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La transición

El Heraldo de Chihuahua Chihuahua, Chih. 9 de Abril de 2002 Página 4 Sección F

México se encuentra caminando en la transición a partir de 1977, en que van apareciendo a través de los años varias medidas que Ie dan impulso inicial a la misma: La primera es la reforma al Congreso de la Unión como órgano vital del estado, incrementando sustancialmente su tamaño y con la introducción de los diputados de "representación proporcional", que constituye una de las vías para el desarrollo de los partidos políticos modernos, lo cual vino a cambiar el modus operandi de la política mexicana, así la decisión de quien gobierna se traslada para colocarse en manos de los ciudadanos a través de la nueva Cámara de Diputados, donde comienzan a tener representación las diversas corrientes políticas del país.

EI segundo elemento es el financiamiento público a los partidos políticos, a través de las prerrogativas que se les dan desde 1994, lo que hace que los partidos políticos reciban ingresos de acuerdo a su representatividad y no sólo un partido político, el PRl, que recibía todo el dinero por debajo de la mesa, poniendo en franca desventaja a todos los demás partidos.

El tercer elemento fue la reforma electoral que se hizo en 1996, creando el IFE como máxima autoridad electoral y ciento por ciento ciudadanizada, totalmente ajena al gobierno, la credencial con fotografía, elementos muy importantes para la limpieza de las elecciones.

Así, México entró a formar parte de un fenómeno mundial y novedoso: las transiciones. En primer lugar, este término es muy distinto a "revolución". Aquí no hay un cambio súbito que se desenvuelve por etapas y la línea entre el pasado y el futuro está sujeta a los vaivenes de las fuerzas políticas. En segundo lugar, un cambio negociado donde los actores no tienden a rupturas y son capaces de dialogar y establecer compromisos. En tercer lugar, la transición es un proceso en el cual la negociación se centra en las reglas del juego y estas no están definidas, lo que lo hace la parte medular del litigio político.

Nuestro país está viviendo un proceso de este tipo, pero con un rasgo adicional muy importante: ninguna de las fuerzas fundamentales buscó o recurrió a la violencia como método de acelerar o frenar este proceso de transición. Desde el discurso de Jesús Reyes Heroles, entonces secretario de Gobernación, pronunciado en Chilpancingo en 1977, en el que señalaba la necesidad de reformas para impedir el resurgimiento del "México bronco", así caminamos por acuerdos implícitos fundamentales que motivaron la negociación, el acuerdo, pero sobre todo con una insistencia absoluta en la no violencia.

Las armas de la transición en México han sido: la movilización testimonial, la desobediencia civiI, aprovechar el recurso de los medios de comunicación para llamar la atención, la crítica pública y la denuncia, la apelación a los medios públicos y organismos internacionales y una disposición permanente de negociar y llegar a acuerdos con el gobierno y su partido (el PRI).

Los símbolos de los cambios revolucionarios fueron la guillotina en 1789, la toma del Palacio de Invierno en 1917 o el desfile militar de villistas y zapatistas entrando a la ciudad de México en 1914, pero el símbolo de las transiciones ha sido la mesa redonda, la mesa de la negociación, con reglas e instituciones que abren sus puertas al futuro. Podemos decir que el cambio histórico en nuestro país ha sido sistematica y permanentemente negociado, como lo dicen por sí mismas todas las reformas electorales que se Ilevaron a cabo por presiones e insistencia de la oposición, pero sobre todo por Acción Nacional.

En México, a diferencia del resto de América Latina, el proceso de democratización no se había experimentado antes, por eso el proceso de transición es diferente al de Europa inclusive, porque no teníamos ni tan siquiera una organización jurídica, un marco jurídico en el que se pudiera llevar a cabo elecciones limpias y transparentes y en las que se reconociera sin chistar al ganador de las elecciones, cualquiera que fuera el resultado, porque lo unico que sí teníamos eran elecciones regularmente, donde se presentaban distintos partidos, pero siempre las prácticas fraudulentas eran utilizadas, sin que hubiera mecanismo alguno que pudiera detenerlas y desterrarlas para siempre. EI rezago en materia electoral era enorme, no así en las instituciones de gobierno, ni en la separación de poderes, que estaba perfectamente plasmada en la Constitución, aunque no se practicara de hecho, ya que el poder era ejercido totalmente en la realidad por el Presidente de la República, quien se desempeñaba como en una monarquía imperial.

Así pues, después de poco más de dos décadas de recurrente movilización, conflicto, discusión, negociación y reforma electoral, se llega al período de la transición, donde tendremos un largo cicIo de construcción institucional, en la que deberemos echar a andar la división de poderes y toda la maquinaria institucional que estaba ahí desde 1917 durmiendo "el suefio de los justos".

De esta manera, produciendo y acumulando novedades, se ha modificado en profundidad el régimen político de México, ya que a partir del 2 de julio del 2000 ha empezado a funcionar el verdadero sistema político mexicano. EI cambio es profundo y difícilmente reversible. No llegamos a un régimen inédito, inexplorado de la historia, sino simplemente a una nueva etapa de nuestra nación, simplemente llegamos a un sistema democrático, donde el voto del ciudadano decide lo fundamental en política: quien debe gobernarnos.

Ojalá que esta etapa de transición sea respetada por todos los gobernantes, sobre todo aquí en Chihuahua, donde parece que el gobernador quiere regresarnos a etapas ya superadas.