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Urge la reforma energética

El Heraldo de Chihuahua 8 de julio de 2008

Pareciera una mentira que con el precio del barril de petróleo crudo por las nubes y las finanzas de Pemex casi en números rojos, pero es la realidad que enfrentamos con "nuestro petróleo". Hace apenas unos años que el precio del barril de crudo andaba en los 14-15 dólares. Nunca hubiéramos pensado que pudiera romper la barrera de los 100 dólares el barril, sin embargo, hoy se encuentra en más de 145 dólares y el pronóstico es que puede llegar a pasar sobre los 200 dólares el barril antes de que finalice el año.
Entonces, ¿Por qué los números de Pemex no reflejan esta realidad? La respuesta es muy sencilla y la hemos tratado en este mismo espacio desde otra óptica. El disparo de los precios internacionales del crudo sólo ha servido para que Pemex compre las gasolinas en el exterior, en algunos casos a refinerías de mexicanos que las pusieron del otro lado de la frontera, le compran el crudo a Pemex a precios internacionales, pero le devuelven el mismo petróleo ya refinado, convertido en gasolina, pero también a precios internacionales y Pemex nos lo vende a los mexicanos al precio "oficial" de 7 pesos y centavos el litro de magna y de 9 pesos y centavos la Premium o roja, cuando en todo el mundo se está vendiendo el litro de gasolina entre los 20 y 25 pesos el litro, de tal manera que el aumento en el precio del crudo no ha servido para que Pemex pueda tener superávit económico y poder invertir en más refinerías.
Adicionalmente el peso se "ha revaluado" contra el dólar, ya que hace un año andábamos en poco más de 11 pesos por dólar y ahora estamos en casi los 10 pesos por un dólar, cuando el euro, la moneda de la Unión Económica Europea ha pasado de 85 centavos por dólar a 1.5 euros por dólar, de tal manera que recibimos hoy menos dinero en equivalencia contra el dólar y todo lo que tenemos que importar de Europa nos cuesta más y desgraciadamente, cada vez son más los productos industriales de alta tecnología que tenemos que traer de los países europeos, quienes desde hace ya algunos años van muy adelante en tecnología.
Si se llevara la reforma energética a cabo, los mexicanos podrían establecer las refinerías en México, generando empleos aquí en lugar de en otros países, la materia prima, es decir el crudo, seguiría siendo de "nosotros los mexicanos", sólo se les entregaría a "la maquiladora" para que lo convierta en gasolina, cobrando por supuesto por su trabajo e inversión, ahorrándonos además el transporte de ida y regreso del mismo producto ya transformado.
Por otro lado, el gobierno debería de vendernos la gasolina al precio que realmente vale, como está sucediendo en todo el mundo. Que la inflación se va a disparar, es cierto, todos los analistas coinciden en ello, pero algunos dicen que pudiera ser entre el 8% y otros se van a un poco más del 10%, pero de no hacerlo ahora, después tendrá que ser mucho más grande el disparo.
¿Qué ganaríamos con ello? En primer lugar reconocer una realidad mundial, que tarde que temprano nos va a llegar y entonces la tendremos que reconocer de forma traumática, como sucedía en sexenios anteriores, con devaluaciones, inflaciones, pérdidas de patrimonio de miles y miles de mexicanos. Y ante una realidad, yo creo que sucedería lo que está pasando en el resto del mundo, todos empezaríamos a cuidar el uso de la gasolina que es un bien que se nos está acabando en el planeta Tierra y que en México parece que a nadie le interesa que su automóvil tenga un rendimiento de 7, 10 ó 15 kilómetros por litro y así vemos de automóviles chocolates a Lincons, Suburbans, Cadillacs, etcétera.
Por otro lado la producción de Pemex es cada vez menos, ya que las reservas más grandes se encuentran en aguas profundas que todavía no se han podido explotar por falta de recursos, ya que son tecnologías muy costosas. Así que por un lado Pemex produce menos, pero el pueblo mexicano consumimos cada vez más, de tal manera que el diferencial es cada vez mayor.
Urge la reforma energética antes de que tengamos que sufrir las consecuencias a pesar de que "el petróleo es nuestro", pero no nos ha servido de nada, excepto para que todos derrochemos el consumo de gasolina sin conciencia alguna.