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Carta de un diputado: El pueblo se enfiestó

El Heraldo de Chihuahua Chihuahua, Chih. 3 de Marzo de 1997 Página 6 Sección A

El fin de semana pasado culminaron los festejos del centenario del natalicio de don Manuel Gómez Morín en el pueblo de Batopilas, Chihuahua, lugar de su nacimiento.

Después de un largo recorrido de ocho horas, llegamos al antiguo mineral más de 200 personas, algunas procedentes de diferentes puntos del estado y de otros del país, todos con el objeto de participar en los diversos eventos que se tenían programados en ese hermoso lugar.

La primera actividad "oficial" fue una misa concelebrada, donde los sacerdotes oficiantes pidieron la participación de los asistentes para recordar a don Manuel.

Entre los feligreses se levantó un anciano que manifestó su agradecimiento a don Manuel porque gracias a él podía asistir a los festejos, dado que lo acababan de operar de un malestar en las rodillas en el Seguro Social y de no haber sido por don Manuel, él no se encontraría ahí. De momento los asistentes no supimos a qué se refería, pero el anciano terminó por aclararlo:

Don Manuel había sido promotor de la Ley del Seguro Social y uno de sus más grandes ideólogos, aunque en esos años lo llamaron reaccionario por estas ideas.

Posteriormente se develó un busto de don Manuel, no en la plaza principal, sino en la plaza al final del pueblo, donde quedó en un lugar de más recogimiento y tranquilidad. En la plaza principal únicamente existen canchas de basquetbol y se encuentra totalmente encementada.

En la ceremonia participó el presidente municipal, Sr. Emilio Bustillos, de origen partidista diferente al de don Manuel, pero que manifestó con un alto grado de civilidad que don Manuel había sido un gran hombre para todo México y con mayor razón era orgullo para los batopilenses que hubiera nacido en ese lugar, independientemente de posturas o ideas partidistas.

Felipe Calderón Hinojosa pronunció un "discurso" a manera de cuento sobre la vida de don Manuel, lo cual resultó del agrado de todos los habitantes del lugar, que a 100 años de distancia la inmensa mayoría no sabían de qué se trataba el festejo y que fue muy importante para que comprendieran el significado del primer y único monumento que tienen en esa población.

Posteriormente se tuvo una cena en la plaza principal, donde se compartió el pan y la sal por propios y extraños, por blancos y mestizos, por mestizos e indígenas, por panistas y priístas, niños y adultos, todo el pueblo estaba enfiestado. Acto seguido se tuvo un gran baile en donde los lugareños se mezclaron con los visitantes y se disfrutó de una gran fiesta de civilidad hasta altas horas de la noche.

Una gran lección para todos los que tuvimos la fortuna de asistir a esta conmemoración del centenario del natalicio de don Manuel, que debería ser ejemplo de la convivencia civilizada que deberá vivir nuestro país, porque nos guste o no, será la mejor forma de que México salga adelante, en la medida que comprendamos que no es con insultos ni con amenazas como podremos vivir mejor los mexicanos, en esa medida el país progresará.

El pueblo enfiestado dejó a un lado los colores partidistas, viejas disputas, rencillas o diferencias partidarias, y todos participamos en la conmemoración de un gran hombre que es orgullo de Batopilas y debería ser de todos los chihuahuenses. Estoy seguro de que esta hermosa fiesta en el fondo de la cañada de donde escaló don Manuel a los más altos puestos y nobles ideales de nuestro país, ha dejado en los lugareños y los fuereños que asistimos un agradable recuerdo.