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La reelección

El Heraldo de Chihuahua Chihuahua, Chih. 15 de Febrero de 2005 Página 5 Sección F

El tema de la reelección ha estado en la mesa de la discusión desde hace ya algunos años, sin embargo es uno de tantos tabús mexicanos en los cuales no se dan valor los legisladores para entrarle por temor a las críticas de los conservadores o de aquellos que ven en esa figura la imposibilidad de llegar a ocupar ese puesto.

En el Partido Acción Nacional, este tema ha sido discutido desde hace muchos años, llegándose a la conclusión de que debe apoyarse la iniciativa en el caso de los legisladores, tanto federales como locales, con alguna limitación de que no sea por siempre, sino que sólo se permitan tres reelecciones en el caso de los diputados y una en el caso de los senadores, porque de otra manera sí se puede llegar a crear un problema con legisladores súper poderosos que ya no se les pueda quitar, sin embargo, aún en esos casos el mandante principal será el propio ciudadano que a través de su voto les permita continuar o no.

Las principales ventajas que tendría la reelección serían las siguientes:

Que los legisladores ya no dependan totalmente, a la hora de las votaciones importantes, de la línea que les marque su partido, sino de lo que realmente le convenga al pueblo, ya que en muchas ocasiones se ha visto cómo a los legisladores no les importa quedar bien con sus electores, porque al fin y al cabo quien les puede volver a dar otra oportunidad es su partido.

Con la reelección esto se reducirías sensiblemente, porque con la posibilidad de ser reelectos se preocuparían por quedar bien con los ciudadanos, quienes son los que podrían reelegirlos o no.

Lo anterior haría que los legisladores regresaran a informar a sus distritos con mucha regularidad, a todos los ciudadanos y no sólo a los de su partido (como actualmente sucede). Le darían contestación y seguimiento a todos los planteamientos de los habitantes de su distrito o estado.

Otra de las ventajas es el enorme ahorro del costo de aprendizaje que tendríamos en los congresos locales y en el Congreso de la Unión, ya que el primer año todos los legisladores que lo son por primera vez se dedican a aprender cómo se hacen las leyes, las gestorías, Etc., Etc. El segundo año ya son productivos y es cuando realmente desquitan el buen sueldo que reciben del pueblo de México. El tercer año, como no hay posibilidad de reelección, ya no les importa mucho su desempeño o quedar bien con sus ciudadanos, de tal manera que les pagamos por tres años, cuando en realidad sólo son productivos un año, elevando muchísimo el costo de por sí ya elevado.

Si se permitiera la reelección, tendríamos legisladores fuertes que no le tendrían miedo a las reformas de Estado que tanta falta le hacen al país. Ahora sólo vemos estas conductas al final de su gestión, pero en un afán protagonista que sólo busca sacar adelante sus propios intereses, pero no el de sus representados, como el caso del senador Jackson, que parece desafiar al presidente nacional de su partido, pero en realidad lo que busca es ser él mismo el candidato a Presidente de la República, en lugar de Roberto Madrazo, quien prácticamente ya la tiene amarrada, puesto que ha estado trabajando para ello desde que llegó a la presidencia del PRI, aunque la gran pérdida de las elecciones en los estados de Guerrero que era un coto de poder eminentemente priísta (recordar la dinastía de los Rubén Figueroa, gobernadores desde el abuelo, el hijo y el nieto) y el fracaso por reconquistar Baja California Sur. Ambos estados los perdieron por tal margen que no les quedó más remedio que reconocer su derrota de forma inmediata.

La oportunidad de la reelección se ha ido y además de una manera muy curiosa, ya que había iniciativas en el mismo sentido, tanto en la Cámara de Diputados como en la de Senadores y sin haberse determinado cuál sería la Cámara de origen, es decir cuál de las dos Cámaras del Congreso de la Unión sería la que dictaminaría primero, los Senadores la rechazaron por 51 votos en contra, 50 a favor y una abstención.

Una reforma que hubiera servido mucho para que México avanzara, se ha vuelto a quedar en la nada, con lo cual el actual Congreso de la Unión pasará a la historia como uno de los más malos que no han logrado últimamente ninguna reforma trascendental.