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La desaparición de la UNAM

El Heraldo de Chihuahua Chihuahua, Chih. 22 de Noviembre de 1999 Página 7 Sección A

Todo inició hace poco más de seis meses, cuando el rector Francisco Barnés propuso que los estudiantes de la Universidad más grande de Latinoamérica dejaran de pagar los 20 centavos mensuales que cubren de colegiatura y empezaran a pagar cuotas muy modestas y módicas en el orden de 100 a 200 pesos mensuales.

Era absurdo pensar que jóvenes que llegan en lujosos automóviles a la UNAM no tuvieran de 100 a 200 pesos para pagar por una educación que les va a permitir ser útiles a su país y superarse a sí mismos en su preparación para la vida. En todas las universidades públicas del país, de la A a la Z (de Aguascalientes a Zacatecas) se pagan cuotas de inscripción o colegiaturas mensuales, entre las cuales la más baja es la del estado de Guerrero con 50 pesos hasta las más altas, como las de Querétaro y Chihuahua, donde se pagan 2,800 pesos de inscripción.

El rector Barnés, viendo la inconformidad que esa propuesta había causado, se apresuró a declarar que aquellos estudiantes que no tuviera recursos económicos seguirían sin pagar, con su simple dicho y sin necesidad de demostrarlo. Sin embargo, esto ya no fue suficiente, la huelga estalló y más de seis meses después el rector ha caído.

Hay un nuevo rector, que por venir del primer nivel de gobierno federal, suponemos que contará con todo el apoyo, de cuya falta el señor Barnés se quejó en algunas ocasiones.

Ninguna educación es gratuita, alguien la paga, porque en economía no existe nada que sea gratuito, normalmente los ciudadanos a través de los múltiples impuestos como el IVA, el Impuesto sobre la Renta, el impuesto a la producción de alcoholes, impuesto en la gasolina, impuesto en el tabaco, hacemos posible que los estudiantes en las universidades públicas paguen cantidades tan módicas como son de 100 a 200 pesos mensuales, pero 20 centavos francamente no pagan ni el papel del recibo y mucho menos el aparato administrativo que hay detrás de ese recibo. Sería más económico no cobrar absolutamente nada.

El costo por alumno en la UNAM es más o menos el mismo que tienen las universidades privadas, pero en estas instituciones son los alumnos o sus padres quienes cubren el costo, mientras que en la UNAM somos todo el pueblo quienes a través de los impuestos pagamos dicha educación.

Ha sido demostrado hasta la saciedad que aquello que no cuesta no lo apreciamos, ejemplos hay muchos y vivencias las tenemos todos los ciudadanos, hoy en día la UNAM es un claro ejemplo de que al no costarles la educación no les importa tener a la Máxima Casa de Estudios en una huelga que ha dejado sin educación y en algunos casos sin poder terminar sus estudios a miles de jóvenes mexicanos que son el presente, pero que hoy en día se encuentran sin futuro gracias a un pequeño grupo de radicales que ya no sabemos que es lo que piden.

Autonomía no significa extra territorialidad y desafortunadamente el Presidente Zedillo ha pensado que este conflicto, como muchos otros que tiene el país, se va a solucionar por sí mismo, cuando todos sabemos que este tipo de problemas no se resuelven solos y mucho menos correctamente.

¿Subsistirá la UNAM hasta que llegue un nuevo Gobierno de la República con la elección del 2 de julio del año 2000? Si lo logra, es muy probable que el nuevo Presidente de la República quien esperemos sea de un partido diferente al que nos ha gobernado durante las últimas siete décadas y le da solución a este conflicto, de otra manera la desaparición de la UNAM está muy próxima.