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Circo, maroma y teatro

El Heraldo de Chihuahua 6 de mayo de 2008

Bien dice el dicho que al pueblo hay que darle circo, maroma y teatro y lo mantendrás contento, y eso es exactamente lo que hace el gobierno del PRD en el Distrito Federal. Por supuesto que no me refiero al circo, maroma y teatro que han hecho con la elección de su jefe nacional y los treinta y dos jefes estatales, donde han dado un verdadero espectáculo político, porque después de mes y medio de haber llevado a cabo su elección (poco lento e incompleto), le dan el gane a quien ya los dioses habían decidido desde antes de que ésta se llevara a cabo, Alejandro Encinas, y con la renuncia de dos árbitros que ellos mismos habían puesto y además con tan sólo el 86% de las casillas computadas, en una elección tan cerrada y competida como fue, de acuerdo con los datos que ellos mismos estuvieron proporcionando a los medios, y ahora resulta que van a acudir al Tribunal Federal Electoral para que revise su elección, cuando hace apenas un año y medio no aceptaron el fallo de esta misma autoridad para Presidente de la República. Vueltas que da la vida.
A pesar de la exhibida que se han dado con la susodicha elección, resulta que el famoso y nunca bien ponderado Peje, mejor conocido como MALO por sus iniciales, Manuel Andrés Lopez Obrador, sigue logrando concentrar a miles y miles de "seguidores" en sus mítines en el Zócalo de la Ciudad de México. ¿Cómo es esto posible?, pues gracias al circo, maroma y teatro que les da el Gobierno del PRD del Distrito Federal.
Resulta que Marcelo Ebrad, desde que llegó al Gobierno del DF, mediante el triunfo que sí reconocieron (no el de Presidente de la República, que fue en la misma elección, en las mismas casillas, las mismas autoridades, etc.), se ha dedicado a dar a los capitalinos circo, maroma y teatro para tenerlos contentos, convirtiéndose en casi una especie de ídolo, porque últimamente lo hemos visto en los noticieros de la televisión, donde la gente le pide autógrafo, cual si fuera artista de cine.
Dentro de todo el circo que les ha dado, podemos recordar que les puso una pista de patinar en hielo en el meritito Zócalo, el cual por supuesto fue todo un acontecimiento y noticia nacional e internacional. La gente feliz, se sentía soñada, aunque en sus colonias no tuvieran luz o agua o los más elementales servicios, pero nunca habían soñado o imaginado siquiera que pudieran ir a una pista de patinar en el hielo y menos sin tener que salir de su bienamada Ciudad de los Palacios.
Luego continúo el circo con unas playas con todo y olas (al costo que sea) para todos aquellos ciudadanos que no pudieran ir a alguna playa verdadera durante la Semana Santa. Por supuesto que la gente del Distrito Federal continúo más que fascinada, ya que muchos de ellos no conocían las playas nomás que por las películas, a pesar de tener Acapulco a tan sólo cuatro horas por carretera.
Pero la que sí me acaba de causar un asombro mayúsculo es la de la semana pasada, que les regaló su fiesta de quince años a todas las jovencitas que se inscribieran en el programa. Por supuesto que no sólo la fiesta de los "quince", sino todo lo que ello implica: vestido de fiesta para todas ellas y no crean que el mismo modelo para todas, no señor, a cada quién le dieron el vestido que cada una escogió.
El peinado, por supuesto que peinador para cada una de ellas, así como maquillistas y lo que fuera necesario para que llegaran lo más bellas a su fiesta. ¿El lugar? Ese sí que no se les concedió que cada una lo escogiera, ya estaba designado: el centro de los espectáculos, el Zócalo, donde tuvieron a las mejores orquestas y cantantes de la ciudad. Por supuesto que las chicas y toda su familia, no sólo papás, hermanos, sino abuelitos y amigos, estaban felices y súper agradecidos con su autoridad perredista, y claro que listos para acudir a cualquier llamado que su querida autoridad les haga, junto con los mas de 300,000 de la tercera edad que reciben mensualmente su compensación de poco más de $600.
No cabe duda que el segundo presupuesto en importancia del país, después de presupuesto federal, está sirviendo para que los habitantes de la capital tengan circo, maroma y teatro, pero por supuesto que lleva la doble intención de mantener a sus huestes de adelitas y adelitos, listos para cualquier toma de Congreso o manifestación que se requiera.