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Un Peje (MALO) al desnudo

El Heraldo de Chihuahua 15 de mayo de 2007

Chihuahua, Chihuahua.- Ahora que se está poniendo de moda el encuere masivo, dicen que como una contribución cultural para el mundo -¿será?- me parece que de pasadita le dieron una encuerada al otrora famoso Manuel Andrés López Obrador (MALO), mejor conocido como El Peje.
No piensen mis cuatro lectores que vamos a ver al Peje encuerado, porque no creo que alguien quiera admirar sus miserias, ya que a nuestra edad no da uno para más, aunque su nueva esposa piense lo contrario, ya ven que se casó uno días después de la elección del pasado 2 de julio con una joven bastante guapa.
Tampoco piensen que vamos a entrarle al tema de si el pueblo mexicano es o no lo suficientemente liberal para quitarse la ropa a plena luz del día en cualquier plaza pública, aunque ya hay algunos chihuahuitas queriendo impulsar la idea de hacerlo en la Plaza del Angel, pero de puras chavas de entre 18 y 25 años, para no sufrir penas ajenas, lo que causará la envidia de unas con las otras, pero no se aceptarán hombres para que no se vayan a reír unos de los otros.
Tampoco vamos a filosofar, como lo hicieron algunos de los exponentes en el Zócalo, de que si se sintieron liberados, que si rompieron sus ataduras de complejos y costumbres, que sintieron un nuevo amanecer a una nueva vida (sería porque fue a las primeras horas del domingo pasado), porque cada quien fue por sus propias razones, algunos fueron para efectivamente liberarse de algunos atavismos que sentían, otros fueron a ver qué veían y otros simplemente fueron por la paga que le hicieron a todos los que se presentaran ese día, a esa hora, dispuestos a posar desnudos en el Zócalo.
El verdadero tema de esta colaboración semanal es la encuerada que con ese evento se le dio al Peje (MALO) y a algunos medios de comunicación que antes y después de la elección presidencial pasada presumían de que ese personaje había logrado juntar un millón de personas y algunos se fueron con mucha facilidad a los dos millones.
Todos fuimos testigos de las fotografías, artísticas, culturales o simplemente escénicas, donde se veía el Zócalo casi lleno, quedando quizás una tercera parte sin llenar y como se debía llevar un registro para efectos de la credibilidad de la fotografía y para poder pagarles a cada uno de las personas que iban ingresando a la plaza, se tiene la certeza de que eran sólo 18 mil personas. Vamos a suponer que en la parte que quedó sin llenar cupieran otras tantas y en las calles aledañas se pudieran contabilizar otros dos tantos a los primeros, esto nos llevaría a 72,000 personas, que pudiéramos cerrar en las 100,000, o a la mejor por alguna causa desconocida se pudiera pensar en 200,000 gentes, pero para el millón que se decía en los mítines del Peje (MALO) faltan como quien dice todas, ya que en el mejor de los casos sólo sería el 20% del millón y el 10% de dos millones.
Hoy la realidad ha encuerado al Peje (MALO) y su partido enseñándonos sus miserias, ya que nos quisieron construir un caudillo que en realidad no existía y que por poco logran vendernos como tal, aunque afortunadamente los mexicanos no nos dejamos engañar.
Lo anterior nos demuestra que no siempre hay que creer todo lo que se nos dice, tarde que temprano la realidad se nos impone, como ha sucedido con este caso de la famosa fotografía de encuerados en el Zócalo de la ciudad de México.
Las próximas dos semanas podrán descansar mis amables lectores, ya que me tomaré unas vacaciones y regresaré con mi colaboración del martes 5 de junio.