Carta de un diputado: ¿Una charada?

La semana pasada tuvimos dos reuniones importantes, sin relación alguna entre sí, pero que debemos relacionarlas con el fin de obtener mejores resultados para los mexicanos en el futuro próximo. La primera de ellas se llevó a cabo en la ciudad de México, en donde formal y oficialmente se instalaron las comisiones plurales para la Reforma del Estado anunciada por el Presidente Zedillo desde su toma de posesión y presentada como la columna vertebral de su proyecto político en distintos foros, incluido el I Informe de Gobierno.

Estas comisiones plurales están integradas por seis diputados de cada partido (4) y van a funcionar de la siguiente manera: todos los acuerdos serán por consenso, no por votación, es decir, o se tiene el consenso de que tal o cual reforma es buena, o simplemente no pasa; la coordinación se va a ir rotando de partido en partido, como no hay votación, cualquiera puede coordinar, y por eso también son seis de cada partido, sin mayoría priísta.

Se pretende reformar todas las instituciones de la República, sus actividades, sus relaciones con las demás instituciones y con la sociedad; en una palabra, se quiere dejar las bases para que pueblo y gobierno podamos convivir y vivir mejor en el siglo XXI que está por comenzar.

La segunda reunión -en el puerto de Acapulco- fue la Interparlamentaria México-Chile, a la que asistimos por parte de nuestro país legisladores de los cuatro partidos que estamos en el Congreso de la Unión. Por Chile asistieron legisladores de seis partidos que representan desde la radical izquierda hasta la radical derecha, pasando por todos los puntos intermedios.

Los chilenos, no obstante ser tantos los partidos políticos que venían representados, se entendían entre ellos muy bien; dicen que todos podemos aprender de todos, sin importar la ideología, porque el otro tiene alguna experiencia valiosa o cuando menos una parte de la verdad que me pueden transmitir. Para poder aprobar leyes en el Congreso chileno tienen que tener alianzas o concertacesiones con otro u otros partidos políticos; de otra manera no se puede, porque ningún partido tiene la representación suficiente para hacerlo.

De esta manera Chile ha logrado cosas que pocos países en el mundo, no sólo en Latinoamérica, han logrado salir de una dictadura de 17 años para transitar a la democracia plena, que lo han logrado porque se respetaron todos los acuerdos y leyes que se promulgaron en 1980 y que se han ido dando desde entonces; han logrado sacar las mejores leyes en relación a la minería, donde van a lograr el 35% de la producción mundial de cobre en este año; en leyes pesqueras, donde son considerados ya una potencia mundial; leyes forestales, campo en el que tienen una gran importancia, y así sucesivamente podemos decir que han hecho leyes que apoyan, alientan y promueven las actividades económicas.

Chile es un país a la vanguardia de muchos aspectos culturales, sociales y económicos: ¿Será porque la dictadura de Pinochet los orilló a esto? ¿Será porque es un país que se encuentra al fin del mundo latinoamericano y esto los obligo a ser más eficientes, mejores en todo?

México se encuentra bajo una dictadura de partido de la que parece que estamos saliendo y parece que el Presidente Zedillo quiere que transitemos a la democracia, único camino para poder tener un crecimiento sano y próspero. No es lo mismo una dictadura real y abierta que una dictadura disfrazada de lo que mucha gente ni cuenta se da. No es lo mismo vivir en el fin del mundo que en el centro de Latinoamérica como México.

Ojalá logremos esta Reforma al Estado y no quede en una charada más. Ojalá aprendamos como los chilenos a consensuar lo mejor para México, porque todos podemos y debemos aprender algo de los demás.