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Guerra total

El Heraldo de Chihuahua Chihuahua, Chih. 2008-05-13 Página 5 Sección F

Esta semana se recrudeció la guerra contra el narco, narcos contra narcos y el narco contra el Estado Mexicano y sus habitantes. La guerra está a todo lo que da en gran parte del país, pero sobre todo en el estado de Chihuahua.

Solamente en los últimos días de la semana: mataron el jueves pasado en la ciudad de México a Édgar Millán, jefe operativo de la lucha contra el narcotráfico de la Procuraduría General de la República, es decir el segundo de a bordo de Eduardo Medina Mora, Procurador de la República. Lo mataron dentro de un conjunto de departamentos, en uno de los cuales vivía, lo estaban esperando a las primeras horas de la madrugada, prácticamente dentro de su casa.

El viernes matan al hijo del "Chapo" Guzmán, jefe del cártel de Sinaloa, así como a un sobrino del mismo. En la misma refriega entre narcos, se llevaron entre los bazucazos -porque ya los "cuernos de chivo" son armamento menor para ellos- al hijo de Blanca Margarita Cázares, alias "La Emperatriz", operadora financiera de Ismael "El Mayo Zambada", todo esto en la ciudad de Culiacán, Sinaloa, en un estacionamiento de reconocido centro comercial, y a plena luz del día.

El sábado en la noche matan en Ciudad Juárez al jefe de la policía de aquella población fronteriza, Juan Antonio Román, llegando a su casa, donde le vacían más de 60 balazos de alto calibre. El nombre de Juan Antonio Román apareció en aquella famosa lista que dejaron sicarios en el Monumento al Policía Caído, junto con una ofrenda fúnebre, el pasado 26 de enero, lista que tenía como título "para los que no creyeron", la cual encabezaba Román. Llevan a cuatro de los 14 que conformaban la lista.

En lo que va del año, han ejecutado a 17 elementos de Seguridad Pública Municipal o Estatal en Ciudad Juárez, cinco en la ciudad de Chihuahua, dos en Parral y uno en Nuevo Casas Grandes; 25 elementos de Seguridad Pública, entre jefes y oficiales, en tan sólo cuatro meses que van del año. El mensaje del narco es que no van a detenerse con nada y por nada, ya que la presencia de miles de elementos del Ejército mexicano, de la Policía Federal, Estatal y Municipal, les ha importado menos que tres cacahuates.

Afortunadamente al Estado Mexicano no le han temblado las piernas para continuar en esta guerra frontal y nada menos el sábado pasado se juntó en la ciudad de Chihuahua todo el gabinete de Seguridad Nacional, encabezados por Juan Camilo Mouriño, Secretario de Gobernación; así como por el general Guillermo Galván Galván, Secretario de la Defensa Nacional; el Procurador General de la República, Eduardo Medina Mora; el Secretario de Seguridad Pública Federal, Genaro García Luna; el almirante Francisco Sáynes Mendoza, Secretario de la Marina; así como el gobernador del estado y los presidentes municipales de Chihuahua y Juárez. Lo único malo de dicha reunión es que al dar la rueda de prensa no aceptaron preguntas, sólo dieron a conocer lo que ellos quisieron, lo cual puede no importar mucho en un momento dado, pero lo que sí molestó es que no se haya ofrecido una sola disculpa por todos los atropellos y abusos que han cometido sobre todo los militares, con su orden de cateo que es, como dijo el general Guzmán: el marro, es decir que "me permites entrar o me meto", y así lo han hecho en viviendas de periodistas, ex funcionarios estatales y ciudadanos, donde han irrumpido en sus viviendas a altas horas de la noche, con o sin autorización. Una disculpa y una promesa de ponerles un alto a estos desmanes hubieran caído bien en la ciudadanía.

Se dice que esta guerra se ha desatado principalmente por la ruptura de los cárteles de Sinaloa con el de Juárez, ya que la alianza que tenían se ha roto y están en una lucha a muerte por el dominio de los territorios, sobre todo porque el cártel de Sinaloa está invadiendo el territorio de Juárez. En Ciudad Juárez, coincidentemente, se recrudeció la guerra contra la Policía Municipal a partir de la detención en El Paso, Texas, de Saulo Reyes, ex jefe policiaco municipal, en el trienio de Héctor "Teto" Murguía, con una tonelada de mariguana, al poco tiempo es que aparece la famosa lista "para los que no creyeron".

La guerra ya no se puede detener hasta que triunfe el orden y la legalidad, porque es la única forma en que los ciudadanos podamos vivir en paz y esa es la primera obligación de cualquier gobierno.