¿Estamos peor que nunca?

Últimamente a algunos mexicanos les ha dado por decir y tratar de vender la idea de que ahora "estamos peor que nunca", como queriendo invocar los viejos tiempos del priato, como si aquellos hubieran sido mejores que los actuales, y ese rumor que se pretende esparcir se fundamenta en la escasa memoria que tiene la mayoría de nuestro pueblo.

Yo pienso que no podemos estar peor que antes, porque 70 años de dictadura priísta no podemos ni debemos olvidarlo tan fácilmente. Cómo poder olvidar aquellos gobiernos autoritarios que mataban periodistas y cerraban publicaciones, simple y sencillamente porque daban a conocer algunas de las corruptelas de los gobernantes en turno. Recordar el asesinato de Manuel Buendía; Carlos Loret de Mola, el cierre de la revista Impacto, el periódico Excélsior y los embates al semanario Zeta, de Baja California, y a la revista Proceso.

No debemos olvidar los gobiernos que asesinaron a estudiantes en el '68 en la plaza del complejo habitacional Tlatelolco; la matanza de campesinos en Aguas Blancas, Estado de Guerrero, como no podemos olvidar un gobierno que mandó matar a su propio candidato presidencial y a quien iba a ser el coordinador de los diputados federales de su partido (Luis Donaldo Colosio y Francisco Ruiz Massieu, respectivamente).

No podemos olvidar cómo algunos gobernantes priístas terminaban su sexenio convertidos en los hombres más ricos del país o de su estado, como fue Miguel Alemán, quien terminó siendo dueño de Acapulco, cuando era la época dorada de ese puerto; Luis Echeverría, siendo dueño de Cancún; Carlos Salinas de Gortari, con un hermano a quien se le descubrieron más de 120 millones de dólares en Suiza (¿cuánto más tendrán de lo que no se sabe?); algunos gobernadores de estado, como Villanueva en Quintana Roo y Martínez en Chihuahua, entre muchos otros.

No podemos estar peor que antes, cuando nuestra moneda se devaluaba en 150% con Luis Echeverría y 500% con López Portillo, porque se imprimían billetes de acuerdo a sus muy particulares necesidades, haciendo añicos los ahorros de millones de mexicanos y se devaluaba el peso hasta en un mil por ciento, a pesar de que el segundo había prometido que defendería el peso "como perro".

Ese rumor de que ahora estamos peor que antes se estrella con la realidad que estamos viviendo: ahora no se persigue a los periodistas por publicar lo que les de la gana, pero mucho menos se les manda asesinar o clausurar sus medios de comunicación. Ahora tenemos, una total libertad de prensa, como no se había tenido en los últimos 70 años.

Ahora tenemos un peso sólido, que se ha mantenido en la banda de los 10 a los 11 pesos por dólar. La inflación se ha mantenido en los niveles más bajos de los últimos 80 años, con tasas de inflación anual del 4%, comparadas con las de algunos sexenios priístas... No hay comparación. La Bolsa Mexicana de Valores se encuentra en niveles de operación nunca antes vistos y las empresas se desempeñan con toda normalidad. Las casas calificadoras para las inversiones en los países le dan al nuestro calificaciones de las más altas, es decir que México es un país donde se puede invertir sin mayor riesgo. Las reservas monetarias se encuentran en los niveles más altos de su historia (más de 54 mil millones de dólares).

Si en algún gobierno se ha respetado a los demás poderes de la unión, ha sido en éste. Hemos visto cómo la Suprema Corte ha dado fallos contra el mismo Presidente de la República, contra diputados, senadores y gobernadores de su partido, lo que nunca se había visto en 70 años. También hemos visto cómo el Congreso se ha opuesto a las iniciativas del Ejecutivo, al grado de cambiarle el Presupuesto de Egresos, como acaba de suceder, lo que ha llevado a la controversia que llamé "la madre de todas las controversias" en algún artículo anterior.

Así que, como dice el refrán popular: "a otro perro con ese hueso" de que ahora estamos peor que antes.