Carta de un diputado: Más vale ser amigos que vecinos

Por un error involuntario este artículo se publicó el pasado viernes de manera incompleta. Hoy lo reproducimos íntegro.

Así reza el refrán popular y se lo adjudican a los americanos, pero nosotros los mexicanos, no tenemos remedio, puesto que no podremos cambiar los 3,000 kilómetros de frontera que tenemos con ellos.

La semana antepasada volví a ir a Washington, DC, para asistir a una reunión de una organización llamada "Globe", donde participan legisladores de diversos países y partidos para ver toda la reglamentación mundial para poder preservar el mar, de donde actualmente viene el 90% de nuestros alimentos y que además tiene que ver con las inundaciones, tornados y sequías que se padecen en la Tierra; mucho de todo esto viene del mar.

Una conferencia por demás interesante, pero se preguntaran, ¿qué hace un diputado de tierra adentro como es Chihuahua, en una conferencia sobre el mar? Asistimos dos diputados del PAN y dos senadores del PRI, con el fin de cabildear el asunto del embargo atunero, que injusta y unilateralmente nos impuso Estados Unidos a muchos países de Latinoamérica hace ya casi 15 años.

El embargo al atún empezó porque en 1980 los grupos ecologistas de Estados Unidos presionaron a su gobierno, porque decían (y muy seguramente era cierto) que se estaba pescando el atún sobre mantos de delfines (casi siempre andan juntos), y que en cada lance de las redes se llevaban de pasada de 6 a 8 delfines y que eso era criminal, porque se iba a acabar con estos.

Actualmente se han suscrito convenios multilaterales, como el de "La Joya", el cual lo han firmado muchos países. Este acuerdo establece que todas las embarcaciones deberán llevar a bordo un observador que de fe de la forma en que se pesca el atún y con qué mortandad de delfines se lleva a cabo. Estos inspectores son pagados por organismos internacionales y se los están rotando de embarcación en embarcación, para evitar cohechos o sobornos.

Hoy en día, está demostrado que las embarcaciones mexicanas atrapan un promedio de 0.4 de delfines por lance, y el promedio permitido es de 1.5; sin embargo, Estados Unidos sigue manteniendo el embargo y no podemos venderles atún, como también sucede con el cemento mexicano, en donde unilateralmente los americanos le pusieron un 62% de impuesto adicional porque dijeron que México estaba incurriendo en actividades de "doping" y, no obstante que se les ha demostrado que esto no es así y a pesar de que ellos no son autosuficientes en cemento, el precio se les está elevando y tienen escasez del mismo, todavía no dan su brazo a torcer.

Sin embargo, les puedo decir que la firma que tiene el Gobierno mexicano contratada para el asunto del atún y que es la misma que tienen las compañías de cementos mexicanos, para "cabildear" estos asuntos entre los poderes Legislativo y Ejecutivo de los Estados Unidos, está haciendo su trabajo muy bien y que la conclusión de esta reunión de "Globe" fue de que ya no es posible que algún país aplique medidas unilaterales a otro y que pronto esto tendrá que terminar; lo anterior fue dicho por los legisladores americanos, lo cual en buen cristiano quiere decir que pronto se puede levantar el embargo al atún mexicano y de pasada también al cemento.

Por lo anterior, creo que lo del refrán "más vale amigos, que vecinos" queda muy bien entre nosotros y los Estados Unidos, lástima que también seamos vecinos y como esto no podemos cambiarlo, pues, ¡aprovechémoslo! Claro, que ya sabemos que a ellos sólo les interesa vendernos todo lo que producen y que cuando se trata de que nosotros les vendamos a ellos, siempre habrá trabas, pero deberíamos los mexicanos de usar nuestro ingenio y habilidades para lograr equilibrar nuestras ventas, porque si sólo compramos los productos extranjeros y no les vendemos nada, seguiremos de crisis económica en crisis económica, porque estaremos gastando (comprando en el extranjero) más de lo que ingresamos (vendemos a los extranjeros).