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Señales

El Heraldo de Chihuahua Chihuahua, Chih. 16 de agosto de 1999 Página 6 Sección A

Los últimos días han estado colmados de señales en todos los ámbitos del PRI con motivo de su "elección" interna, que más bien parece guerrilla interna.

El envío de Moctezuma a la coordinación de la campaña de Francisco Labastida, adicionalmente al mensaje "no se hagan bolas" que ya comentábamos la semana pasada, Zedillo envía a su mejor amigo para que sea el hombre más cercano al candidato oficial.

Otra señal fue la que envió Esteban Moctezuma tres días después de renunciar a la Sedesol y volver a asumir el cargo de senador de la República, lo cual implica tener fuero constitucional y así poder decir lo que quiera sin que pueda ser reconvenido en sus palabras por nadie.

Una vez reasumido su cargo de senador, se lanzó en grande contra Roberto Madrazo a quien comparó con Hitler y lo llamó corrupto, desvergonzado y que no tenía derecho a decir nada sobre el candidato Labastida ¿Un prominente priísta acusando a otro que pretende ser Presidente de la República de delitos tan graves y no sucede nada?

Será posible que tengamos a un Presidente de la República que sus propios compañeros de partido los acusan de corrupción y desvío de recursos? De la hipocresía al cinismo, si antes se ocultaban hechos de todos conocidos, hoy los encontramos en boca de dirigentes priístas, sin que suceda nada.

La campaña de Francisco Labastida hasta ahora es totalmente gris, sin brillo, sin ningún atractivo para el electorado, como se decía de la campaña de Luis Donaldo Colosio (que en paz descanse) que al principio no levantaba y tenía francamente preocupados a todos los priístas. Ojalá no vaya a ser otra señal más y al rato veamos a Labastida "enfermando" y siendo sustituido por su coordinador de campana, como sucedió hace seis años.

Hay quienes dicen que para Ernesto Zedillo sería más fácil aceptar el triunfo de un candidato de la oposición que del propio Roberto Madrazo, con quien definitivamente los únicos lazos que tiene son de desunión, pero ninguno que le acerque.

Si esto fuera cierto, Ernesto Zedillo pasaría a la historia como el primer presidente que efectivamente se cortó el dedo y que además permitió que naciera la democracia en este país.

Zedillo actualmente se ve en la televisión como un hombre que empieza a quitarse la lápida de encima que significó para él desempeñar el cargo público que actualmente ostenta. Se ve a un Zedillo más contento, más relajado y hasta cierto punto como entusiasmado porque llega al final de su sexenio.

Humberto Roque Villanueva de plano ni tan siquiera ha salido a los alrededores de la ciudad de México y lo único que hace todos los días es citar a rueda de prensa y en una de ellas prácticamente reconoce que no será el ganador y que se dedicará a unificar los candidatos perdidos en torno al candidato ganador. Una clara señal, él sabe que será el candidato como buen ex jefe nacional del PRI.

Lo que al principio parecían valores entendidos entre Labastida y Madrazo, hoy en día las señales no son del todo claras, pero lo que sí podemos ver con claridad es una señal de que el PRI seguramente vivirá una derrota el año que entra.