Imprimir Página         

¿Será una nueva etapa?

El Heraldo de Chihuahua Chihuahua, Chih. 2009-04-21 Página 16 Sección B

No cabe duda de que la nota de la semana fue la visita a nuestro país del primer presidente negro de los Estados Unidos, el carismático Barack Obama.

Ya lo habíamos comentado en algunas colaboraciones anteriores, las relaciones entre México y nuestros vecinos del norte se encontraban en su peor momento: La construcción del muro de la ignominia, que amuralla al país más poderoso del mundo contra su patio trasero que es Sudamérica; las declaraciones del jefe de Seguridad Nacional norteamericano, diciendo que en México había algunas zonas sin gobierno, es decir, dominadas por los cárteles de la mafia; la decisión unilateral de no dejar entrar camiones mexicanos al territorio americano, a pesar del tratado de libre comercio firmado entre los tres países de Norteamérica desde hace más de quince años; la inclusión de un capo mexicano en la revista Forbes como uno de los más ricos del mundo, como si hubiera manera de calcular la fortuna de esa gente y como si fuera un personaje reconocido en México. Éstos y algunos otros eventos más habían enrarecido las relaciones entre los dos países.

Felipe Calderón contestó uno por uno de estos golpes, lo que trajo como consecuencia la visita a nuestro país de Hillary Clinton, exprimera dama de aquel país y ahora secretaria de Estado, es decir, la segunda de a bordo. Luego vino Janet Napolitano, Secretaria de Seguridad Nacional, y finalmente en menos de dos meses vino Barack Obama. En todos los casos han dejado en claro que quieren empezar una nueva relación con sus vecinos del sur, vecinos a quienes tenían bastante descuidados en sus relaciones diplomáticas, económicas y políticas. Si ya todos estos personajes pudieron venir a México, quiere decir que cualquier norteamericano también puede visitar a nuestro país, así que el mensaje es muy positivo para que regrese el turismo, ya que con la crisis económica y las alertas que estuvieron dando en aquel país el turismo se ha caído más del 30%. Pudiéramos decir que las tres visitas fueron en extremo humildes, actitud que no se veía en presidentes del vecino país casi desde la época de John F. Kennedy, a pesar de que se dice que a México le va mejor con los republicanos que con los demócratas, la realidad ha sido distinta.

Barack Obama ofreció, como ya lo habíamos anticipado en colaboraciones anteriores, ver muy de cerca el tema migratorio que tanto nos interesa no sólo a México sino a toda América Latina, ya que somos los grandes exportadores de mano de obra. Nada menos este fin de semana fallecieron dos centroamericanos y once quedaron heridos en una camioneta que se accidentó cuando pasaba por nuestro estado, y cuyo destino final era los Estados Unidos. También el tema del combate a los cárteles de la droga, donde la batalla se ha dado sólo de nuestro lado y allá siguen vendiéndoles las armas más modernas por montones a estos criminales, como la jovencita de 20 años que detuvieron en Zacatecas con un arsenal hasta de armas antiaéreas. Felipe Calderón le dijo a Obama que ojalá no llegue el día que estas armas también sean usadas contra los ciudadanos de aquel país, mención que debe haber preocupado al presidente Obama; así como también la mención que mientras haya los grandes consumidores (Estados Unidos), difícilmente se va a poder detener el tráfico de drogas.

Obama se siguió de México para la Cumbre de las Américas en Trinidad y Tobago, donde a sus acérrimos enemigos, como Castro, de Cuba, y el loquito de Chávez, de Venezuela, les dijo que él no iba a ver cosas del pasado, sino mirando al futuro, con lo cual cortó de tajo cualquier discusión estéril de hechos y dichos del pasado, logrando que de inmediato el desquiciado de Chávez apuntara a un probable embajador, tratando de restablecer las relaciones perdidas desde septiembre del año pasado, en que Estados Unidos pidió la salida del embajador de Venezuela.

¿Una nueva etapa en las relaciones de los Estados Unidos con sus vecinos del sur? Ojalá que así sea, por el bien de los ciudadanos de ambas naciones.