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6 de julio

El Heraldo de Chihuahua Chihuahua, Chih. 26 de Agosto de 2003 Página 4 Sección F

Dicen que las derrotas son huérfanas, mientras que las victorias tiene múltiples paternidades y ciertamente el pasado 6 de Julio el PAN fue derrotado en las elecciones federales, aunque tuvimos estados en que Acción Nacional metió zapato a los demás partidos, como sucedió en Guanajuato y Baja California, entre otros, en que la totalidad de los distritos fueron ganados por el PAN.

Las derrotas se analizan, no se justifican, ya que de otra manera se pueden volver a cometer los mismos errores y fracasar de nuevo y aunque no pretendo agotar este tema porque no tengo la capacidad ni el espacio suficiente para hacerlo, si voy a dar algunas pinceladas de lo que nos llevó a los resultados del 6 de Julio.

Fuimos derrotados en primer término por ese partido que ha ido creciendo hasta llegar a ser el partido mayoritario: el abstencionismo, este es el principal enemigo a vencer por todos los partidos. Las expectativas de cambio y crecimiento creadas durante la campaña presidencial del 2000 no fueron alcanzadas por muy diversas circunstancias, entre ellas por una fuerte recesión internacional, principalmente de nuestros vecino y principal socio comercial, que se agudizó profundamente con los sucesos del 11 de Septiembre del 2001 y la guerra contra Irak, sin embargo el mexicano lo sintió en su bolsillo y no salió a votar.

La mayoría de la población fue bombardeada por la estrategia priísta de desprestigiar todo lo hecho por Fox. El PRI culpó a la inexperiencia del nuevo gobierno de la falta de crecimiento económico, a la vez que obstaculizaba las reformas necesarias para poder crecer. Tiraban la piedra y escondían la mano, además que hicieron aparecer al actual gobierno como el culpable de todos los males actuales, cuando la gran mayoría son herencia de las malas administraciones priístas.

Las miles de delegaciones federales en todos los estados del país, se dejaron en manos de los priístas, quienes continuaron operando a favor del PRI y en contra del proyecto del Presidente Fox y del PAN. Esta vieja estructura del podrido sistema anterior no se desmanteló y continuó operando a favor del PRI en las urnas junto con los gobiernos estatales afines a ellos, que todavía siguen nutriendo de millonarios recursos para los acarreos, los regalos, las entregas de maíz y frijol, la compra de credenciales, el reparto de dinero y el voto corporativo, pesaron más sobre los ciudadanos que la conciencia de participar en este momento histórico de México en la transición hacia un País nuevo y distinto.

La estrategia priísta de desviar la atención de sus pecados, que son muchos en contra del pueblo de México, como el PEMEXGATE, por medio de un supuesto financiamiento del extranjero a los amigos de Fox, les dio el resultado deseado: confundir y desenfocar al electorado del grave y bien documentado delito priísta. Esto contribuyó fuertemente al abstencionismo sobre todo en la clase media que fueron factor definitivo para el triunfo del 2000, sin embargo no les pareció que el PRI o el PRD fueran la solución, pero tampoco estaban seguros del PAN con toda la andanada de mentiras.

Mientras que el PRI compró votos debajo de la mesa en todos los estados gobernados por ellos, el PRD hizo lo mismo por arriba de la mesa en el Distrito Federal, la ciudad más grande del País y dicen que del mundo. Sus programas de entregar 668 pesos a 325,000 adultos de la tercera edad y a 56,000 discapacitados, que sólo comprobaran su residencia con su credencial de elector (para que fueran realmente posibles clientes electorales), les dio cerca de un millón de votos entre beneficiados con este programa y sus familiares.

Faltó comunicación entre el gobierno federal y la población para poder incorporar en la campaña panista los logros del gobierno en materia inflacionaria, bajas tasa de interés, estabilidad cambiaria, entre otros. No se difundió entre los ciudadanos que el aumento en las tarifas de luz se debe a la negativa de los legisladores del PRI que se opusieron a la reforma eléctrica, que en ningún momento se habló de privatizar a la CFE, ni a la Compañía de Luz y Fuerza del Centro.

La estrategia populista del PRD funcionó, la estrategia del PRI de acusar y descalificar a Fox, negándose a hacer los cambios necesarios para que el país avanzara, funcionó. La estrategia del PAN, de sólo pedir más diputados para quitarle el freno al cambio, no funcionó. Al final de cuentas son las estrategias las que funcionan y la del PAN no entusiasmó.

Para el PAN las tácticas de campaña están limitadas por la ética y los principios, para otros, todo lo que sirva para alcanzar el poder está permitido. Enseña más las derrotas que las victorias, el PAN tiene que aprender de ellas, como siempre lo ha hecho.