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Un visitante non grato

El Heraldo de Chihuahua Chihuahua, Chih. 2008-08-05 Página 5 Sección F

La semana pasada nuestra ciudad capital del estado la vistieron (a pesar de que la costumbre es decir "se vistió") de gala la familia "revolucionaria" para recibir a uno de sus prohombres: Carlos Salinas de Gortari.

¿El motivo aparente? Presentar su nuevo libro "La década perdida", obra en la cual el expresidente trata de hacer creer al lector que después de él, nadie. Es decir que sólo él y nadie más que él supo cómo dirigir al país, ya que Ernesto Zedillo Ponce de León, su sucesor, impuesto por él mismo, después del asesinato de Luis Donaldo Colosio, muerte en la cual el expresidente, siempre se dijo que tuvo mucho que ver, ya que candidato presidencial priísta se le estaba saliendo como se dice vulgarmente "del huacal" y eso para alguien como Carlos Salinas de Gortari era inaceptable.

Dijo en su conferencia que dictó al mediodía del pasado jueves que durante su mandato la economía creció al 4% y que con Zedillo a sólo el 3.2%. ¿Ya se le olvidó que el propio Zedillo le reclamó el haberle dejado colgado de alfileres la economía del país, es decir que era una burbuja a punto de reventar? y todavía con aquel cinismo que le caracteriza, Salinas le respondió públicamente que "para qué le había quitado los alfileres", ya que la economía sufrió un buen revés entrando Zedillo, pero porque así se la entregaron. Zedillo sólo reconoció una realidad y vino la devaluación de diciembre del 94, que trajo tantos problemas a millones de mexicanos que perdimos las casas, negocios, etcétera. Hecho que motivó la cultura del no pago que tenemos hasta nuestros días. Cómo olvidar aquella triste figura del chaparrito Salinas, con una chamarra de cuero café y cuello de borrega blanco, sentado en una humilde casa de Monterrey, en donde, según él iba a hacer una huelga de hambre porque Zedillo lo había insultado con aquello de los alfileres. No tardó ni tres días en que "algo" le habrá mandado decir Zedillo y dejó de inmediato su huelga de hambre, para volar a Dublín, en Irlanda en donde se tuvo que quedar exiliado todo el sexenio de Zedillo. Por supuesto que no puede hablar bien de su sucesor.

La década perdida se refirió también al gobierno de Vicente Fox Quezada, en donde según Salinas se podía haber crecido más en la economía, a pesar de la breve recesión que tuvo nuestro vecino y principal socio comercial, Estados Unidos, a causa de los actos terroristas del 11 de septiembre del 2000, en que la seguridad del imperio norteamericano se vio vulnerada y la economía mexicana sólo creció al 2.3%. La economía norteamericana ya estaba entrando en una recesión cuando los eventos del 11 de septiembre, así que la recesión no fue tan leve, ni han salido de ella nuestros vecinos, al contrario, ésta se les ha ido recrudeciendo, entre otras razones, por el elevadísimo precio del petróleo, que es lo que mueve la economía del mundo.

Pero, ¿Cómo iba a querer a Fox, cuando éste le había hecho la vida de cuadritos desde que era diputado federal? No podemos olvidar a Vicente Fox con grandes orejas y su calva artificial (la estatura era imposible de imitar, ya que la diferencia entre uno y otro es abismal), imitando a Salinas de Gortari, desde la tribuna de la H. Cámara de Diputados, hecho que para los rencores de Salinas, nunca le ha perdonado y por eso, cuando Fox ganó la gubernatura del estado de Guanajuato por primera vez en 1991, simple y sencillamente se la robó Salinas, aunque el supuesto ganador del PRI, Ramón Aguirre Velasco, varias veces regente de la Ciudad de México, tuvo más dignidad y sólo tomó posesión, pero de inmediato pidió licencia indefinida del cargo, nombrando el Congreso de aquel estado al expresidente municipal de León como gobernador interino, al panista Carlos Medina Plascencia, una clara señal de que quién había ganado las elecciones, el PAN, ya que la gente estaba muy enardecida por el robo de la elección, pero que Carlos Salinas bajo ningún concepto aceptaría a Fox como gobernador de Guanajuato. Fox esperó a que se fuera Salinas de la Presidencia, vuelve a competir y vuelve a ganar, pero ya es reconocido en 1995, y en el año 2000 gana la Presidencia de México. Por supuesto que Carlos Salinas de Gortari no puede hablar bien de Fox, si éste fue uno de sus adversarios más aguerridos que tuvo.

Lo curioso del caso es que precisamente Fox es quien le permite regresar de su exilio al país a Salinas y poco a poco ya se encuentra de nueva cuenta circulando por todo México. A los priístas ya se les olvidaron todos los hechos de este personaje, como el hermano incómodo, Raúl, quien se robó cientos de millones de dólares de nosotros los mexicanos y fue encarcelado por no poder demostrar la procedencia de más de 200 millones de dólares en cuentas de bancos de Suiza, además de que entraba y salía del país con pasaportes falsos para que no supieran que era él.

Ya se les olvidó a los priístas también que el mismo año del asesinato de Colosio (en marzo de 1994), también asesinaron a la salida del hotel Casa Blanca en la calle de La Fragua en la Ciudad de México al secretario general del PRI y que ya estaba nombrado coordinador del grupo parlamentario en la Cámara de Diputados de su partido, durante el mes de septiembre. Casualmente José Francisco Ruiz Massieu había sido el esposo de una hermana de Salinas de Gortari.

Los priístas, aparte de corta memoria, están muy necesitados de un nuevo guía, y que al perder la Presidencia de la República, quien era el amo y señor de los destinos del PRI, buscan de nuevo a quien tome las decisiones por ellos y Carlos Salinas de Gortari está en ese camino, lo de su libro es sólo para cubrir las apariencias.

Carlos Salinas, una vista non grata para la mayoría de los mexicanos que sí tenemos memoria.