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Carta de un diputado: Después del Hábitat II

El Heraldo de Chihuahua Chihuahua, Chih. 28 de Abril de 1997 Página 6 Sección A

Después del Hábitat II, celebrado en Estambul, Turquía, el año pasado, donde se acordó llevar a cabo reuniones regionales para implementar las medidas que ahí se tomaron, celebramos en Montevideo, Uruguay, hace dos semanas, la reunión para América Latina y el Caribe con 75 parlamentarios de 15 países.

La primera reunión del Hábitat, celebrada en Vancouver, Canadá, hace 20 años, logró que la vivienda se considerara un derecho del ciudadano, derecho al que llega a través del trabajo. Hoy se necesitan acuerdos concretos y no meramente enunciativos para que cada país pueda resolver los siguientes temas: Desarrollo integral de toda su nación; creación y conservación de edificios valiosos y paisajes; conservación del medio ambiente; planificación en los tres niveles de gobierno y todo lo que sea necesario para conservar más "habitable" el hábitat del ser humano.

La tendencia actual es que la mayoría de la población vive en las ciudades, pero tanto gobierno como gobernados deberían preguntarse dónde es más grave la miseria ¿en el área rural o en la urbana? Porque muchos emigran del campo a la ciudad, pensando que les va a ir mejor y resulta todo lo contrario.

En esta reunión se concluyó que el problema del hábitat debe ser resuelto a nivel local, departamental o municipal, independientemente del término que se use, para lo cual se hace necesario adecuar las leyes locales, pero más importante es que esos gobiernos municipales cuenten con los recursos suficientes para resolver su propia problemática.

Los órganos legislativos de Europa, con una gran tradición democrática, han cumplido su tarea de hacer leyes amplias y humanas, no así los países de Europa Central, que tuvieron gobiernos totalitarios y hasta hoy son países más atrasados.

Otro aspecto importante además de la legislación y más importante que ésta, es la voluntad política de hacer las cosas mejor, y así tenemos países como Aruba con legislación de 1928 y que sin embargo tiene la voluntad política y sus problemas de vivienda han sido resueltos mejor que países como el nuestro, donde existe una magnífica legislación, pero que es casi letra muerta, porque falta la voluntad política.

Uruguay, país anfitrión de esta reunión, nos dio muchos ejemplos de cómo resolver sus problemas. Un país con un territorio que es casi la mitad del estado de Chihuahua va a entregar en este año casi 12 mil viviendas en el área rural. En nuestro estado el Infonavit, entregará este año 6 mil viviendas, pero en las ciudades, es decir, proporcionalmente una cuarta parte de las viviendas que se entregaron en Uruguay en este año, tan solo en el área rural.

Uruguay tiene sólo tres millones de habitantes, menos que el estado de Chihuahua, así que por el lado que lo queramos ver han encontrado soluciones mejores que nosotros. ¿Será porque el Congreso está integrado por partes prácticamente iguales de cada partido político?

Este concepto de la vivienda rural se me hizo sumamente interesante, porque involucran a los habitantes de las comunidades rurales en la autoconstrucción de su propia vivienda. Todos trabajan en las casas de todos, nadie sabe cuál va a ser finalmente su casa, las que serán asignadas en algunos casos por sorteo, pero en otros mediante cursos de "preparación" para aprender a convivir con los vecinos y cuidar su medio ambiente, curso que sirve para identificar a las personas afines y ponerlos a vivir juntos y evitar futuros problemas.

Este esquema además es interesante porque arraiga a las personas en su lugar de origen, generando empleos en sus propias comunidades y mejorándoles sustancialmente su hábitat.

¿No será este un buen camino para arraigar a nuestra gente del campo y evitar que ingresen a las ciudades o al extranjero, donde cada día son menos bienvenidos?

Hay otros países, como Paraguay, que han explotado brutalmente sus medios naturales y así de 8 millones de hectáreas de bosques que tenían, solamente les quedan 2. Este mismo país del ´80 al ´90 tuvo la tasa de urbanización más rápida de América: 44%, pero sus ciudades carecen de los más elementales servicios que requieren sus habitantes. Ellos se han preocupado recientemente por el medio ambiente, pero necesitan con urgencia una legislación urbana que termine con sus problemas de hábitat.

Después del Hábitat II quedan muchas tareas urgentes por realizar, pero principalmente lo que requerimos los mexicanos es voluntad política para que las cosas buenas para el ser humano sucedan.