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Carta de un diputado: Un viaje que valió la pena

El Heraldo de Chihuahua Chihuahua, Chih. 8 de Abril de 1996

Continuando con el editorial de la semana anterior, de las reformas totales que hizo la República de Chile, ahora comentaremos la reforma de la salud. Se pretendió que mejorara a través de que el individuo pudiera elegir entre un sistema y otro. Lo que pagaba la gente por salud se consideraba como un impuesto porque era tan malo el servicio que recibían a cambio que así se consideraba.

En 1981 se hace la0 reforma y se pasa la responsabilidad de la salud a los municipios y en lugar de que el individuo tenga la obligatoriedad de pagar el 7% de su ingreso al gobierno, ahora él debe ser responsable de su salud y ese 7% deberá pagárselo a quien él quiera.

Los logros de ese cambio fueron: el sistema de salud creció rápidamente por la competencia que se dio entre las diferentes instituciones de salud (26); se logró mantener e inclusive abaratar los precios de los planes de salud, el sistema se hizo más eficiente por la competencia y hubo una mejoría extraordinaria en la mortalidad infantil pasando del 65% en 1973 a sólo el 13% en 1990; el Estado subsidia pero no administra el sistema; se subsidia únicamente a los más pobres; acceso igualitario a la salud y sobre todo la libertad de elegir.

En la actualidad no hay nadie que regrese del sector de salud privado al sector público y se puede decir que una tercera parte de la población se encuentra bajo el sistema privado, una tercera parte en el sector público y la otra parte en el sector militar.

En cuanto a las reformas económicas y fiscales, Chile pasó de tener una inflación en 1973 de más de 500% a sólo el 8.3% el año pasado. Se pensó que lo mejor era dejar que los precios tomaran libremente su nivel. En una época altamente inflacionaria en que se trata de fijar los precios, es como taparse los ojos en un automóvil que va a más de 160 kilómetros por hora.

Se privatizó casi toda la economía y se logra que el ahorro pase del 8% al 30% en sólo 12 años. Se disminuye el gasto del gobierno del 30% al 20% del PIB, sobre todo porque se fija la atención en el producto final y no en los medios, así tanto la salud como la educación se incentivó al que recibe el beneficio directamente.

Se hicieron reformas tributarias para que las empresas no pagaran impuestos sobre la renta hasta que no decidieran retirar las utilidades de la misma, provocando que la mayoría de ellas reinvirtiera lo ganado con una generación de empleos gigantesca.

Se bajó el IVA del 20% al 16% aunque años después se subió al 18%, nivel en el que se encuentra actualmente.

Todo el sistema de jubilaciones y pensiones, del cual ya les he comentado en editoriales anteriores, ha sido la base para generar un ahorro interno del país que ha sido básico para el despegue económico.

La transición al nuevo sistema de pensiones se hizo de la siguiente manera: se garantizó por parte del Estado las antiguas pensiones; se le dio un bono de reconocimiento al que cambiara al nuevo sistema; se cerró la puerta para que nuevas personas pudieran entrar al antiguo sistema y los nuevos fondos de ahorro se invierten en fondos del Estado lo cual aligeró el costo al mismo gobierno.

El nuevo sistema de jubilaciones capitaliza individualmente a cada persona y esta sabe lo que ha ahorrado, únicamente empresas privadas son las que operan dicho sistema, debe haber un rendimiento mínimo arriba de la inflación, el cual en los últimos años ha sido de 12.8% promedio, no obstante que el año pasado tuvieron una pérdida de 2.5% abajo de la inflación. Este sistema tiene actualmente más de 5 millones de afiliados de los 14 millones de chilenos y tienen 25 mil millones de dólares ahorrados, lo cual es casi el doble de la reserva que México tiene con la séptima parte de habitantes que nosotros tenemos, ojalá y logremos implementar estos cambios en nuestro país por el bien de Chihuahua y de México.