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Carta de un diputado: Ganando espacios

El Heraldo de Chihuahua Chihuahua, Chih. 29 de Enero de 1996

Como explicación a mis lectores, empezaré diciendo que el cambio del sábado al lunes para la publicación de mis coIaboraciones, se debe a la decisión de este diario de suprimir las páginas editoriales los sábados, de manera que a partir de la semana pasada mis trabajos empezaron a publicarse los lunes. Luego, entrando en materia diremos que:

EI año de 1996 se inició con una serie de cambios en el gabinete presidencial, cambios que fueron caricaturizados por distintos medios como una confirmación de que el presidente ni tiene ni pretende tener el control de los acontecimientos políticos del país. Esto es sintomático, ya que, a nuestro parecer, los cambios obedecen precisamente a maniobras políticas, con fines muy específicos.

Desde que se inició el sexenio a la actualidad, de 17 secretarías de Estado, ha habido cambio en 9, esto es, el presidente ha cambiado a más de la mitad de su gabinete en tan sólo 14 meses. Estos movimientos obedecieron al principio a la herencia salinista que provocó la crisis económica sin precedentes que padecemos, pero posteriormente a una serie de presiones políticas por parte de los grupos tradicionales que atacaron sin piedad a las gentes vinculadas con el presidente, acusándolos de ineficientes (caso Moctezuma) o de impostores (caso Fausto AIzati). Nos ocuparemos de tres de los últimos cambios.

El cambio más impor.tante es en la Controlaría, en la que Arsenio Farell Cubillas sustituye a Norma Samaniego ante la casi unánime condena por parte de los medios y de distintos actores políticos. Arsenio Farell es un dinosaurio de la política, pero en un sentido diferente a los habitantes tradicionales del parque jurásico. Con una trayectoria que Ie ha merecido ser calificado como un "duro" del sistema, todos los medios se han encargado de sacarle sus trapitos al sol, desde que a fines de los años 50 estuvo en la carcel por haber sobornado a un juez por un asunto sucio, hasta los métodos usados por el ahora tituIar de la Contraloría para "arreglar los conflictos laborales en épocas en que se requería mantener las aguas libres de agitación, y finalmente el fallido intento de crear una super Secretaría de Seguridad en el sexenio anterior.

Farell Inició su carrera política vinculado a Echeverría, por lo que muchos analistas lo ubican en ese grupo; su relación fue con Rodolfo Echeverría a través del Banco Cinematográfico, que no se caracterizó por su pulcritud. Después fue catalogado como lópezportillista y luego como salinista, incluso hay quien señala que ha sido nombrado para ser punta de lanza para exonerar a los Salinas de todos los cargos que se les adjudican. Farell es un hombre del sistema, independientemente del grupo o fracción en cada sexenio. Ha sido un soldado del sistema, o tal vez mejor, un judicial del sistema. Si a pesar de su edad y de sus males hoy acepta ser nombrado para un puesto como la Contraloría, esta es una jugada presidencial para poner quietos a los distintos adversarios del proyecto zedillista. Como todos tienen cuentas pedientes, incluido el expresidente, el nombramiento de Farell busca un mayor espacio de maniobra para el presidente. De ser necesario, usará el garrote, algo en lo que es experto, y no se andará con miramientos en cuanto a figuras intocables.

Otra posibilidad es la de que puede convertirse en un canal eficaz de negociación con los políticos del sistema para permitir ese márgen de maniobra tan necesario al presidente en un año eminentemente político.

Y qué mejor puesto que el de la Contraloría.

La salida de Emilio Gamboa de la Lotería Nacional es una limpia de gente vinculada al grupo de Miguel de la Madrid. También se ha señalado a Gamboa como una persona vinculada al narcotráfico, especialmente por sus Iigas con Marcela Bodenstedt, y para quitarle lo que se ha dado en lIamar "Ia caja chica" del presidente en turno.

Este movimiento también puede ser la respuesta del presidente Zedillo a los ataques que recibió del grupo de Miguel de la Madrid a la iniciativa de reformas a la Ley del Seguro Social, que es uno de los proyectos más ansiados del presidente.

Cabría también mencionar la debacle de otro delamadridista, Manuel Barlett Díaz, gobernador de Puebla, a raíz del proceso electoral del año pasado, en que prácticamente desapareció del mapa y tuvo que dejar para mejor ocasión sus intentos de encabezar un nuevo grupo político, apoyado en varios gobernadores que abiertamente se opusieron al presidente y se erigieron como defensores de un federalismo sui generis, que pretendió evitar la caída del gobernador de Tabasco.

EI cambio en Comunciación Social de la Presidencia Ie permite al titular del Ejecutivo un manejo más profesional no sólo de su imagen, sino de la negociación de los distintos actores políticos. Este cambio fortalece al titular de Gobernación, quien, como ya hemos dicho anteriormente, se siente "el bueno" para el 2000. Aunque Zedillo bien puede convertirse en un nuevo Ruiz Cortines que engaña a todos por igual y esté preparando su as bajo la manga.

Dadas las circunstancias y la difícil realidad por la que atraviesa el país, estos cambios no serán los últimos. Lo que más necesita el presidente es afianzar su margen de maniobra para poder gobernar de acuerdo a su proyecto, que sin duda lo tiene, aunque la mayoría de los mexicanos no lo pensemos así.