneficiaron con el fraude.

No podemos llegar a la elección con esta vergüenza en la cara y mucho menos a la elección del 2010. La comisión de orden debe de actuar y con rapidez.