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Reforma energética

El Heraldo de Chihuahua Chihuahua, Chih. 27 de Agosto de 2002 Página 4 Sección F

En el derecho colonial el Estado era dueño absoluto de tierra, vidas y destinos de todos los habitantes de México.

Sin embargo. gracias a ello fue que los extranjeros, sobre todo norteamericanos y británicos, se apoderaron del petróleo o "chapopoteras", como se les describe en la excelente novela "México negro", así como de los ferrocarriles, la electricidad y muchas otras actividades que gracias a la corrupción de nuestros gobernantes, sólo sirvieron para enriquecer a los extranjeros.

Después vinieron las reformas constitucionales para devolverle a los mexicanos lo que era de nosotros y en 1901 Porlirio Díaz modifica el artículo 27 constitucional que se aplica hasta varios años después, gracias a la revolución que los mismos extranjeros apoyaron y alimentaron con miras a seguir conservando sus "derechos" que les habían dado indebidamente nuestros gobernantes.

Sin embargo, ni con los "gobiernos revolucionarios" se ha logrado que nuestro país sea autosuficiente en materia energética. Hoy, de cada cinco litros de gasolina que consumimos, uno es importado y muy probablemente es importado de una refinería que está instalada en el estado de Texas, propiedad de mexicanos que compran el petróleo crudo a México a veinte dólares el barril, para devolvérnoslo convertido en gasolina, además de que no generan empleos en México, sino en Estados Unidos. Decía el político Heberto Castillo, quien se dedicó muchos años a estudiar el asunto de nuestro petróleo, que vender el crudo era como vender maderas preciosas para leña de chimeneas. Además, de los 4.6 millones de metros cúbicos que consumimos de gas natural diariamente, 600 mil son importados. Al paso que vamos nunca Ie vamos a dar alcance al crecimiento que requiere nuestro país y poder tener una verdadera autonomía en materia energética. Este año nuestro país va a abrir 330 nuevos pozos petroleros a la producción, mientras que Estados Unidos va a abrir 24,000 nuevos pozos. Se requieren 140 mil millones de pesos por año para poder ponernos al día en materia energética, lo cual llevaría a usar una gran parte del presupuesto federal, descuidando aquellas áreas sociales que requieren de mucha atención como es la salud, la educación, el agua, el combate a la pobreza, el campo, carreteras, etc.

El día de hoy sólo vamos a hablar de la reforma eléctrica que se está proponiendo al Congreso de la Unión y la cual requiere de 50 mil rnillones de inversión anual por los próximos años para poder eficientar ese sector, recursos que no se tienen y que no es aconsejable pedir prestados para endeudar al país más de lo que ya se encuentra después de 70 años de "gobiemos revolucionarios".

El 44% de las plantas eléctricas del país tienen 30 años o más de antigüedad y para el año 2010 el 70% de las plantas serán de 30 o más, con lo cual el costo de producción de la energía eléctrica cada vez será más caro. Así tenemos que ya ahorita el kilowatt nos lo vende la Comisión Federal de Electricidad a 17 centavos de dólar, cuando en Estados Unidos se los venden en 11 centavos de dólar. Difícil de competir en cualquier empresa con estos costos y no se diga en la producción agrícola con las tarifas 09 y 09M, que hoy por hoy los campesinos están protestando con justa razón. La planta de luz de Necaxa en el estado de México tiene más de 100 años y todavía está funcionando, vinieron unos alemanes el año pasado a quererla comprar, pero para llevársela y ponerla en un museo.

México no puede lograr un crecimiento econórnico sostenido a largo plazo sin un surninistro de energía eléctrica confiable, de calidad y a precios competitivos. La confiabilidad en el abasto de la electricidad es un requisito indispensable para cualquier inversión y el crecimiento de nuestro país demanda el crecirniento sostenido en la oferta de este insumo. La calidad es también muy importante para el crecirniento, al reducir costos asociados con interrupciones o fluctuaciones imprevistas en el suministro. Finalmente, si no contamos con precios competitivos, el futuro de la industria y el campo mexicano será muy incierto.

Los avances tecnológicos y en materia regulatoria que se han desarrollado en los últimos años, han llevado a una profunda transformación de los sectores eIéctricos del mundo. Los gobiernos han enfocado sus esfuerzos más en la regulación de las actividades del sector, que en la asignación de recursos presupuestales para lograr sus objetivos. México no se debe quedar atrás. Nuestro país debe modernizar su sector eléctrico nacional para lograr tener la oferta necesaria para que el país siga creciendo, con energía de calidad y a precios competitivos, y por lo tanto debe impulsar la participación de los sectores social y privado como un complemento de la inversión pública, que de hecho ya hay plantas generadoras de luz en nuestro país que son inversión privada y que Ie venden toda su generación de luz a la CFE, siendo este un buen negocio para los particulares y para la CFE.

Un mercado eléctrico donde compiten todas las empresas participantes en el sector en igualdad de condiciones, a ofertar su energía al menor costo posible, ha generado grandes beneficios para los usuarios y la economía en su conjunto, logrando bajar el costo de la rnisma en algunos países hasta en un 40%.

La reforma propuesta NO implica la privatización de los activos de la CFE, ni de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro. Estas empresas no serán liquidadas, ni vendidas, y los derechos laborales de sus trabajadores están plenamente garantizados.

Los candados que se tienen en la Constitución mexicana tuvieron su razón histórica para defender al Estado mexicano contra las intervenciones extranjeras que saquearon nuestro país, pero no podemos seguir así porque corremos el peligro de irnos rezagando en el progreso que todos los mexicanos merecemos.

Sin una política energética no hay política social, ni econórnica.