Chihuahua, el estado más violento

El pasado domingo 9 de marzo, el periódico Reforma de la ciudad de México decía en su primera plana que Chihuahua es el estado más violento del la República, ya que en todo el año pasado (2007) hubo 148 muertes violentas relacionadas con el narcotráfico y al 8 de marzo de 2008 ya llevábamos 130 muertes violentas, más las que se acumularon la semana pasada, promedio que nos lleva a la escalofriante cifra de 700 muertos en este año, si las autoridades no se organizan mejor para detener la escalada de violencia que padecemos los chihuahuenses. El estado que ocupa el segundo lugar a nivel nacional es Baja California, que llevaba hasta ese día 69 muertos violentos relacionados con el narco, es decir casi la mitad del muy deshonroso primer lugar que ocupamos.

En el enfrentamiento que tuvieron los narcos con el Ejército mexicano y con las policías federal, estatal y municipal la noche del viernes 6 para amanecer el sábado en las colonias Cerro de la Cruz y Rosario en la ciudad de Chihuahua durante toda la noche, donde murieron seis narcos y un militar, fueron recibidos por los malandros con bazucazos y granadas, es decir que ya las metralletas conocidas como "cuernos de chivo" son armamento "menor".

Los narcos detenidos durante la refriega interpusieron de inmediato un amparo, que les fue concedido por un juez de manera muy ágil y rápida, curiosamente, sin embargo el delegado de la Procuraduría General de la República (PGR) en el Estado, Rolando Alvarado Navarrete, se fajó los pantalones muy bien y dijo: "Que se amparen con San Pedro, la SIEDO que es la responsable, no tiene ningún amparo", es decir que contra el crimen de la delincuencia organizada no hay amparo que valga y de inmediato puso a los nueve narcos detenidos en avión especial de la PGR rumbo a la ciudad de México. Bien por el delegado federal.

El pasado jueves fue detenido en el estado de Baja California Sur el capo número uno de Baja California, el estado número dos en violencia, Gustavo Herrera Martínez, alias "El Gus", "El Licenciado" o "El P-1", el cual fue deportado de inmediato a los Estados Unidos por ser ciudadano de aquel país, donde era buscado por los autoridades de la DEA y del FBI por delitos cometidos en aquel país.

No cabe la menor duda de que el Presidente Felipe Calderón Hinojosa está decidido a terminar con la enorme lacra que es el narco en nuestro país, así lo anunció desde su toma de posesión y lo ha continuado diciendo que cueste lo que cueste la batalla frontal a ese cáncer no se va a detener.

Las autoridades locales deben poner su parte, tanto el Gobernador Reyes Baeza como el alcalde Carlos Borruel, que aunque se diga que el delito del narcotráfico es federal, me parece que en estos momentos ya no se puede hacer ninguna distinción de a quién le corresponde afrontar el problema, porque como primeras autoridades de los chihuahuenses, están obligados a poner todo lo necesario para proteger la vida de sus habitantes y brindarles paz y tranquilidad, ya que de otra manera es como el cáncer que no se cura con todos los remedios al alcance, puede entonces ser peor y ramificarse más hasta invadir todo el cuerpo, que en este caso sería la sociedad chihuahuense y terminaríamos por morir todos de una manera u otra.

Chihuahua, el Estado más violento, una posición nada envidiable, de la que esperamos salir pronto para ocupar los últimos lugares.