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La controversia final

El Heraldo de Chihuahua Chihuahua, Chih. 28 de Diciembre de 2004 Página 4 Sección F

EN CASO DE QUE LA CORTE decida que el presidente sí tiene el derecho de veto, esto hará que la posición negociadora del Ejecutivo será mucho más sólida y el año entrante los diputados tendrán mucho más cuidado en modificar el Presupuesto de Egresos que mande el Ejecutivo.

Cerramos el año con la controversia sobre el Presupuesto de Egresos federal para el año que entra, entre el Ejecutivo federal y los diputados federales, la cual parece que va a ser la madre de todas las controversias, de los últimos años.

Algunos jurisconsultos muy prestigiados en el país declararon que la Suprema Corte de la Nación no podía conocer del caso porque era parte involucrada, ya que los diputados le bajaron, por tercer año consecutivo, el presupuesto que tiene el Poder Judicial de la Federación. Pero, si no podía apelarse a la Suprema Corte de Justicia, según los "más conocedores" de la materia, entonces deberíamos de suponer que sólo quedaba disponible "La Corte Celestial" en cuyo caso estaríamos ya sólo a lo que Dios dijera (que siempre ha sido así), pero en el caso de un proceso legal, como es el caso, queda un poco más la máxima de "dar al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios".

En realidad se trata de tres controversias, aunque una de ellas es la de fondo, que será la primera que deberá resolver la Suprema Corte, el derecho que tiene o no el Ejecutivo para vetar el presupuesto en forma específica, o en su totalidad. Este mismo año el Congreso de la Unión aprobó unas modificaciones constitucionales que le dan más fuerza a la Cámara de Diputados en el tema del presupuesto, pero al mismo tiempo ampliaron la incertidumbre de la facultad de veto del presidente. Ahora que la Suprema Corte le ha dado entrada a la controversia, y al hacerla estará legislando, para suplir los vacíos legales que dejaron los legisladores federales.

En caso de que la Corte decida que el presidente sí tiene el derecho de veto, esto hará que la posición negociadora del Ejecutivo será mucho más sólida y el año entrante los diputados tendrán mucho más cuidado en modificar el Presupuesto de Egresos que mande el Ejecutivo y la dinámica de la negociación cambiará. En este caso lo más sano sería que el año entrante el Congreso hiciera las reformas necesarias para que el proceso presupuestal tenga más certidumbre, no sólo para ese año sino para los años venideros.

Ante la perspectiva que ya cada vez el pueblo mexicano no le da la mayoría absoluta a ningún partido político, a todos los partidos políticos les conviene tener mayor claridad en este tema tan importante.

La segunda controversia es en cuanto a las impugnaciones específicas, que suman un monto de 34 mil millones de pesos si no se consideran las ADEFAS (adeudos de ejercicios fiscales anteriores) o de 41 mil millones si se consideran éstas. En este tema se trata más que nada de la forma para gastar esta cantidad, porque al final del día las cantidades son las mismas y por lo tanto el país puede funcionar con ellas o sin ellas, el problemas es de inconsistencia y de que los diputados del PRI, PRD, PVEM y compañía se sirvieron con la cuchara grande favoreciendo a los de sus partidos en presidencias municipales o gubernaturas.

El tercer asunto es que la Corte debería suspender los recursos sujetos a controversia, es decir los artículos transitorios del presupuesto en los anexos del 2 al 20. En este punto parece que el presidente ya ganó el primer round porque la Suprema Corte determinó que cuando menos 4 mil millones se congelan y no podrán ser erogados, de no hacerlo así, la controversia se quedaría sin materia en este punto, ya que para cuando esto se resuelva, que pueden ser meses, a lo mejor el Ejecutivo ya tendría que haber desembolsado esos recursos y entonces ¿cuál controversia? Ahora los diputados federales tienen cinco días para poner su recurso en contra de esta primera decisión de la Corte.

Nadie puede en este momento decir si el presidente Fox ganará la controversia o la perderá, pero lo que sí queda muy claro es que ante la opinión pública, el indiscutible ganador es el Ejecutivo, ya que según todas las encuestas realizadas por independientes señalan como favorito al presidente, y en política dicen que cuenta más lo que parece que lo que es, de tal manera que en este campo ya hay un ganador. No sabemos si este resultado es también la consecuencia de que los diputados están tan desprestigiados por los enfrentamientos públicos pasados y los buenos bonos que se dieron en esta época navideña.

La madre de todas las controversias se irá desenvolviendo en los próximos meses del año entrante y será la controversia final de este sexenio, ya que después de ella, independientemente de quien sea el ganador, difícilmente alguien podrá pensar que alguna reforma de fondo que necesita nuestro país podrá salir adelante.

Los mexicanos deberemos esperar hasta que llegue otra legislatura federal, mientras otros países nos siguen sacando la delantera.

Mientras tanto, aprovecho para desearles a mis lectores lo mejor para el año entrante y que todos gocen de salud y bienestar.