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Salario justo y digno, pero no ofensivo

El Heraldo de Chihuahua 30 de enero de 2007

Chihuahua, Chih.- Felipe Calderón Hinojosa ha entrado con el pie derecho, como ya lo comentábamos en alguna colaboración anterior, con toda la decisión política que se necesita para que las cosas cambien en nuestro país.
Desde el primer día de su administración anunció que se bajaría el sueldo él mismo y los de sus principales colaboradores en un 10%, como una medida de austeridad que debería ser imitada por toda la administración pública, no sólo la federal sino también las estatales y las municipales.
La semana pasada Calderón envió al H. Congreso de la Unión una iniciativa de ley para que ningún funcionario público gane más que su jefe en el nivel jerárquico, ya que tenemos en todo el país ejemplos de sueldos de funcionarios públicos que ofenden a la población, la que en su gran mayoría gana salarios apenas mayores que el mínimo.
Sin tener conocimiento completo del texto que envió al Congreso federal, el mensaje es que ningún funcionario puede ganar más que el Presidente de la Republica, cuyo sueldo ya integrado con todas las compensaciones anda en los 200 mil pesos mensuales, ya que tenemos casos de gobernadores o presidentes municipales que superan con mucho esa cantidad.
Hace algunos años se decía que la corrupción se daba en México porque los funcionarios ganaban muy poco y esto los orillaba a corromperse, lo cual era una falacia, ya que si lo que ganas en ese empleo no te gusta o no te satisface, búscate otro trabajo que sí te guste y te satisfaga, pues eso no es disculpa para robar. Sin embargo, esto llevo en los últimos años a que los sueldos y salarios de casi todos los funcionarios públicos se elevaran de forma por demás considerable, llegando a casos de gobernadores que ganan 400 mil pesos mensuales, más bonos por "eficiencia", que pueden ser de varios cientos de miles al año adicionales. Lo mismo sucede actualmente con ministros de la Suprema Corte, que tiene sueldos de 600 mil pesos y bonos anuales de algunos millones de pesos.
Cuando un servidor fue diputado local impulsó una ley que corrigiera estas desigualdades, ya que tenemos en el Estado de Chihuahua ejemplos de presidentes municipales que ganan un sueldo determinado, y el presidente del municipio vecino, que tiene más del doble de habitantes, sólo gana la mitad del primero. La propuesta era en el sentido de que los alcaldes ganaran un porcentaje determinado del presupuesto y que estuviera amarrado con el número de habitantes de su municipio, para que no hubiera desbalances como el mencionado anteriormente. Mi propuesta fue desechada porque los municipios manejan su hacienda como ellos quieren, ya que son libres e independientes.
Así me toco ver algunos candidatos a presidentes municipales que durante su campaña se dedicaban a atacar al presidente en turno, pues decían que ganaban mucho, que eso era ofensivo para el pueblo, sin embargo después de ganar la elección, ellos se duplicaban el sueldo y cuando alguien les reclamaba decían con mucho cinismo: "Es que los regidores me aumentaron el sueldo" y con eso del municipio libre no hay autoridad alguna, más que la de ellos mismos, que les pueda decir algo.
Sé de algunos funcionarios públicos federales que ganan más que su jefe, y funcionarios de organismos públicos descentralizados que ganan más que el mismo Presidente de la Republica, con sueldos que realmente son una afrenta para el pueblo. Si a todo lo anterior agregamos que la inmensa mayoría de esos funcionarios federales, estatales y municipales reciben además una serie de prestaciones que representan casi otro tanto del sueldo y compensaciones recibidas, como son celulares, choferes, guaruras, automóviles con todo el gasto que eso representa, gastos de representación para comer y viajar a donde se quiera, todo esto nos lleva a concluir que tiene toda la razón Felipe Calderón Hinojosa con la propuesta que acaba de mandar.
Ojalá que esa propuesta sea en el sentido que se pueda aplicar también en estados y municipios, independientemente de que éstos sean "libres y soberanos", ya que todos queremos salarios dignos y justos, pero no ofensivos.