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El Parlamento no parlare

El Heraldo de Chihuahua 4 de septiembre de 2007

Chihuahua, Chihuahua.- El parlamento es el lugar para dialogar, para platicar, para parlar. El H. Congreso de la Unión es el equivalente al parlamento. El lugar donde se consensan las cosas y la única forma de hacerlo es hablando, pero el Congreso de la Unión no quiso hablar. Felipe Calderón Hinojosa, Presidente Constitucional de México, ofreció debatir las ideas al Congreso, en lugar del modelo acartonado y en desuso como ha sido comentado por todas las fuerzas políticas del país desde hace ya varios años.
Sin embargo, los parlamentarios (diputados federales y senadores) le tuvieron miedo. No había impedimento legal alguno para que se pudiera dar el debate. Incluso, el Presidente les ofreció que le mandaran por escrito sus preguntas y él les contestaría por escrito a través del periódico oficial, para que no hubiera dudas. El famoso "aplausómetro" ya quedó en desuso. Hasta la época de Carlos Salinas de Gortari (del priato) se medía a los Presidentes por los minutos de aplausos que les daban en la larga exposición de su informe. Entre más aplausos se decía que había sido mejor Presidente, aunque ahora nos damos cuenta de que era parte del sistema político que padecíamos.
Los informes presidenciales llegaron a convertirse en una verdadera competencia de aguante de vejiga, ya que hubo ocasiones en que los informes empezaban a las 11 de la mañana y terminaban a las 5 o 6 de la tarde, y como cerraban las puertas del Congreso por motivos de seguridad para que nadie pudiera entrar o salir mientras el Presidente hablaba, pues a aguantarse las ganas de ir al baño, porque no había manera de hacer entender a los del Estado Mayor Presidencial -sobre todo en la época de Luis Echeverría Alvarez- cuando no sólo los informes presidenciales sino todas las reuniones que convocaba eran de carrera larga y ni modo de salirse de ellas para atender necesidades primarias.
No sólo era el ritual del Informe Presidencial, sino el famoso "besamanos" en donde al término del Informe el Presidente o el gobernador, en su caso, ya que esto se repetía en los informes de los gobernadores, se iban a Palacio, al cual debían asistir todas "las fuerzas vivas" a darles sus felicitaciones y sus parabienes para el año siguiente. Y pobre de aquel que no fuera al besamanos, ya podía esperar toda la fuerza del Estado en su contra y por supuesto que se olvidaba de cualquier contrato por parte del gobierno.
Felipe Calderón Hinojosa asistió al H. Congreso de la Unión, como lo marca la Constitución Política de México, a entregar su primer Informe del estado que guarda la Nación. Llegó al pleno de la Cámara y les dirigió un mensaje de un minuto que no tiene desperdicio alguno lo que dijo a los parlamentarios y a la Nación en su totalidad. Se le veía de buen humor, tranquilo, seguro de sí mismo, saludó a todos los que pudo y se despidió también de muchos.
Los perredistas no asistieron. Ruth Zavaleta tampoco (del PRD), quien había sido electa presidenta de la Cámara de Diputados y por lo tanto era quien debía presidir la sesión. En solidaridad con su partido dejó la presidencia en manos de Christian Castaño, del PAN, de tal manera que no hubo insultos, forcejeos o algún tipo de violencia al Presidente de México.
Es un revés a MALO (Manuel Andrés López Obrador), que de alguna manera su partido (PRD) ya no sabe qué hacer con él y en lugar de enfrascarse en una lucha que sabían de antemano que perderían, como la perdieron el pasado primero de diciembre, cuando amenazaron con que Felipe Calderón Hinojosa no tomaría posesión, pero sí lo hizo en el lugar y el momento que marca la Constitución. Ahora prefirieron retirarse en sana paz, para no verse tan mal como se vieron en la toma de posesión. Felipe Calderón Hinojosa ha continuado creciendo, no sólo en resultados para que los mexicanos vivamos mejor, sino en demostrar que fue la mejor decisión que pudimos tomar los mexicanos en la elección pasada.