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Cambio de dirigentes

El Heraldo de Chihuahua Chihuahua, Chih. 22 de Enero de 2002 Página 5 Sección F

En menos de treinta días, los tres principales partidos políticos de México van a cambiar sus dirigencias nacionales, lo que necesariamente va a cambiar las formas y estrategias de hacer política en el país en los próximos años.

El 24 de febrero tendrá el cambio de dirigencia el PRI, y digo cambio porque no hay la seguridad de que sea una verdadera elección, ya que como dice el refrán popular "gallina que come huevo, aunque Ie quemen el pico", y así vemos declaraciones de uno de los contendientes, Roberto Madrazo, quien al arrancar su campaña alIá por Monterrey, ciudad donde perdiera la vida su padre, Carlos Madrazo, el malogrado político tabasqueño que quería democratizar el PRI y muere en un raro avionazo en el cerro del Fraile en los años setentas, acaba de declarar que "un partido que mueve la maquinaria para atropellar propuestas o ideas es un partido sin destino, condenado a estar cada vez más lejos de la sociedad". Más claro ni el agua.

Por otro lado anda la señora Beatriz Paredes, a quien claramente se Ie nota que trae toda la línea de su partido y de varios gobernadores, lo cual va a ser suicida para el PRI repetir los errores que cometieron en el '99 y que les costaron tan caros que perdieron la Presidencia de la República. En ese partido la designación o la cargada serán hacia alguno de los dos, muy seguramente para Beatriz Paredes (si no al tiempo), ambos nada recomendables, porque tienen un largo historial de antidemocracia y de malos manejos administrativos cuando fueron gobernadores de sus respectivos estados o en otros puestos que han desempeñado.

El que sigue cronológicamente en la elección es el PAN y es del que me ocuparé principalmente. La elección será el 9 de marzo, aquí la decisión es entre dos excelentes candidatos, el primero de ellos es el actual presidente nacional, Luís Felipe Bravo Mena, persona muy inteligente y capaz, que tiene el enorme mérito de haber llevado al partido por primera vez a la Presidencia de la República, de dejarlo con finanzas sanas, con una nueva sede que es la envidia de muchos partidos no sólo de México sino del extranjero. El otro candidato es el actual senador de la república Carlos Medina Plascencia, quien ha ido ocupando todos los puestos públicos, desde regidor de Hacienda en su natal León, Guanajuato, cargo en el que encuentra malos manejos del presidente municipal, provocando la renuncia del mismo. Después fue el primer alcalde de oposición que llega a esa población, municipio que no ha perdido el PAN desde entonces (1998) y donde la votación del partido ha seguido creciendo de 66 mil votos que obtuvo Medina Plascencia, pues a la siguiente elección logran 114 mil votos, en la siguiente 157 mil, luego 220 mil y en la ultima elección, del año 2000 obtuvieron 329 mil votos.

Primer gobernador del estado de Guanajuato, cuando Ie roban a Vicente Fox la elección en 1991 y después de que la ciudadanía se inconforma tremendamente, el Congreso del Estado decide que sea Carlos Medina el primer gobernador de oposición y desde entonces el PAN gobierna esa entidad y su votación para la gubernatura ha continuado en ascenso: de 392 mil votos en 1991, pasó a 723 mil en 1995, que vuelve a ganar Fox, quien ya es reconocido y en la última elección del 2000 logran un millón de votos. No cabe duda que en ese estado ha habido un fuerte liderazgo, excelentes gobiemos y muy buen partido, que ha sabido organizarse para poder continuar en el poder.

Luego llega Medina Plascencia a la diputación federal y se convierte en el primer presidente de la Cámara de diputados que no es del PRI. Cómo olvidar aquella respuesta que Ie da en el quinto Informe de Gobiemo al entonces presidente Zedillo, en la cual la mayoría de los mexicanos nos identificamos plenamente con aquel discurso porque era lo que hacía rato queríamos decirle al Lic. Zedillo.

A Carlos Medina sólo Ie falta ser diputado local y presidente de la república. Lo primero me parece que difícilmente se puede dar y para el segundo cargo todavía hay tiempo. Pero no cabe duda que Medina Plascencia tiene la experiencia suficiente para llegar a ser el dirigente nacional del PAN.

Al llegar a la Presidencia de la República el pasado 2 de julio de 2000, el PAN debe cerrar un cicIo de vida, y al igual que los demás partidos políticos, debemos iniciar uno nuevo, porque de otra manera se corre el peligro de seguir pensando y actuando como un partido de oposición como lo fuimos durante 60 años. Debe haber una mayor vinculación y acompañamiento del partido con sus gobemantes, no de sumisión, sino de cogestión. Vicente Fox termina su responsabilidad como presidente en menos de cinco anos y su heredero es el PAN, que no debe depender del liderazgo de una o varias personas, por lo que debemos tener una nueva visión. Se requiere formar y fortalecer la conciencia democrática del pueblo, ya no podremos continuar haciendo lo mismo.

Desde esta óptica, en el PAN tendremos la enorme oportunidad de escoger entre dos personas excelentes, en un proceso democrático al que estamos acostumbrados desde la fundación del partido, con las mismas reglas de siempre, para que no haya sorpresas ni sorprendidos. Sin embargo, yo estoy con Medina Plascencia porque me parece que ese nuevo ciclo que empezó en el PAN debe ser dirigido por alguien que tenga las experiencias de haber ocupado por primera vez puestos de gobierno, como es el caso de Carlos Medina, para poder acompañar a la primera Presidencia de la República de oposición.

El PRD tendrá su cambio de presidente(a) el 17 de marzo, en donde hay dos proyectos que no se empatan. El primero que encabeza la actual dirigente, Amalia García y Jesús Ortega como candidato en pugna por una organización moderna, que pone el énfasis en buenos gobiernos basados en la organización de la estructura, y del otro lado, la vieja izquierda social vinculada a los movimientos marginales y al sindicalismo radical, la izquierda contestataria, la zapatista, la ultra y la antifoxista, representada por Rosario Robles y su padrino Cuauhtémoc Cárdenas.

Como podemos ver, los tres principales partidos cambian a su dirigencia nacional en menos de un mes y del resultado de estos cambios dependerá en mucho el rumbo político de México, porque no sólo hay que ver quien queda en cada partido, sino que depende mucho de la configuración de cada uno de ellos con los demás.