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Carta de un diputado: Hacia un mejor hábitat

El Heraldo de Chihuahua Chihuahua, Chih. 25 de Noviembre de 1995 Página 4 Sección A

Con la Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Asentamientos Humanos (Hábitat II), que tendrá lugar en Estambul, Turquía, en junio de 1996, culmina el ciclo de conferencias globales que fueron convocadas para reflexionar sobre los temas más críticos que enfrenta la humanidad hacia fines del milenio. Se espera que la conferencia de Estambul contribuya, en especial, a crear conciencia acerca de las potencialidades que hoy ofrecen las ciudades para apoyar el progreso social y el crecimiento económico en las diversas regiones del planeta.

La semana pasada tuve la suerte de asistir en Santiago de Chile a la reunión preparatoria para el Hábitat II, en la cual todos los países de Latinoamérica y el Caribe formulamos nuestras necesidades, carencias y potencialidades con las que cuenta esta región del mundo. En Santiago de Chile se encuentra la sede de la CEPAL (Comisión Económica para la América Latina y el Caribe), organismo de las Naciones Unidas donde se desarrolló dicho evento.

En el Hábitat I celebrado en Vancouver en 1976, se vaticinaba que los problemas del hábitat se agudizarían sobre todo como resultado de la acelerada urbanización que se proyectaba, fenómeno que daría origen a grandes ciudades que crecerían sin control. En tal contexto se temía que los asentamientos se transformarán progresivamente en focos de precariedad e informalidad a medida que un flujo interminable de migrantes, procedentes en su mayoría de zonas rurales, se instalaba en la periferia de las ciudades.

Tales vaticinios han quedado atrás, pero aún tenemos serios problemas que nos deben llevar a la preocupación y el esfuerzo decidido, en especial de los gobiernos, porque aunque las ciudades han evolucionado y sus pautas de crecimiento son ahora mas pausadas y funcionales que las anticipadas hace dos décadas, tenemos serios problemas en cuanto a la inequidad social, la pobreza manifiesta de importantes mayorías contrasta con la de sectores sociales de altos estándares de vida. Tanto en las grandes ciudades como en los asentamientos de rango intermedio y las localidades rurales se expresa la desigualdad y el conflicto social que conlleva.

La proposición de América Latina y el Caribe que se llevara al Hábitat II, será para que los gobiernos y la sociedad de esta parte del mundo trabajemos en convertir nuestras ciudades en lugares más humanos, es decir, no solamente el lugar donde se vive sino donde se convive.

También se pretende una mejor condición de vida en cuanto a los recursos naturales, que no sean aprovechados de tal manera que afecten la calidad de vida de la población. Un progreso técnico compatible con el resguardo del medio ambiente adquiere creciente importancia en nuestros días.

Muy importante fue el consenso unánime de que debe dárseles más recursos a las esferas locales de gobierno (entiéndase un verdadero federalismo) en virtud de ser estas las que conocen mejor las carencias y necesidades de la población.

Finalmente se acordó hacer una verdadera transformación de la zona para tener un entorno democrático, pluralista y participativo, de tal manera que la participación de los diferentes actores a niveles urbano, vecinal y doméstico puedan construir y mantener la ciudad, el barrio y la vivienda para poder mantener un marco estable y predecible que propicie el desarrollo de la región.

Muchas cosas importantes para el hábitat se trataron en Chile.

Ojalá que los gobiernos de la región adopten estas y otras medidas que nos lleven a mejores niveles de vida a todos los mexicanos.