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Privatización

El Heraldo de Chihuahua Chihuahua, Chih. 22 de Febrero de 1999 Página 6 Sección A

La semana pasada el Presidente de la República, Ernesto Zedillo Ponce de León, anunció públicamente que estaba enviando al Congreso de la Unión la iniciativa de ley para privatizar la industria eléctrica del país.

Como era de esperarse, dicha iniciativa ha levantado las más encontradas opiniones, que van desde quienes dicen que vamos a perder la soberanía del país, porque las conquistas de la Revolución son irreversibles y que si Adolfo López Mateos resucitara, rápidamente se volvería a morir al escuchar semejante proposición del actual Presidente; y por otro lado los que opinan que nunca se debió haber nacionalizado la electricidad y que, por lo tanto, aunque sea tarde es un reconocimiento a la incapacidad del Gobierno para producir los bienes y servicios que el pueblo mexicano reclama.

Dice el dicho popular que si se quiere tener escasez de arena habría que darle a administrar el desierto del Sahara al Gobierno para tenerla. Aquí en México todo lo que ha administrado el Gobierno Federal en las últimas décadas se ha convertido en un verdadero problema, y así tenemos el pésimo servicio que daba Teléfonos de México cuando era una paraestatal; habría que recordar el desastroso servicio que prestaba Aeronaves de México a la que popularmente conocía la gente como "Aeromaybe", que quería decir que nunca sabía uno a qué horas iba a salir su vuelo, además de la sobre venta tan normal en aquellos días; asimismo hay que ver el problema de Petróleos Mexicanos, donde no obstante que "el petróleo es nuestro" tenemos uno de los combustibles más caros y de menor calidad, basta comparar el precio de la gasolina cruzando el puente a los Estados Unidos, donde cuesta menos de la mitad de su precio en ciudad Juárez, y en cuanto a la calidad del famoso combustible que sustituyó al petróleo doméstico, el cual en lugar de ser mejor, es de una pésima calidad.

Los gobiernos de los países deben ser para poner las bases y la estructura para que los ciudadanos se puedan desarrollar libremente y lograr sus objetivos de una vida mejor, ya sea teniendo una mejor vivienda, vestido, descanso, logrando esto a través de lo que el Gobierno está obligado a proporcionar, como es una mejor educación, mayores facilidades fiscales y administrativas para que la economía se pueda desenvolver y que cada quien haga lo que de acuerdo a sus facultades e intereses convenga.

Aquí en Chihuahua hay que recordar que a las primeras gotas de agua que caen del cielo el servicio eléctrico inmediatamente se ve interrumpido y además en cualquier aparato eléctrico de más de 500 watts sufrimos las consecuencias en nuestro hogares por las deficiencias en las instalaciones. Pero lo más grave de todo es el anuncio hecho por el propio Presidente, en el sentido de que en los próximos años no habrá suficiente energía eléctrica para el crecimiento que requiere el país, porque el Gobierno Federal no tiene los recursos económicos para mantener el ritmo que requiere México.

La bandera del nacionalismo revolucionario o la de la pérdida de la soberanía nacional son paradigmas que ya hemos ido superando para que el Gobierno se dedique a gobernar y los particulares se dediquen a producir y generar la riqueza que este país requiere con urgencia.

La privatización de la energía eléctrica deberá salir aprobada por el Congreso de la Unión, ya que de otra manera nos estaríamos estancando y retrocediendo en perjuicio de nosotros mismos.