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Carta de un diputado: Lo bueno y lo malo de la reforma (Primera parte)

El Heraldo de Chihuahua Chihuahua, Chih. 5 de Agosto de 1996 Página 6 Sección A

El tránsito de las sociedades a la democracia es algunos veces violento y en otras de forma pacífica. Nosotros en el PAN siempre le hemos apostado al proceso pacífico que es una labor paciente de aprovechar coyunturas con inteligencia. En esta semana fue aprobada la reforma constitucional de los procesos electorales, que llevaba 19 meses de consensos y disensos entre las cuatro fuerzas electorales del país. Las reformas representaban un avance para la nación, aunque muchos no estemos de acuerdo en la totalidad de dichas reformas, pero en aras de un bien superior, fueron aprobadas en forma unánime por 455 votos a favor.

Por la importancia en la vida nacional, mi aportación la he dividido en dos partes. Esta primera en la que trataremos lo bueno y lo malo de la tan esperada Reforma del Estado.

Algo bueno es el establecimiento de la afiliación individual a los partidos políticos, con lo cual se pretende terminar con el corporativismo del partido oficial que afiliaba por grupos de gentes y sin el más mínimo respeto a la dignidad de la persona humana a dicho partido.

Muy bueno es que se le puso tope de financiamiento a las campañas de los partidos políticos, que ojalá y se cumpla y no vuelvan a suceder casos como el del actual gobernador de Tabasco. En este tema hay una distribución más equitativa del financiamiento público, ahora será un 70% proporcional a la votación que obtenga cada partido y un 30% en forma igualitaria para cada uno de ellos, sin embargo algo malo es el aumento del financiamiento público y la disminución de la participación de los particulares, malo por la dependencia y los problemas de voracidad que esto puede causar al interior de los partidos.

La exclusión del presidente de la República en la designación del Consejo General y del presidente del Instituto Federal Electoral, que serán ahora nombrados a propuestas de los grupos parlamentarios en la Cámara de Diputados, es bueno sin discusión.

La disminución del límite máximo de diputados que un partido político puede tener en la Cámara de Diputados, pasando de 315 a 300 y el atemperamiento a un 8% como máximo de diferencia que pueda existir entre el porcentaje de votación y los diputados que ese partido tenga en la Cámara de Diputados, hará que la próxima legislatura federal tenga una composición tal que será necesario para cualquier partido mayoritario agudizar sus habilidades políticas para lograr una reforma constitucional que requiera de mayoría calificada. Esto es bueno para que no sea como hasta hoy, que prácticamente sólo los chicharrones de un partido político son los que truenan.

El establecimiento de la acción de inconstitucionalidad de las leyes electorales a nivel federal y local a cargo de la Suprema Corte de Justicia, y el reconocimiento como sujetos facultados para ejercer dicha acción a los partidos políticos, es también muy bueno.

Fortalecimiento a la estructura orgánica del Tribunal Electoral, con la creación de una Sala Superior integrada por magistrados electorales cuya designación será por el voto de las tres cuartas partes del Senado, a propuestas de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, sin la participación del Ejecutivo Federal, es sin discusión algo bueno.

Este Tribunal Electoral sera el que de ahora en adelante declare la validez de la elección del presidente de la República, así como la del presidente electo y no la Cámara de Diputados como sucedía hasta el día de hoy.

Algo malo fue no permitir la reelección de los Consejeros Ciudadanos actuales y los que sigan, lo cual no satisfizo más que a los señores del PRI, pero en aras de buscar consensos lo aceptamos en lo general, pero exigiremos en su momento que los nombramientos de los próximos se realicen entre ciudadanos que igualen y si es posible superen en independencia de criterio e imparcialidad a los actuales miembros de este importante órgano electoral.

Malo que no se haya tratado en esta reforma política la utilización abusiva de los colores nacionales en beneficio de un partido político, los Símbolos Patrios pertenecen a todos los mexicanos y no deben ser utilizados como patrimonio y en beneficio de partido alguno.

Malo que no se haya tratado en la Reforma los mecanismos de participación democrática como el referéndum, el plebiscito, la iniciativa popular, la asociación política, entre otros. Simplemente fueron ignorados en la Reforma, no obstante ser iniciativas de ley que fueron presentadas en forma y tiempo por el grupo parlamentario del PAN.

La próxima semana continuaremos comentando algunos temas como la elección de senadores para el año que entra y el 2000, la elección por primera vez del gobernador del Distrito Federal y otros temas importantes que por razón de espacio los dejamos para la segunda parte.