Dos prietitos del mismo arroz

No cabe duda que tenemos dos candidatos a la Presidencia de la República que se pintan solitos como prietitos del mismo arroz autoritario del cual provienen. No los ve el que no quiere verlos, ni se da cuenta el que no quiere entender.

Comentabamos la semana pasada el sainete que presentó el Consejo Nacional del PRI en su sesión del pasado sábado 8 de abril, cuando desde lo más alto "Ies informaron" cómo quedarían las listas a diputados federales y senadores plurinominales, a lo cual los consejeros de ese partido sacaron mantas exigiendo democracia y dando un NO a la imposición, habiendo logrado en ese momento que cuando menos la lista de diputados no se aprobara y que les fuera presentada una nueva el día 22. Pero la sorpresa se las dio su candidato presidencial, quien no tuvo empacho en exigirles públicamente que se dejaran de cosas y que las listas ya no se cambiarían, que si alguien quería cambiar algo, sería de partido y que se fuera del PRI si así lo quería.

"De que la perra es brava, hasta a los de la casa muerde", comentábamos la semana pasada, pero ahora Ie tocó al propio candidato Roberto (que ya se quito el Madrazo de su publicidad, por aquello de que nos vayamos a dar cuenta los mexicanos del Madrazo que nos vamos a lIevar con él), no solo ladrarles, sino morderlos, y al que no Ie guste la lista, "con todo respeto", es muy libre de irse del PRI, "porque la lista está blindada", les dijo, es decir que nadie, absolutamente nadie, podría cambiarla. Dio la órden para que en esa misma semana se citara de nuevo al Consejo Nacional, el cual, sin chistar, aprobó de inmediato la misma lista que les habían presentado días antes en una sesión de Consejo Nacional de las más cortas de que se tenga memoria. A mi me parece que con esos desplantes ni los de su propio partido van a votar por él.

Claro que veremos a los priístas con sus engomados en los carros y saliendo a volantear los fines de semana, porque si no les descuentan el día, pero a la hora de votar me parece que necesitarían estar ciegos para no darse cuenta de la clase de dictadorzuelo que tendríamos en el muy poco probable caso de que llegara a ganar.

EI otro prietito del mismo arroz, con otro nombre de Partido, pero en realidad son exactamente lo mismo, ya que el 95% de quienes lo conforman (el PRD) estuvieron previamente en el PRI, ha continuado con sus desplantes de altivez y prepotencia, ya que "con el debido respeto", pero con la soberbia del iluminado, porque ya se creyó que es "el rayito de esperanza", Ie declaró una tregua al señor Presidente Vicente Fox, es decir, que el señor MALO (Manuel Andrés López Obrador) piensa que su contrincante es el actual Presidente, ignorando a los candidatos del PAN y del PRI, quienes no merecen ni que voltee a verlos, mucho menos que vaya a tomarlos en cuenta para responderles algunos de sus planteamientos o cuestionamientos, pues para ellos ni tan siquiera el látigo de su desprecio, simplemente no existen. Esto dibuja de cuerpo entero a MALO, quien no lo quiera ver, que no lo vea, pero después no lo lamentemos.

Curiosa manera de utilizar la palabra "respeto", así quiso callar al Presidente Fox, pero también lo ha hecho con los de casa, ya que al propio ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, cuando se atrevió a criticar su "proyecto alternativo de nación", ya que tiene muchos vacíos, MALO de inmediato pidió "respeto para el ingeniero", y de inmediato ignoró todos los comentarios que el ingeniero Ie había hecho, es decir que con todo respeto, pero usted es poco menos que nada. Después de ello metió en la congeladora al ingeniero Cárdenas y no sólo no respondió a sus comentarios, buenos o malos, sino que simplemente lo ignoró.

MALO respeta la libertad de prensa siempre y cuando esté de acuerdo con él, ya que de otra manera de inmediato la acusa de "compIó'' en su contra, como ha sucedido ahora que algunos medios informativos publican encuestas que no Ie favorecen. También dice respetar las disposiciones de la Ley Electoral, pero "con todo respeto" no Ie importó mandar a sus ayudantes a desbaratar y "rajarse", como se dice por acá en el norte, de los compromisos para el debate entre los candidatos presidenciales.

Dos prietitos del mismo arroz: autoritarios y soberbios.