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Memín Pinguín vuelve a la carga

El Heraldo de Chihuahua Chihuahua, Chih. 5 de Julio de 2005 Página 4 Sección F

Ese personaje de color serio (negrito), de labios muy carnosos, grandes orejas, grandes ojos, así como de grandes sentimientos, muy cariñoso, solitario, respetuoso de todos y en especial de su mamá linda. Ese personaje maravilloso cuyas aventuras hemos leído la mayoría de los mexicanos y con el cual nos identificamos un poco en algo cada uno de nosotros, ha vuelto a hacer sus travesuras, pero ahora sí que convirtiéndose en un personaje mundial y causando la furia de nuestros vecinos güeritos allende nuestra frontera norte, con quienes hemos vivido como vecinos desde hace cientos de años.

Nuestros vecinos al norte, que cuentan con los adelantos en tecnología más importantes del mundo y su poderío económico es reconocido por todas las naciones del orbe, han demostrado ahora lo que ya sabíamos todos los mexicanos: su retraso cultural es de los más grandes, ya que a pesar de vivir, como dicen ellos, "right next door", no nos conocen para nada. ¿A quién no le ha tocado platicar con algún norteamericano, sobre todo de tierra adentro, que piensa que en México la gente todavía usa el caballo para trasladarse? O que todos andamos vestidos de charro, con todo y sombrero charro y la pistola fajada al cinto, y las mujeres con sus vestidos de holanes y su par de trenzas. Desgraciadamente nuestros vecinos, al saberse tan poderosos en tecnología y dinero, se han preocupado tan poquito en saber quiénes somos sus vecinos, qué hacemos, qué costumbres tenemos y sólo nos ven en términos de "business".

Resulta que el gobierno mexicano decidió homenajear a los caricaturistas mexicanos y para ello empezó a emitir estampillas postales de los principales personajes que nuestro país ha dado, empezando por supuesto con ese singular, simpático y muy querido personaje: Memín Pinguín. La ignorancia y la prepotencia de nuestros vecinos se manifestó de inmediato a través nada menos que del jefe del Consejo Seguridad, de la Casa Blanca, Steve Hadley, con una declaración por demás agresiva y ofensiva: "No hay lugar para este tipo de cosas, es totalmente inapropiado y lo hemos dejado claro". Otra declaración que hizo el vocero del mismo Presidente George Bush, en el mismo sentido, diciendo que esas estampillas postales eran racistas y que ofendían a la población afroamericana de ese país.

Por supuesto que la respuesta de nuestro gobierno no se hizo esperar, llamándolos ignorantes de nuestra cultura, de nuestras costumbres y señalando que definitivamente no se iba a retirar de circulación dichas estampillas, las cuales prácticamente "volaron" de las oficinas del Servicio Postal Mexicano, y no sólo eso, sino que ya se están cotizando en el mercado negro o por internet a más de seis veces su valor nominal, de 325 pesos que vale la cartilla de 50 estampillas de 6..50 pesos cada una; ya se cotizan en 180 dólares.

Memín Pinguín es un personaje que nace en los años 40, después de un viaje a Cuba de la famosa escritora mexicana Yolanda Vargas Dulché, quien le dio a México muchísimas novelas que se reprodujeron primero como "cómics" semanales que salían todos los lunes y después como telenovelas de aquella serie famosísima "Lágrimas y risas", las cuales seguíamos desde los "cómics" y después todos los domingos en la noche como telenovela. Como resultado de ese viaje nace ese famoso personaje que inspiró ternura, cariño, simpatía y tantos otros nobles sentimientos que durante décadas nos brindó a todos los mexicanos.

¿Se imaginan mis cuatro lectores que nosotros le reclamáramos a los Estados Unidos por haber sacado un timbre postal de Superman o de Batman y Robín, cuando cumplieran años de su creación, y nos rasgáramos las vestiduras porque esos personajes pueden ofender la inteligencia humana, ya que nadie es capaz de volar o de hacer cualquiera de las cosas que ellos hacen? ¿O lo mismo con cualquiera de los personajes de Disney, que por cierto está cumpliendo 70 años de su creación?

Afortunadamente, parece que nuestros vecinos se calmaron y sólo se han de haber visto muy sonrojados ante la comunidad internacional al comprender su error.