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Carta de un diputado: ¿Quién mató a Colosio?

El Heraldo de Chihuahua Chihuahua, Chih. 26 de Agosto de 1996 Página 6 Sección A

En estos días ha estado muy de moda el tema del asesinato del licenciado Luis Donaldo Colosio, que si fue obra de un asesino solitario o fue obra de un complot. Los diversos grupos políticos, empresariales, sociales y hasta la misma iglesia católica han opinado al respecto.

Mi particular punto de vista es que puede haber tres teorías, con fundamento lógico todas ellas, las cuales paso a comentar:

Es muy probable que el señor procurador, licenciado Antonio Lozano Gracia, y su equipo de colaboradores no hayan podido llegar a conocer la verdad sobre el homicidio. Algunas voces piden a gritos la remoción del procurador, sin embargo debemos recordar que el caso lo tomaron las actuales autoridades más de 8 meses después de sucedido el crimen. Todos recordamos como lo manosearon los diversos procuradores, fiscales especiales y hasta el gobernador de Sonora que esa misma noche voló a Tijuana para "entrevistar" al asesino, sacándolo de las instalaciones oficiales por más de tres horas con rumbo desconocido.

Otra teoría puede ser que el señor procurador conozca la verdad, pero no puede probarlo, situación nada extraña dado la complejidad de nuestras leyes y aunque todo apuntara hacia una dirección, no se tuvieran las pruebas legales contundentes para demostrarlo.

La tercera teoría es que el procurador y su equipo conocen la verdad, pero han aceptado por instrucciones del Ejecutivo Federal no llegar hasta sus últimas consecuencias, porque como dijo el editorial del periódico quincenal Nuevo Criterio de la Arquidiócesis católica de la ciudad de México, "el asesino intelectual de Luis Donaldo Colosio estuvo en los más altos círculos del poder de la época", aunque posteriormente monseñor Norberto Rivera dijera que no era la opinión oficial ni del obispo ni de obispos auxiliares de la Iglesia Católica.

Esta última teoría supondría el consentimiento no sólo del procurador, sino también de las más altas esferas del PAN, que pudieran haber aceptado por razones de seguridad nacional no llegar a la verdad verdadera -como dijera alguien-. En lo personal no creo que esta teoría sea la correcta, porque conociendo al procurador y a los jefes del PAN, considero que ya hubiera renunciado al puesto en el momento en que esto hubiera sucedido.

El día que el señor procurador tomó posesión del cargo, me comentó que en lo personal tomaba el puesto como un reto, que si en dos años no sentía que esa dependencia estuviera cambiando y dejando una clara huella para bien de la nación, renunciaría al cargo. Los dos años se cumplen el próximo primero de diciembre.

¿Por qué un delito típicamente del fuero común, el homicidio, de la competencia de autoridades locales, fue trasladado al fuero federal? Es probable que haya sido porque en ese momento el estado de Baja California era gobernado por un partido de oposición al partido oficial y es probable que la verdad verdadera se hubiera llegada a conocer, aún cuando se podría haber perjudicado la seguridad nacional. Sin embargo hay países como Venezuela, Perú y otros en donde han sucedido casos similares, llegándose a la verdad, sin perder la seguridad nacional.

El presidente Zedillo quiso aventar la papa caliente al Congreso de la Unión y que fuese este el que nombrara el nuevo fiscal -cuarto en dicha investigación-, ofrecimiento que no fue aceptado por ningún grupo parlamentario, excepto el PRI que nunca dio su opinión.

Considero que la verdad, hasta donde es posible conocerla, la conocen plenamente las autoridades competentes y que un nuevo fiscal no va a lograr mayores investigaciones que las logradas hasta hoy.

La teoría del complot, después de los diez asesinatos que ha habido de aquellos personajes que tuvieron que ver con la investigación del mencionado crimen, es la teoría más fundamentada, independientemente de que se tengan las pruebas legales para demostrarlo, el pueblo de México conoce la verdad.