Preocupante: El informe

El pasado 1 de septiembre, el presidente Ernesto Zedillo rindió su II Informe ante el Congreso de la Unión, el que ya les he comentado desde otros puntos de vista. Hoy trataré de comentarles lo que se puede leer entre líneas.

En el aspecto económico, lo que se desprende del Informe es que el programa de estabilización continuará sin cambio alguno. Esto implica que seguirá la restricción del gasto gubernamental, seguirá como algo prioritario el combate a la inflación, por lo que no se prevé una reactivación importante de la economía, los salarios y el poder adquisitivo no mostrarán una mejoría importante así como tampoco habrá un crecimiento en el empleo.

También se contempla que el programa de privatizaciones continuará, lo que agudizará los conflictos con los sindicatos, especialmente los afectados con las privatizaciones, que se continuará con las presiones sobre la paridad peso-dólar y que, con los programas gubernamentales de rescate a los deudores, que son en realidad para salvar al sistema financiero, no habrá crecimiento de la infraestructura por algunos años.

En cuanto ala deuda externa, lo único que se hará es diferir los pagos, por lo que seguirá una dependencia del Fondo Monetario Internacional y la banca extranjera, lo que implica que no habrá posibilidades de aplicar programas emergentes para reactivar la economía doméstica.

Se anuncia que el desarrollo dependerá del ahorro interno, pero con una producción y con una economía en recesión, la única posibilidad serán las AFORES, mismas que sólo en el mediano plazo pesarán en la economía. lo anterior implica una restricción en el consumo, la continuación o incluso un incremento al IVA, una nueva oleada de terrorismo fiscal que ya inició, con el caso del presidente del periódico El Universal, que sin defenderlo no deja de ser preocupante la forma en que se le mandó detener.

Se anuncia un desarrollo a partir de las exportaciones y de hecho serán las únicas, junto con la industria maquiIadora, que tengan crecimiento. La inversión extranjera sigue creciendo en el portafolio, es decir, en la inversión especulativa, que al igual que el sexenio anterior nos predispone a recurrentes caídas de nuestra moneda.

Los apoyos al campo, al no haber dinero, serán mínimos, con lo cual se fomentará implícitamente el cultivo de enervantes y una mayor emigración a las ciudades.

En el aspecto social las cosas no andan mejor. Se anuncian programas de política social sumamente politizados, localizados y de carácter compensatorio. Se pretende ayudar a las zonas "de los más marginados" con programas exclusivos y excluyentes. El crédito tenderá a ser, como siempre lo ha sido, un control político.

No existe un solo programa de desarrollo regional y por lo contrario, se pretende descentralizar los primeros niveles de salud y educación, lo que implica conflictos con los médicos y los maestros.

En el aspecto político llama la atención la intención de cerrarle el camino a las ONG, a las coaliciones y al PAN. Se prevé una oleada de nacionalismo y de todos contra el PAN, al que se le pretenderá identificar con los Estados o con los sectores más retrógrados como ya ha sucedido en el pasado.

Preocupantes también las comparecencias del Secretario de Gobernación, Emilio Chauffet, y del secretario de la Contraloría, Arsenio Farell, en lugar de responder a las interrogantes, se dedicaron a regañar, a faltarle el respeto al Poder Legislativo y amenazar veladamente a algunos de sus miembros, que se atrevieron a cuestionar algunos tópicos que están en el ánimo de toda la población.

Preocupante también que las Comisiones Investigadoras de Conasupo y de seguimiento a los casos Colosio y Ruiz Massieu, entre más logran investigar, más se encuentran con las conexiones al más alto nivel y cada vez su labor es entorpecida con mayor rigor.

Aunque en principio el II Informe parece más de lo mismo, si leemos entre líneas, es preocupante.