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Carta de un diputado: La ley del garrote

El Heraldo de Chihuahua Chihuahua, Chih. 6 de Mayo de 1996 Página 4 Sección A

Este fin de semana se llevó a cabo la reunión parlamentaria bilateral México - Estados Unidos en la ciudad de Zacatecas, Zacatecas, en la cual se trataron diversos temas de interés para ambos países.

Las relaciones humanas y comerciales con nuestros vecinos del norte nunca han sido lo mejor que pudieran ser, pero en últimas fechas se han hecho más difíciles que en épocas de guerra, bien pudiéramos decir que tenemos una guerra fría entre los dos.

Un tema que trató un servidor en dicha reunión y del cual haré un extracto lo más breve posible, es el embargo del atún, que llevamos 16 años, con una pequeña interrupción de 4, en que no hubo mercado libre, sino relativamente abierto y que esperamos que ya sea levantado dicho embargo, lo más pronto posible, porque yo hace tiempo que no tiene razón de ser.

La cuantificación de pérdidas económicas causadas por el embargo del atún a México son incalculables, además de las pérdidas en empleos y de la flota pesquera mexicana, que según la Cámara Nacional de la Industria Pesquera (CANAINPES), es del 50 por ciento de lo que se tenía en los años 80.

El 18 de junio de 1992 se firmó el acuerdo multilateral de La Jolla por los siguientes países: México, Estados Unidos, Colombia, Venezuela, Costa Rica, España, Ecuador, Honduras y Vanuatu. Este acuerdo va encaminado a reducir la mortandad de los delfines en el pacífico tropical. Algunos puntos importantes de este acuerdo son:

* Objetivos anuales para reducir sustancialmente la captura incidental de delfines, gradualmente para llegar a niveles cercanos a cero. México, que tenía un promedio de 28 delfines por lance, ahora tiene un promedio de 0.04 delfines por lance.

* Se establecieron observadores internacionales que implementan y siguen sanciones a aquellas embarcaciones y países que no tomen las medidas adecuadas para reducir la captura incidental de delfines. El panel de observadores está compuesto por expertos de México, Estados Unidos, Colombia, Panamá y Venezuela, dos representantes de la industria atunera y dos de grupos ambientalistas como Greenpeace y Fudena.

* Mantener una búsqueda permanente de métodos tecnológicos y ecológicos para poder separar el delfín del atún, antes de que las redes sean echadas, sobre todo en el caso del atún de aleta amarilla maduro, que es el que se localiza normalmente con los delfines.

El acuerdo de La Jolla ha comprobado científica y estadísticamente, a través de su panel internacional de revisión, que es un régimen efectivo y confiable para el manejo de las pesquerías y sus ecosistemas.

A últimas fechas, no ha sido sólo el atún, sino también el cemento, la varilla, el aguacate, el transporte y el más reciente el tomate.

Los argumentos han sido por dumping, por subsidios y competencia desigual, pero ahora se empiezan a manejar argumentos ambientalistas que complican más la situación porque la sociedad o el electorado norteamericano reacciona sensiblemente, aun en casos de información manipulada.

A principios de los 90 se impuso un doble embargo al atún: el embargo primario, donde Estados Unidos cerraba las importaciones al atún de las naciones embargadas, y un embargo secundario, que es una amenaza a aquellos países que compren atún de estos países, so pena de ponerlos en la lista negra de países que no recibirán apoyo de los Estados Unidos, o sea la ley del garrote sobre el más débil.

Todavía no acabamos de salir del embargo atunero y ahora resulta que también nos enfrentamos con la amenaza de otro embargo, el cual cerraría las puertas de Estados Unidos a las importaciones de camarón, si el Departamento de Estado norteamericano no certifica ante el congreso estadounidense el cumplimiento de un programa de protección a las tortugas en la captura del crustáceo.

Hacemos mención de la amenaza del embargo al camarón para enfatizar simplemente la difícil relación entre países vecinos y la óptica parcial con que se manejan los problemas internacionales, porque estamos convencidos de que este embargo contra el camarón no se llevará a cabo contra México porque no procede, por los programas tortugueros que tiene nuestro país hace más de 30 años, por la obligatoriedad de usar excluidores de tortugas en las redes de nuestras embarcaciones a partir del primero de abril de este año, señalando que en todo el Golfo ya se usaban. Hacemos énfasis para mostrar que la política de los Estados Unidos no es acorde con la exigencia mundial y con la exigencia nuestra de que los marcos legales internacionales surjan de posturas multilaterales, del consenso y del respeto a los intereses de países involucrados y de ninguna manera de decisiones unilaterales de un sólo país, que aplican medidas de sus legislaturas locales a otras naciones.

Las relaciones entre nuestros dos países no pueden seguirse dando de esta manera, ojalá y pronto estas relaciones mejoren y sean en una forma democrática, de justicia, igualdad, y no la ley del garrote.