Si no votas, no te quejes

En la primera elección que participé muy activamente, en 1983, utilizábamos la frase anterior, ya que en aquella época la gente no quería salir a votar porque decían que de cualquier manera siempre ganaba el PRI y no es que ganara ese partido, sino que si no ganaba, se robaba las elecciones y tenía todos los gobernadores de los estados, todos los diputados y senadores, así como siempre "ganaba" la Presidencia de la República. Así fue durante casi 70 años, hasta 1983 en que el PAN ganó y logró que le reconocieran los principales municipios del estado, donde vivía el 75% de los chihuahuenses y se reconoce la primera gubernatura en Baja California con Ernesto Rufo Appel en 1991 y la segunda con Francisco Barrio Terrazas 1992, pasando por el fraude de Chihuahua 1986.
Comentábamos en nuestro artículo de la semana pasada, la promoción que están haciendo algunos intelectuales y políticos que se sienten relegados de la toma de decisiones, que invitan a la gente a que salgan a votar, pero que deje su voto en blanco o lo anule. En nuestra legislación electoral este concepto no existe, no se toma en cuenta para nada, sólo se cuantifica como voto nulo, que se toma como un error del votante y sólo se suman los que tienen claramente la intención del ciudadano.
Las elecciones se ganan por tan sólo un voto (recuerdan que así se ufanaba Manuel Andrés López Obrador), y en ninguna parte la ley electoral dice qué porcentaje del padrón o de los votantes se necesita para ganar la elección. En las últimas elecciones ha participado el 45% aproximadamente (la de gobernador en el 2004) y de esos votos, un 43% ha votado por el candidato ganador, lo que aritméticamente nos dice que menos del 20% de los ciudadanos han votado por quien nos gobierna.
"Si no votas, no te quejes". Estamos viviendo tiempos muy difíciles, tanto por la crisis económica mundial, de la cual México no se escapa, como por la crisis de la inseguridad que tenemos en el país y sobre todo en nuestro estado. Por ello, se requiere de actitudes definitivas y comprometidas, no podemos quedarnos en la pasividad que puede provocar el miedo, el pesimismo, la derrota o la pérdida de un trabajo o de la empresa. El desaliento no debe de invadirnos, al contrario, debemos de ver estos momentos como una oportunidad para madurar, fortalecernos y llegar a mejores tiempos con mayor fuerza.
El voto en blanco es un contrasentido para la democracia, por ello es indispensable conocer a los candidatos, sus propuestas, sus antecedentes familiares, políticos, sociales y económicos, así como la historia de su partido, qué desempeño ha tenido, cuál ha sido su comportamiento en el pasado, ya que ahora se pretende engañarnos con aquello de que "nosotros sí tenemos experiencia y tenemos una nueva actitud" ¿Será? Yo no les creo.
Hoy más que nunca se requiere de la participación de todos los ciudadanos, no sólo con su voto, sino exigiendo que cumplan sus promesas de campaña, que cumplan con sus obligaciones y que no sólo vayan a "levantar el dedo" o a dormirse en las sesiones, pero eso sí ganando un muy buen sueldo que les pagamos los ciudadanos.
Hoy más que nunca debemos de participar en la política, sobre todo apoyando al primer presidente de la República que está arriesgando su vida y la seguridad de su familia, por el enfrentamiento a ese cáncer mundial que es el narcotráfico. Antes, los presidentes encontraban su área de confort, en donde sólo recibían alabanzas de todos los medios de comunicación, de todos los empresarios, intelectuales, de la Iglesia, aunque una vez que terminaban su mandato, los mismos priístas los hacían pedazos, como sucedió con Carlos Salinas de Gortari a quien defendieron hasta el último día de su gobierno y después tuvo que desterrarse del país porque sus mismos partidarios lo perseguían (Ernesto Zedillo).
Si no votas, no te quejes, así que todos a votar el próximo domingo 5 de julio, plena y conscientemente.